Cádiz CF

El Cádiz CF se derrumba ante la pegada del Sevilla (0-2)

  • El conjunto amarillo, inseguro atrás y nulo en ataque, se estrella en casa siete meses después

Sobrino avanza con el balón ante Pape Gueye.

Sobrino avanza con el balón ante Pape Gueye. / Miguel Gómez

El Cádiz CF se reencontró con la derrota en casa siete meses después. Cayó 0-2 frente al Sevilla en una tarde para olvidar en la que pesaron las numerosas bajas. Perder ante un rival más poderoso entraba dentro de los parámetros de la lógica, pero el conjunto amarillo se lo puso muy fácil en la segunda parte con errores atrás que le acabaron costando muy caro.

Mientras el encuentro caminó por la senda del empate, el Cádiz CF aguantó el tirón. Cuando se vio por debajo en el marcador, fue incapaz de levantarse por más que lo intentó ante un contrincante sin brillo pero muy práctico. Mereció perder arrastrado por sus fallos y su ineficiencia arriba.

El varapalo sitúa a los gaditanos en la dura realidad, abocados a seguir sufriendo en la dura contienda por la permanencia.

La alineación no era precisamente una invitación al optimismo, con la ausencia de hasta media docena de titulares por distintos motivos. Era el día indicado para que los menos habituales demostrasen que pueden tener un sitio en el once. Sergio González siguió fiel al 4-4-2 que emplea en el Nuevo Mirandilla. Enfrente, un rival con un 4-2-3-1 en el estreno en el banquillo de José Luis Mendilbar.

Arrancaron con energía los amarillos en busca de un gol tempranero. Lo tuvieron cerca en un inicio en el que no faltó la polémica. En el minuto 2, tras un saque de banda de Luis Hernández, el balón tocó con claridad en un brazo de Pape Gueye dentro del área. Una mano que unas veces es señalada como penalti y otras no. Nunca sabe, aunque esta vez quedó en nada. Es difícil que le piten un penalti a favor al Cádiz CF. En contra es historia.

En el 4, en plena efervescencia en el esprint de salida, un remate de Sergi Guardiola en boca de gol estrelló el balón en el cuerpo de Gudelj cuando iba a puerta en la dirección adecuada.

El comienzo prometedor se topó con la doble respuesta En-Nesyri. En el 7 el delantero remató fuera de cabeza tras un preciso centro del barbateño Bryan Gil. En el 10, repitió la secuencia tras un saque de esquina.

Las fuerzas se equilibraron con el paso de los minutos. Los hispalenses empezaron a asomar en ataque, ejercieron una presión alta y dificultaron la maniobrabilidad de los locales, que no pararon de intentarlo a la contra y también apretaron arriba en la salida de balón de los blancos. En el 20, un pisotón de Joan Jordán sobre Espino dentro del área quedó sin castigo. El segundo posible penalti al limbo.

Pasado el ecuador de la primera mitad, ninguno de los equipos conseguía imponer su ley. En el 24, David Gil abortó un tiro lejano de En-Nesyri en una irrupción del marroquí. El mayor peligro de los visitantes llegó por errores de los locales. En el 32, tras un saque de esquina mal defendido, Gudelj cabeceó alto casi desde el área pequeña.

El frenético comienzo de los amarillos no tuvo continuidad y dejaron de pisar el área contraria, con frecuentes pérdidas que dieron alas a los de Mendilibar. Fueron a menos con el transcurrir de los minutos  mientras el Sevilla atacó con todo, con laterales convertidos en extremos, en una oleada final antes del intermedio. Como contraste, los extremos cadistas fueron casi laterales, atareados en labores defensivas para contribuir a llegar al descanso con el marcador inalterado, como así sucedió.

El empate en los primeros 45 minutos se ajustó a los méritos de unos y otros. Mandó la prudencia a la espera del segundo y definitivo acto. La equis fue la mejor noticia para a un Cádiz CF que no llegó a tirar a puerta y se las arregló para contener a un adversario con síntomas de solidez y vocación ofensiva pero sin llegar a agobiar.

Un zurdazo desviado de Negredo desde muy lejos fue el primer aviso en la reanudación. Los de casa mantuvieron su apuesta en la protección de su parcela y basaron sus argumentos en la posibilidad del contragolpe.

Pero el sistema defensivo saltó por los aires en el minuto 51 y con polémica. El 0-1 nació de un saque de esquina que no lo fue. En cualquier caso, muy mal defendido y traducido en el primer gol. Si ningún jugador cuidando el poste más cercano, David Gil repelió la pelota a media altura para evitar el gol olímpico y Ocampos, atento en el área al rechace, marcó con un potente derechazo con el que alojó el balón en la portería tras tocar en Luis Hernández.

Un error infantil puso en desventaja a un equipo amarillo que no tuvo otro remedio que cambiar su idea inicial y lanzarse al ataque sin miramientos. La primera medida de Sergio González fue dar entrada a Theo Bongonda y Chris Ramos. Fue el anuncio del toque a rebato.

Y bien que empujaron los anfitriones. Otra cuestión es su eficacia. En el 61, tras un saque de esquina, Fali remató al poste en la ocasión más clara de los gaditanos. El guión del encuentro se había visto alterado por el gol y los de casa tomaron el mando acuciados por la necesidad. Apretaron en busca del empate y lo tuvieron cerca. Faltó el remate.

La absoluta falta de clarividencia en ataque de los locales contrastó con la pegada de los visitantes. En el 74, un falló en la retaguardia, uno más, propició el segundo gol del Sevilla, el que cerró el partido. Fue una jugada simple pero efectiva. Balón en largo colgado a tres cuartos, Bryan Gil sirvió de primeras a En-Nesyri y el marroquí no perdonó en el mano a mano con David Gil, al que batió con una suave definición con la derecha.

El 0-2 puso la tarde imposible para los locales, a la desesperada en el tramo final con una defensa de tres y José Mari y Lozano sobre el tapete para completar un tridente arriba. Pero no hubo manera. No hubo reacción y todo quedó en mucha voluntad y nulo acierto. En el 88, Dmitrovic impidió el gol de Chris Ramos.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios