Cádiz CF

La alegría se queda en casa

  • Las aficiones viven con pasión el duelo y se intercambian 'piropos'

Un duelo provincial siempre genera un ambiente especial, como el que ayer se vivió en el Nuevo Mirador. La afición algecirista, en clara mayoría en su estadio, empujó de lo lindo desde la grada, aunque la hinchada cadista también se dejó notar. Los seguidores del conjunto amarillo, agrupados casi todos en uno de los Fondos -en Tribuna también hubo presencia de fieles del cuadro capitalino-, más de 300, no pararon de animar a los suyos y desempeñaron a la perfección el papel de jugador número 12 que el equipo siempre agradece, y más cuando le toca ejercer de visitante.

En los alrededores del estadio se apreciaba el carácter de alto riesgo que pesaba sobre el encuentro. Numerosos gentes de la Policía Nacional -algunos de ellos a caballo- controlaban la situación para evitar contratiempos. Ya con las aficiones en el interior del recinto, varios agentes se repartieron entre los dos Fondos, cerca de los sectores de seguidores más radicales de cada equipo.

Cada afición animó a su equipo como correspondía y sólo una pequeña minoría de hinchas locales dedicó gritos desagradables contra la capital gaditana, algo que no es nuevo cuando el Cádiz juega en Algeciras.

La tensión fue en aumento en la gradas a medida que fue avanzando el partido. Los gritos de "¡Balona, Balona!" de los aficionados cadistas fueron respondidos con los de "¡Oviedo, Oviedo!" por parte de la parroquia local, que con el 1-0 llamó "¡chirigota, chirigota!" a los visitantes. Un guiño carnavalesco propio de la época.

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