La ardua tarea del entrenador

Ramón Blanco afronta la misión de recuperar a la plantilla en el plano anímico y reflotar la nave amarilla a base de triunfos consecutivos, la gran asignatura pendiente después de 13 jornadas

Ramón Blanco, enfundado esta semana con la ropa de entrenamiento del Cádiz en una sesión.
Ramón Blanco, enfundado esta semana con la ropa de entrenamiento del Cádiz en una sesión.
J.j.n. / Cádiz

23 de noviembre 2012 - 05:02

El regreso de Ramón Blanco al banquillo ha pillado por sorpresa a todo el cadismo, incluido él. Habrá opiniones para todos los gustos, pero nadie podrá dudar de la total identificación de Blanco con el escudo de la entidad a la que vuelve cuando nadie se lo esperaba. Se entregará en cuerpo y alma para intentar sacar al equipo de donde está y llevarlo lo más alto posible.

Pocos podían imaginar que el gallego iba a volver a dirigir al Cádiz catorce años después de su último paso por el vestuario. Pero la vida da mil vueltas y le da una nueva oportunidad en la que supone su cuarta etapa como entrenador del equipo amarillo, al que había pertenecido además como jugador a finales de los 70.

Con la ilusión de un principiante, aunque con una larga experiencia, el técnico ya se ha enfundado el mono de trabajo y esta semana prepara con afán el partido contra el Écija en el que será su reaparición como entrenador del Cádiz.

Ahora, con 60 años, Blanco tiene la misión nada fácil de reconducir el destino de un conjunto errático que si destaca por algo a día de hoy es por su mala ubicación en la clasificación (undécima posición). Pero el técnico no se arruga, le gustan los retos, está acostumbrado a tomar el mando en situaciones complicadas y ha cambiado los micrófonos de Onda Cádiz por la batuta de la orquesta que le ha encomendado dirigir Alessandro Gaucci.

Tiempo tiene por delante el sustituto de Monteagudo para enderezar el rumbo, aunque con la urgencia de reconducir al equipo a la senda del triunfo. Quedan veinticinco jornadas de Liga por disputar, un total de 75 puntos que aún no tienen dueño. El objetivo a largo plazo sigue siendo el mismo: meter al Cádiz en la fase de ascenso. Para alcanzar esa meta se deben cumplir otros retos más inmediatos. El primero es conseguir que el equipo salga lo antes posible de la dinámica negativa de resultados. Las tres derrotas consecutivas (Cacereño, Arroyo y Albacete), unidas al empate en casa ante La Roda, uno de los rivales más modestos del grupo, pesan como una losa hasta el punto de haberle costado el puesto a Monteagudo. De lo que se trata ahora es de lograr todo lo contrario, que el Cádiz sea capaz de encadenar triunfos, la gran asignatura pendiente que todavía no ha aprobado el equipo desde el comienzo de la temporada. Sumar seis o nueve puntos seguidos, por ejemplo, garantiza la escalada en la tabla que necesita el cuadro cadista.

Blanco ya aplica su metodología de trabajo, inculca a sus jugadores las aplicaciones tácticas y no descuida el aspecto mental. Es consciente de que la plantilla se encuentra frágil en el plano anímico y se emplea sin reservas en insuflar ánimo y confianza para elevar la autostima del grupo. La recuperación anímica de los jugadores se antoja como un factor determinante para que crean en ellos mismos y en el equipo. Es el primer paso para que el Cádiz regrese a los puestos altos de la clasificación.

Otra cuestión será la elección de los futbolistas que defenderán la camiseta del Cádiz sobre el césped. La llegada de un nuevo entrenador debe servir de estímulo a los futbolistas para ganarse un puesto en el once.

La primera alineación de Ramón Blanco llegará rodeada de expectación. Ya ha dejado claro que apostará por jugar con un pivote, de manera que las opciones de Edison Torres aumentan. Está por ver a quién ubicará por delante, pero Fall es el que tiene más papeletas.

En esa primer once inicial que confeccione el nuevo técnico, deberá decantarse por uno de los dos porteros: Aulestia o Bernabé, Bernabé o Aulestia. El manchego se había hecho con la titularidad en los dos últimos partidos en detrimento del vasco, pero ahora parten los dos de cero, al igual que el resto del plantel. La elección del cancerbero será importante, porque se supone que será por el que apueste el técnico para las próximas jornadas.

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