Cádiz CF

Un Cádiz CF con dos caras no pasa del empate en casa (2-2)

  • El conjunto amarillo suma un punto ante el Espanyol en un partido en el que estuvo cerca de la victoria y la derrota

Iván Alejo protege el balón ante el acoso de Nico Melamed.

Iván Alejo protege el balón ante el acoso de Nico Melamed. / Julio González

El Cádiz CF empató en casa por segunda semana consecutiva en un extraño partido contra el Espanyol. De tener al rival sobre las cuerdas pasó a estar en la lona y a revivir cuando parecía perdido. Del 1-0 al 1-2 y después el 2-2 definitivo que sólo le sirve para sumar un punto cuando necesita avanzar de tres en tres.

Tras una primera parte más que notable, un conjunto amarillo con dos caras se vino abajo en la segunda hasta ver de cerca una derrota que evitó con casta. Hasta pudo ganar con un tiro al larguero de Lucas Pérez en el último suspiro. La realidad es que una semana más sigue en zona de descenso, que la que hubiese salido con una victoria que se resiste como local.

El Cádiz CF por fin marcó en casa, pero sigue sin ganar en su feudo y mientras no haga de su estadio un fortín la lucha por la permanencia será harto complicada.

Sergio González aplicó la máxima de que no se toca lo que funciona y apostó por el mismo bloque que ante el Villarreal con la única novedad de Zaldua. Un 4-4-2 muy elástico, convertido por momentos en un 4-2-4 a la hora de asaltar la muralla blanquiazul.

Fue el vasco quien puso el primer centro al interior del área nada más empezar a rodar el balón culminado con un cabezazo de Sobrino que no se escapó demasiado lejos del larguero.

La ocasión fue el reflejo de un arranque prometedor de un equipo local con querencia por el esférico. No sólo lo tuvo sino que además lo movió con criterio con una acentuada vocación ofensiva que obligó al Espanyol a protegerse en su parcela.

Pocas veces se ha visto a un Cádiz CF con tanto ímpetu en ataque. Iván Alejo fue el que más apareció y Theo Bongonda tuvo más presencia que la semana pasada. Dos puñales por las bandas con la colaboración de Zaldua y Espino, casi extremos, la movilidad de Negredo y Sobrino y la dirección de Rubén Alcaraz.

El paso del tiempo no hizo sino consolidar el dominio de los amarillos. Eso sí, con dificultades para llegar a la portería contraria con verdadero peligro. Era un partido para cocinar a fuego lento que se podía resolver por cualquier detalle. Los periquitos, aunque apenas cruzaron la línea central, se defendieron con orden a la espera de su momento.

El acoso de los locales llegó a ser agobiante pero faltaba el premio. En el 28, Cabrera despejó el balón en el área justo antes de que el servicio de Sobrino dejase a Bongonda solo delante de la portería. En el 32, el primer acercamiento de los visitantes consistió en un centro chut de Nico Melamed que no llegó a poner en apuros a Conan Ledesma, casi un espectador más.

Parecía que la primera parte iba a finalizar sin variación en el marcador hasta que el Cádiz CF abrió la lata producto de una acción a balón parado, esas que son tan importantes para desequilibrar la balanza.

En el 42, Luis Hernández metió el cuero en el área en uno de sus característicos saques de banda, como si fuese un lanzamiento de esquina, Lecomte cometió un error de bulto en la salida y no despejó, la zaga tampoco lo hizo y la pelota suelta quedó perfecta para que Víctor Chust rematase a placer a puerta vacía para firmar el 1-0.

El primer gol en casa esta temporada del conjunto gaditano y el primero de Chust como cadista llegó en el momento más oportuno, como justa recompensa al empuje de un equipo que no paró de atacar.

El 1-0 imperó al descanso después de un susto en la grada en los últimos instantes de la primera mitad, cuando un aficionado sentado en la zona baja Preferencia tuvo que ser atendido por asistencias sanitarias. Se desató el murmullo y sobrevoló la sombra del drama vivido en el duelo contra el Barcelona.

La cosa no pasó a mayores y el juego se reanudó cuatro minutos más tarde hasta el intermedio.

El Cádiz CF se enfrentaba a una situación nueva este curso. Nunca había estado por delante en el marcador (salvo en la prolongación en Valladolid). La cuestión era cómo iba a administrar la ventaja. A la hora de la verdad la duró poco. No supo qué hacer con 1-0 y cuando quiso darse cuenta se vio con 1-2.

Tardó muy poco en reaccionar al Espanyol en la reanudación. Al cuadro catalán la bastaron seis minutos para igualar la contienda. Salió en modo atacante en la segunda mitad e igualó la contienda en el 51. El ex cadista Brian Olivan centró desde el costado izquierdo, Víctor Chust se comió el balón y Joselu, completamente solo en el segundo palo, cabeceó al fondo de la portería. 1-1.

El artillero visitante volvió a marcar ante los amarillos, como siempre había hecho en ocasiones anteriores. El partido cambió de rumbo. El Cádiz CF salió dormido tras el descanso y se topó con un rival crecido, dispuesto a ir a por la victoria. En el 55, en pleno descontrol de los anfitriones, Ledesma salvó a su equipo con un paradón en el mano a mano con Puado.

En el 63 se repitió la secuencia: disparo de Puado y nueva mano salvadora de Ledesma. Para entonces ya había movido el banquillo Sergio González con la entrada de Álex Fernández y Lozano. No tardaron en saltar al césped Brian Ocampo y Lucas Pérez.

De nada sirvieron las sustituciones. El equipo de casa se hundió hasta límites insospechados. Sólo le faltó ponerle una alfombra roja a un Espanyol más intenso que se apoyó en Joselu para obrar la remontada. El ariete, solo una vez más, fusiló en el 66 para poner el 1-2.

Los amarillos no se enteraban de nada. En un abrir y cerrar de ojos se vieron por debajo, rotos como equipo, corriendo como pollos sin cabeza a expensas de una acción aislada y con temblor en la zona trasera.

Y llegó esa jugada, ese chispazo que necesitaba para meterse de nuevo en el partido. En el 78, en la primera jugada de mérito de la segunda mitad, los locales equilibraron el marcador. Espino ganó por velocidad a su par, se internó en el área, sirvió raso hacia atrás y Lucas Pérez, solo en la zona del punto de penalti, remató con la izquierda para firmar las tablas. 2-2 con un cuarto de hora por delante.

El duelo derivó en un mini partido de unos 15 minutos con los amarillos frágiles atrás aunque sin dejar de buscar el tercer gol. De hecho, el tanto de Lucas revitalizó a los de casa. En el 85, ni el árbitro ni el VAR quisieron saber nada del agarrón sufrido por Sobrino dentro del área. Penalti que no fue señalado y los locales perjudicados. En el 88, el remate de Álex Fernández no fue gol por la acertada intervención de Lecomte.

Los últimos minutos fueron de asedio cadista con más corazón que cabeza. En el tiempo de prolongación, Lucas Pérez estrelló el balón en el larguero con un libre directo desde la frontal del área.

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