Cádiz CF

Victoria de locos de un gran Cádiz CF (3-2)

  • El conjunto amarillo doblega al Atlético con un gol en el minuto 98 tras perder una renta de dos goles

José Mari y Álex, gesticulan justo al finalizar el partido.

José Mari y Álex, gesticulan justo al finalizar el partido. / Julio González

El Cádiz CF logró por fin su primera victoria de la temporada en casa. Bien que la mereció. Con sufrimiento. acorde a su centenaria historia. Cuajó una gran actuación ante el Atlético de Madrid, al que tuvo que ganar dos veces porque la primera, con 2-0 en el minuto 81, en un pestañeo se vio con 2-2. Pero el fútbol le devolvió lo que le quitó otras veces. En el 98, en la última jugada, Sobrino firmó el 3-2 definitivo, se desató la euforia y los tres puntos no se movieron del estadio Nuevo Mirandilla. 

El Cádiz CF golpeó en el primer y en el último minuto, en la primera y la última jugada, una manera de decir que el partido era suyo, que ya le tocaba ganar de una vez, que era capaz de resistir los embates de un potente adversario aunque algo deprimido. Lo hizo con suspense pero lo hizo, que era lo importante, y ante un rival que en los últimos años marcaba un póquer en cada visita. Buen día para dar una campanada.

Los amarillos plantaron cara a un poderoso rival, al que tutearon de principio a fin sin miedo a nada ni a nadie. Con intensidad, creyendo en un plan que se basó en buena medida en la búsqueda de espacios por velocidad. El desenlace premió el partidazo de un equipo que sumó tres puntos de oro en su continua lucha por la permanencia. Con esta versión nada es imposible.

La incógnita del lateral derecho quedó despejada con la ubicación de Luis Hernández en esa posición, la solución más lógica. Menos lógica, aunque esperanzadora, fue la puesta en escena del equipo, acostumbrado a pasarlas canutas para ver puerta pero con un inusual acierto a las primeras de cambio.

El 1-0 pilló a los aficionados más remolones aún fuera del estadio y desprevenida a una pasiva zaga rojiblanca, en modo siesta y abocada a ir a remolque casi desde el vestuario. Fue antes de los 30 segundos. Madrugador a más no poder. Pase largo de Momo Mbaye a Espino por el carril izquierdo, centro del uruguayo desde la línea de fondo, Lozano dejó pasar el balón y Theo Bongonda, solo en el corazón de área, soltó un zurdazo raso con el que inauguró el marcador. Un golazo con el que abrió su cuenta como cadista.

El arranque pilló por sorpresa a todos, en especial al cuadro visitante, que enseguida se puso manos a la obra para intentar dar respuesta. Casi lo consiguió Correa en el minuto 4 con un derechazo se perdió cerca de un poste.

El guión quedó muy definido. Los colchoneros tomaron el mando, empezaron a asociarse con peligro y reclamaron sin éxito penalti por una caída de Morata dentro del área. El ariete internacional se lesionó en esa acción y el 10 tuvo que dejar su sitio a Cunha.

El asedio del grande fue constante, agobiantes por momento. Nada que no fuese normal dada la enorme diferencia entre ambas escuadras. En el 18, Ledesma dejó el balón muerto en el área tras un despeje muy corto que no acabó en gol por la rápida reacción de Fali.

Los de casa lo tuvieron claro. Guarecidos en su parcela y servicios en largo a Sobrino y Lozano. Por algo apostó Sergio González por hombres veloces arriba. No llegaron con peligro. Una internada de Bongonda y otra de Brian Ocampo, sin remates, fueron las jugadas más destacadas.

El Atlético no terminaba de traducir su dominio en algo más mientras los amarillos se defendían con orden sin olvidarse del contragolpe. Poco antes de la media hora, una nueva lesión, la que sufrió Momo Mbaye en el golpeo del esférico que le obligó a ser relevado por Víctor Chust.

Ledesma abortó dos acciones consecutivas de los visitantes, a la carga de nuevo en la recta final de la primera mitad en busca del empate ante un Cádiz CF entregado a la destrucción, metido muy atrás y afanado en llegar al intermedio con la renta, mínima pero valiosa, que había adquirido al principio. Casi duplicó la renta Sobrino en la prolongación con un mano a mano a mano con Oblak del que salió ganador el cancerbero.

Los locales lograron aguantaron con un enorme despliegue físico. La duda era si iban a poder aguantar el ritmo en la reanudación ante un adversario que llegó con el desgaste de la 'Champions' Salieron con brío, incluso con presión alta en determinados momentos, con criterio en la circulación de balón y hasta alguna jugada de tiralíneas, como la que protagonizaron en el 52 Lozano y Brian Ocampo con un cañonazo fuera del uruguayo desde el balcón del área.

Los de casa fueron valientes. Defendieron con uñas y dientes y trataron de sorprender con salidas vertiginosas con Lozano como principal referencia y Sobrino por todos lados. Pero los rojiblancos apretaron en ataque. Estaban obligados. En el 57, Ledesma evitó el empate con un paradón tras un remate a bocajarro de Correa en el área pequeña.

Diego Simeone puso todo lo que le quedaba para la oleada de la última media hora: Joao Félix y Griezmann. Se volcaron los madrileños y los anfitriones jugaron con el tiempo y con la pelota además de defender. Supieron tocar y hacer correr el reloj a su favor.

El partido llegó a la recta definitiva con incertidumbre en el marcador, con empuje de los colchoneros y resistencia de los amarillos, que buscaron la sentencia a la contra con el refresco de José Mari, Rubén Alcaraz, Iván Alejo y Lucas Pérez.

Los cambios no alteraron el 4-4-2 aunque el equipo se metió muy atrás para tratar de conservar la renta hasta el pitido final. La posibilidad de la victoria fue cobrando visos de realidad con el paso de los minutos, pero al Cádiz CF aún la quedaba el último tramo, el más difícil, que pareció endulzado con el segundo gol.

El 2-0 lo firmó Álex Fernández en el 81 con un zurdazo imponente tras recibir dentro del área una asistencia de Espino. Remató, el balón tocó el larguero y se coló en la portería. Buena parte del mérito del gol fue de un incansable Sobrino, que corrió para salvar el cuero antes de que perdiese de fondo para servir a Espino y éste al madrileño.

El duelo parecía sentenciado pero nada más lejos de la realidad. Los grandes son capaces de lo peor y lo mejor. El defenestrado Joao Félix empató en tres minutos. En el 85, con una tijera acrobática en el 85. En el 88. con un latigazo desde fuera del área. Dos golazos que dejaron en nada el esfuerzo de los amarillos. Del 2-0 al 2-2 en un abrir y cerrar de ojos.

Entre el 2-1 y el 2-2, Álex Fernández mandó a las manos de Oblak una volea en una posición inmejorable y Cunha remató fuera solo ante Ledesma.

El partido se había vuelto loco y de tener el partido el ganado peligraron hasta los tres puntos. Saúl remató fuera en el 89 en pleno asedio de los rojiblancos. Joao Félix tuvo el tercero, pero su testarazo de marchó fuera.

Cuando el empate parecía inevitable, llegó el 3-2 en la última jugada del partido, en el minuto 98. Centró Iván Alejo desde la derecha y Sobrino, solo en el segundo palo, redondeó su gran actuación con un remate al fondo de la red. 3-2 sin tiempo para más.

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