Cádiz CF

El Cádiz CF, sin acierto ni suerte (2-3)

  • El conjunto amarillo reacciona tras una mala primera parte y se queda a un paso de igualar un 0-3

Iván Alejo pugna por el balón con Muniain.

Iván Alejo pugna por el balón con Muniain. / Jesús Marín

El Cádiz CF naufragó después de quedarse en la orilla. Qué poco duró la alegría del Camp Nou. Tuvo el partido perdido de una nefasta primera parte en la que recibió tres goles y su reacción en la segunda se quedó corta. Mereció el empate pero sufrió una derrota en casa ante el Athletic de Bilbao (2-3) que supone un frenazo en sus aspiraciones de permanencia.

La solidez y el juego alegre se quedaron en el vestuario y el Cádiz CF volvió a la dura realidad con una derrota de las que duelen. Se lo puso demasiado fácil en la primera mitad a un adversario que no perdonó. Y el que perdonó en la segunda fue el Cádiz CF, que hasta pudo haber ganado con un pelín más acierto y fortuna..

Las cosquillas de los locales contrastaron con los zarpazos de los visitantes en los 45 minutos iniciales. Después cambió la situación, pero a goles, que es lo que cuenta, venció el Athletic. La diferencia de pegada fue descomunal. Esta vez no hubo héroes, casi, y sí un duro varapalo que vuelve a situar a los gaditanos al borde del abismo. Están fuera del descenso, pero con un solo punto de renta y una próxima visita al Sánchez-Pizjuán.

Fue un Cádiz CF desconocido el de la primera mitad, con poco más que voluntad, muy inocente atrás y sin pegada arriba en una primera parte que resultó fatídica. En la segunda sí mostró una versión más solvente, pero insuficiente para dar la vuelta a la tortilla. El daño estaba hecho

No hubo la más mínima tregua desde el pitido inicial. Pareció que el tiempo se había detenido en el Camp Nou para los locales, absolutamente desnortados, como si el partido no fuese con ellos.

A los 30 segundos, veloz asociación entre los hermanos Williams, Nico se plantó delante de Ledesma y el arquero se agigantó para atrapar el balón. No fue una acción aislada. Los leones salieron a zamparse a un corderito llamado Cádiz CF que casi sin darse se cuenta se vio con un gol en contra, en el ecuador de la primera parte tenía una desventaja de dos tantos a ya a la media hora ya perdía por tres. Un total desastre.

Y es que el minuto 3 el marcador ya reflejaba 0-1. De nuevo muy suelto Iñaki William dentro del área, taconazo hacia el centro y esta vez Ledesma no estuvo nada fino. Disparó Raúl García y el cuero pasó por debajo del argentino para colarse en la portería.

El mazazo del tempranero tanto no actuó de despertador para un equipo algo acelerado, superado en el centro del campo por la eficaz presión de un rival muy enchufado.

A falta de clarividencia, los de casa se aferraron a la estrategia para crear algo de peligro. En el 7, cabezazo de fuera de Negredo tras uno de los kilométricos saques de banda de Luis Hernández. En el 12, de nuevo Negredo desviado con la zurda.

Y en el 15, una vez más el delantero irrumpió en el corazón del área, golpeado por Vivian justo después de rematar. Reclamaron penalti los locales, pero no vio así el árbitro.

De poco sirvió la oleada de un conjunto amarillo bizcochable, sin director de orquesta (Rubén Alcaraz desaparecido), sin hacer daño por las bandas... Y repartiendo regalos en defensa.

Si el primer tanto se lo comió Ledesma, el segundo se originó por una defectuosa defensa de Espino, que agarró a Nico Williams dentro del área y el colegiado no dudó en señalar un claro penalti. En el 22, lanzó Muniain desde el punto fatídico, Ledesma repelió el cuero y el propio Muniain remachó a puerta vacía. 

El enorme acierto de los rojiblancos contrastó con la inoperancia de los amarillos, que llegaron al área contraria pero sin atinar en la definición.

Un cabezazo de Lozano y otro de Negredo sin dificultades para Unai Simón fueron el anticipo del 0-3. En el 32, Vesga soltó un misil lejano sin que nadie le molestase y el balón se coló raso junto a un poste. El encuentro quedó finiquitado con una hora por delante.

El Athletic sacó el máximo rendimiento a su ataque. En la prolongación del primer acto, gol anulado a Raúl García (había marcado de cabeza) por un ajustado fuera de juego que el VAR tardó un par de minutos en precisar.

El Cádiz CF se libró del cuarto antes del intermedio, abocado a una gesta en la reanudación para evitar la derrota.

Los anfitriones salieron en busca de un gol que les metiese en el partido. Ya no tenía nada que perder. En el 47 lo evitó Unai Simón al atrapar la pelota tras un centro de Espino que iba para dentro tras rebotar en un un zaguero.

Empujó de lo lindo un equipo que no paró de intentarlo con líneas adelantadas, presión extenuante y robos de balón que permitió el continuo acecho. En el 51 perdonó Rubén Alcaraz con un testarazo en boca de gol que envió fuera cuando parecía que lo fácil era poner el balón dentro de la portería.

Consiguió su primer objetivo el Cádiz CF en un partido que se había vuelto loco. El equipo se transformó. No le quedaba otra que arriesgar al máximo y dejar espacios, el escenario ideal para Iñaki Williams. En el 53, Ledesma sostuvo a los suyos al repelar el cuero tras un zapatazo del 9 del cuadro vizcaíno.

El asedio de los locales dio frutos en el 55, justo después de un triple cambio. Lucas Pérez, nada más entrar convirtió en gol su primer contacto con el balón al aprovechar un barullo dentro del área y una indecisión de Unai Simón. 1-3 con mucho tiempo por delante.

Con tres delanteros puros, Iván Alejo de lateral, Espino casi de extremo... Espoleado por el gol y el aliento de su afición, el equipo amarillo puso todo su empeño, eso sí, con excesiva prisa pero también con opciones, con un sinfín de centros al área. En el 64, Vivian se anticipó al remate a bocajarro de Negredo. Una ocasión clara.

El encuentro dio una vuelta de tuerca más con la expulsión del visitante Vesga (doble amonestación) con 20 minutos por delante. El Athletic, desaparecido en la segunda mitad, dio el paso atrás definitivo. Y el Cádiz CF fabricó ocasiones una detrás de otra a falta de acierto. Y cuando el balón fue a puerta, Unai Simón creció en seguridad tras su error en el gol.

Los de casa no dejaron de creer y en el apretaron el marcador con un gol de Sobrino en el 87. Negredo, todo calidad, sirvió con el pecho a su compañero dentro del área y el manchego no perdonó con un remate esquinado. 2-3.

Y llegó el arreón definitivo con una ocasión y otra y otra... Pero el balón no entró. Extrañó que el árbitro sólo prolongase cinco minutos cuando debía haber extendido el tiempo mucho más. Mal Pizarro Gómez. Fali tiró al poste, Sobrino cabeceó fuera y ahí murieron las opciones.

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