cádiz CF

Los clubes modestos, sin entradas

  • Vizcaíno se niega a ceder el centenar de localidades para los encuentros del Carranza que incluye el convenio que Quique Pina firmó hace una semana con la Asociación

Cordero (i), Rodrigo, Pina y Fernández, sentados, con representantes de clubes gaditanos el día de la firma del convenio.

Cordero (i), Rodrigo, Pina y Fernández, sentados, con representantes de clubes gaditanos el día de la firma del convenio. / j.j.n.

El Cádiz y la Asociación Gaditana de Clubes Modestos firmaron hace una semana un convenio que resulta beneficioso para ambas partes con el que retomaban la relación de siempre que había saltado por los aires bajo la gestión del presidente de la entidad cadista, Manuel Vizcaíno. Quique Pina, Rafael Fernández -uno de los principales accionistas- y Juan Carlos Cordero recompusieron los lazos de colaboración con la Asociación que preside Enrique Rodrigo, que renunció a reclamar la deuda del Cádiz por traspasos de jugadores salidos en su día de clubes modestos y además retiró la denuncia que había puesto por incumplimiento del anterior convenio. Se hizo borrón y cuenta nueva y se inició una etapa gracias a la buena disposición de ambas partes.

El nuevo convenio, rubricado por Pina y Rodrigo, recoge, entre otros puntos, que el Cádiz cederá a la Asociación un centenar de entradas en cada partido de Liga que dispute en el estadio Ramón de Carranza. El primero de esos encuentros en casa desde la rúbrica del acuerdo es el del sábado contra el Lugo -ocho y media de la tarde-, pero los Clubes Modestos no podrán disponer de esas localidades porque Vizcaíno lo impide. El mandatario cadista no permite que esas cien entradas lleguen a la Asociación salvo que decida lo contrario antes del sábado, cosa que parece poco probable.

El bloqueo por parte de Vizcaíno abre el enésimo conflicto entre el presidente del Cádiz y el consejero delegado. Pina, con poder para llevar la gestión deportiva de la entidad cadista, firmó el convenio con la Asociación de Clubes Modestos pero Vizcaíno lo bloquea, al menos en el apartado de las entradas, hasta que cuente con el visto bueno del Consejo de Administración, órgano en el que él ostenta la mayoría absoluta con sempiterno el apoyo de Jorge Cobo.

Mientras no se reúna el Consejo, el presidente cadista no cede las entradas recogidas en el nuevo convenio y la perjudicada por su decisión es la Asociación de Clubes Modestos y los niños que pertenecen a los equipos modestos.

Pina ostenta el poder decisión en el Cádiz de todo lo que esté relacionado con la parcela deportiva fruto del acuerdo al que llegó con Vizcaíno. El problema que se encuentra Pina es que el presidente quiere que las gestiones materializadas dentro de su mandato deportivo pasen por el filtro del Consejo. Es decir, que sean Vizcaíno y Cobo los que finalmente decidan sobre las gestiones que realiza Pina, con lo que estarían cercenando el poder del murciano, cuyas decisiones son válidas por sí mismas en función precisamente de ese poder.

El lío institucional continúa abierto y va para largo. Va a peor en un club dominado por la bicefalia y los enfrentamientos que se recrudecen.

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