El conjunto cordobés es el visitante más débil del grupo IV

Claudio Barragán se estrena en el banquillo del Cádiz con un encuentro de los considerados, en teoría, menos comprometidos. El balance que acredita el Lucena fuera de casa hacen del conjunto aracelitano el más débil a domicilio del grupo IV. Un dato resume la fragilidad del adversario que hoy comparece en el Carranza: de las siete visitas efectuadas por los cordobeses, seis acabaron en derrota y una en empate. Ni una sola victoria. Traducido en cifras, un sólo punto de 21.

El escaso bagaje como visitante explica su mala ubicación en la tabla. El conjunto lucentino llega al coliseo gaditano en zona de descenso. Ocupa la 17ª plaza con 14 puntos, ocho menos que los amarillos. Tan necesitados están unos como otros por distintos motivos.

El cuadro cordobés sólo rascó un punto fuera de casa en el desplazamiento a la Ciudad Deportiva del Sevilla, cuando hace justo dos meses se midió al filial del club de Nervión y empató a un gol precisamente frente al otro peor visitante del grupo (también con un solo punto fuera). Antes había perdido en los terrenos del UCAM Murcia y Melilla (las dos veces por 2-1) y después cayó con estrépito ante el Almería (6-0), en las salidas ante Balona (2-0), Arroyo (2-1) y Córdoba B (1-0) en su viaje más reciente.

Un vistazo por su recorrido por los distintos terrenos permite observar que el Lucena siempre recibe al menos un gol cuando no juega en su campo. No consigue cerrar su portería hasta el extremo de haber recibido 16 tantos en siete choque como foráneo. La defensa es, por tanto, uno de sus puntos débiles. No se prodiga en demasía el equipo cordobés en labores ofensivas. Cuatro goles marcados en 630 minutos no parece un saldo excesivo lejos de su feudo.