Cádiz CF

El Cádiz CF respira con una victoria de gran valor (1-0)

  • El conjunto gaditano sabe sufrir para imponerse al Rayo Vallecano con un gol de Sergi Guardiola

Espino acecha a Balliu en un lance del partido.

Espino acecha a Balliu en un lance del partido. / Lourdes de Vicente

El Cádiz CF necesitaba la victoria en casa para mantener el pulso en la dura pelea por la permanencia. Le costó la misma vida al Rayo Vallecano en un choque igualado, no exento de tensión, pero se hizo con tres puntos vitales que le sacan de la zona de descenso a la espera de desarrollo de toda la 23ª jornada. Llegó a los 25 puntos tras abrazar el tercer triunfo consecutivo en su feudo.

El conjunto amarillo, ataviado con la equipación especial de Carnaval, venció la resistencia de un Rayo que demostró la alta posición que ocupa en la clasificación. Un gol del ex rayista Sergi Guardiola inclinó la balanza a favor de los locales, sin el brillo de otras tardes en el hogar pero lo suficientemente eficaces como para celebrar una victoria de un valor incalculable.

Sergio González apostó de salida por un doble pivote, dos puntas y Rubén Sobrino en la izquierda como relevo del lesionado Brian Ocampo. Un 4-4-2 con vocación ofensiva e idéntico dibujo que un Rayo que en los compases iniciales desplegó un juego directo con balones largos a los delanteros.

Los locales arrancaron con buen tono, la tónica habitual en los últimos tiempos en el Nuevo Mirandilla. Quisieron el balón y fueron a por él con frecuentes robos a la espera de ocasiones ante un adversario muy ordenado en su estructura defensiva.

La precaución fue el denominador común en dos equipos sabedores de la importancia de no verse por debajo en el marcador. A ninguno de lo duró mucho en el balón en su poder y escasearon las llegadas a las área. Los locales se mostraron más atrevidos y en el minuto 17 protagonizaron su primer acercamiento peligroso con un centro de Rubén Alcaraz despejado por Lejeune cuando Sobrino de disponía a cabecear en una situación inmejorable. En la siguiente acción, Espino y sus compañeros reclamaron penalti por un agarrón al uruguayo cuando iba a rematar con la testa.

Más polémica en el 22 en la primera llegada de los visitantes y un gol anulado por fuera de juego no sin cierta incertidumbre durante un minuto hasta que el VAR confirmó la posición irregular de Raúl de Tomás en la definición.

Los amarillos se llevaron un susto enorme, un aviso de lo que podía suceder si no andaban despiertos. El Rayo despertó hasta el punto de dar la vuelta a la tortilla. En el 25, Raúl de Tomás cabeceó fuera. En el 27, Fali evitó a los justo el remate de Isi, que entraba solo en el segundo palo.

El Cádiz CF dejó de sentirse cómodo, perdió fluidez en la circulación y le costó conectar en el juego ofensivo. Bongonda lo intentó a la media hora con un latigazo desde la frontal del área que no logró su objetivo, con el balón por el centro atrapado con facilidad por Stole Dimitrievski.

La igualdad imperó en una primera parte que no deparó demasiadas oportunidades. Los de casa lo intentaron sin éxito pese a que Bongonda y Sobrino estuvieron muy activos. A la hora de la verdad, ni Sergi Guardiola ni Roger Martí tocaron el balón dentro del área.

La primera mitad quedó en 45 minutos de desgaste y todo por decidir en la segunda. El Cádiz CF comprobó la fortaleza de un rival muy sólido atrás que fue creciendo con el paso de los minutos y estuvo a pocos centímetros de irse con ventaja al intermedio cuando el balón salió fuera muy cerca de un poste un tras un zurdazo de Camello desde el balcón del área. En el alargue, De Tomás no acertó con una vaselina.

El descanso llegó cuando los locales iban claramente a menos y los visitantes cotizaban al alza. El Cádiz CF se marchó a vestuarios después de ofrecer sensaciones preocupantes, a merced de un Rayo fuerte en su parcela, sin dejar espacios y veloz en sus transiciones.

El cuadro gaditano necesitaba la victoria y quiso dar un paso más en la reanudación, eso sí, con pocos recursos más allá de centros al área que morían en las torres visitantes. En el 57, en unas de las escasas concesiones de la zaga rayista, con el cuero a ras de césped, sí consiguió plantarse Sergio Guardiola solo delante de Dimitrievski, pero su remate, muy inocente, fue a las manos del portero. Una ocasión clarísima de las que uno se acuerda si el resultado del encuentro no es el deseado.

No estaban los anfitriones para desperdiciar situaciones de gol tan diáfanas, aunque se hicieron con el mando de un partido que creció en tensión. Nueve tarjetas amarillas en apenas nueve minutos.

Sergio González decidió mover el banquillo, aunque no el dibujo, con algo más de veinte minutos por delante. Fede San Emeterio, Lozano e Iván Alejo dieron aire fresco en un duelo que llegó al tramo definitivo con todo por decidir.

El cero a cero empezaba a ser una posibilidad real hasta que el Cádiz CF por fin abrió la lata en el 74. La vida dio una nueva oportunidad a Sergi Guardiola, que esta vez no perdonó en el mano a mano con Dimitrievaki. El ariete tuvo tiempo para pensar y remató con precisión para poner el 1-0 y llevar la euforia a la grada.

El gol provocó un cambio de guión en la recta final con un trivote en el cuadro local para proteger el resultado (entró Álex Fernández) y Chris Ramos por el costado izquierdo para buscar la contra con su rapidez.

Como era previsible, los amarillos se metieron atrás para defender el resultado, que era oro molido. Los visitantes pisaron al acelerador en busca del empate. Lo tuvieron cerca en la prolongación en la que llegaron a pedir penalti por un supuesto empujón a un atacante. Apretaron los madrileños, pero el marcador no pasó del 1-0 que llevó la fiesta al antiguo Carranza.

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