Cádiz CF

El Cádiz CF se atasca al borde de otro escándalo arbitral (0-0)

  • El equipo amarillo no pasa del empate ante el Celta y vuelve a sufrir un penalti riguroso que detiene Ledesma

Lozano rodeado de jugadores del Celta.

Lozano rodeado de jugadores del Celta. / Lourdes de Vicente

El Cádiz CF sigue sin ganar en casa y una semana más desperdicia una oportunidad de meterse de lleno en la pelea por la permanencia. El empate (0-0) ante el Celta de Vigo se quedó corto porque sin victorias no hay paraíso cuando la salvación queda tan lejos. Siempre sucede algo y esta lo que pasó es que el equipo no tuvo gol. No hay un partido que sea completo, pasan las jornadas y el objetivo se complica sobremanera.

No fue suficiente con una buena segunda parte en un partido de pocas ocasiones. Casi no hubo opciones de gol y el reparto de puntos hizo justicia. La cosa pudo haber sido peor porque una vez más el Cádiz CF sufrió un penalti en contra que no fue del todo claro. Una vez más interpretación perjudicó a los amarillos, aunque Ledesma evitó el gol y dejó con vida a un equipo que ahora depende de lo que haga sus rivales directos.

Aquellos que piensa que hay una mano que mece la cuna en contra del Cádiz CF se cargaron de argumentos una día más. Mateu Lahoz arbitró con su habitual estilo de palique pero cuando tuvo una acción delicada no dudó en hacer lo mismo otros compañeros suyos. No sólo pitó un penalti más que dudoso. Alargó sólo tres minutos el partido cuando sólo en el penalti se perdió casi todo ese tiempo desde que lo señaló hasta que se lanzó.

Sergio González apostó por un once de vocación ofensiva, fiel al 4-4-2 y con una intención de atesorar el cuero que se topó con la calidad del Celta, dueño de la situación en los compases iniciales hasta el punto de que buena parte del juego se desarrolló en la parcela cadista.

Diez minutos tardaron los locales en empezar a sentir el tacto del balón bajo la batuta de Rubén Alcaraz, convertido en el eje distribuidor cuando tuvo la posesión. Lo que sí lograron unos y otros fue mantener las protegidas áreas durante bastante tiempo. El primer intento lo protagonizó Alcaraz justo al cuarto de hora con un libre directo desde la frontal que llevó al balón a estrellarse contra la barrera.

Los amarillos necesitaban la victoria para respirar pero se mostraron prudentes, con líneas unidas, agazapados atrás... Y el balón para los celestes. El Cádiz CF estaba más pendiente de defender que de buscar el gol. La prioridad parecía pasar por la portería a cero a la espera de un robo, una contra, una acción de estrategia... Las llegadas, a cuentagotas. Eso sí, cuando a la hora de atacar se sumaron arriba numerosos jugadores por el centro y los costados.

Mientras, los porteros apenas tenían que intervenir. Nadie les hubiese echado en falta si se hubiesen ido a tomar unas tapas. En el 22, la barrera impidió que el esférico llegase a la zona de Ledesma tras la falta lanzada por Denis Suárez desde la frontal.

Po fin un remate a puerta. Nada del otro mundo pero el primero del partido en el minuto 27 con un flojo disparo de 'Choco' Lozano desde el corazón del área que no puso en apuros a Dituro, sin dificultades para acunar el balón entre sus brazos.

En el 33, un fallo de Idrissi propició un misil al Fondo Norte de Cervi. Un aviso de los que errores se pueden pagar caros. En el 36, Iago Aspas tiró alto desde una buena posición. Un mal despeje de Araújo (en el 40) no lo pudo aprovechar por centímetros Negredo. Casi no se les puede llamar ocasiones, pero la primera parte no dio para más.

Las defensas se impusieron a los ataques en unos 45 iniciales aburridos, nulos en la faceta ofensiva, sin una ocasión clara que llevarse a la boca a la hora del almuerzo. La capacidad para destruir de los gaditanos contrastó con el escaso empuje para pujar por los tres puntos. Los dos equipos renunciaron a una primera mitad sin oportunidades y lo dejaron todo para la segunda.

Ganar requería un paso más en la reanudación. El empate valía de poco dadas las complicadas circunstancias en la clasificación. El dilema del Cádiz CF radicaba entre la prudencia y el riesgo.

Con una jugada de Idrissi para la esperanza arrancó el segundo acto. Desbordó a un par de rivales, se adentró en el área y su latigazo dirigido a puerta tropezó en el cuerpo de Aidoo.

Los de casa dieron un pequeño paso al frente como primer requisito para pujar por algo más que el empate. Quisieron más la pelota y hasta rozaron el gol.

En el 57, una ocasión que no se tradujo en gol por la mezcla del acierto de Dituro y la falta de puntería de Lozano. Negredo, con una asistencia con el pecho, dejó al hondureño solo con el balón delante del arquero. Parecía un remate sencillo ubicado frente a la portería pero fue al centro justo donde esperaba Dituro, que hizo la parada del partido. El posterior disparo de Espino se marchó cerca de un poste.

El dominio pasó a ser de los anfitriones en la segunda parte, aunque el tiempo empezó a correr en contra y el Sergio González apostó frescura con Iván Alejo, Alberto Perea y Lucas Pérez con media hora por delante.

Se fue al ataque el Cádiz CF de manera decidida. Lo intentó por todos lados y de todas las formas posibles a falta del gol porque a la hora de la verdad no generó muchas oportunidades pese a los chispazos de Perea.

Pero no sólo no vio puerta el equipo de casa sino que se vio con un penalti en contra en plena recta final. Santi Mina fue el más listo ante la indecisión colectiva de la zaga. El delantero desbordó al Ledesma dentro del área y Mateu Lahoz no dudó en señalar penalti tras un mínimo contacto entre una rodilla del portero y otra del delantero. Fue un choque más que otra cosa. Quedó demostrado una vez más lo fácil que es castigar al Cádiz CF. Pésimo el colegiado y una vez el VAR que no sirve para nada.

Una penalti discutible, muy protestado por la parroquia local, que el propio Ledesma se encargó de evitar que acabase en gol. En el 84, lanzó Santo Mina desde los once metros y el portero, que había aguantado hasta la última décima de segundo, adivinó la dirección del balón y despejó para mantener con vida a los suyos.

No fue gol pero el penalti descontroló al equipo amarillo, que perdió el norte en los últimos minutos, casi sin opciones de poder marcar.

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