Alcalá-cádiz

Victoria a fuego vivo y liderato (0-3)

  • El cuadro amarillo se sobrepone al calor asfixiante y golea con facilidad a un rival endeble en un partido sin historia al que le sobra la segunda mitad. Primer encuentro que el equipo de Vidakovic termina sin recibir un gol

Pocas conclusiones se pueden extraer de un partido disputado a mediodía en Sevilla bajo un sol de justicia. Bastante hicieron ayer los jugadores de uno y otro equipo con mantener la tensión del choque mientras los tres puntos estuvieron sin dueño. Cuando el pescado estaba vendido, dejaron pasar el tiempo hasta que el pitido final los rescató de la sartén de la Ciudad Deportiva sevillista. El Cádiz solventó con éxito su primera salida liguera en la que el calor fue más enemigo que un endeble Alcalá que apenas opuso resistencia ante la evidente superioridad de los visitantes. El conjunto amarillo resolvió el encuentro con tres goles antes del descanso en una demostración de eficacia goleadora que le aúpa al liderato del grupo IV tras la segunda jornada con un balance inmaculado de seis puntos, con cinco tantos a favor y uno en contra.

El resultado fue lo más positivo para un Cádiz que, sin hacer nada del otro mundo, se limitó a controlar a su oponente sin complicarse la vida en exceso. Tan inocente fue el Alcalá que es el primer partido completo que el cuadro de Vidakovic no recibe un gol. Dani Miguélez se convirtió en un espectador más.

Las cartas quedaban boca arriba nada más comenzar el duelo bajo el sol. El Cádiz se hacía con el control de la pelota pero era incapaz de encadenar pases ante la fuerte presión de los locales que se acabaría diluyendo con el paso de los minutos. Enrique avisaba a los cuatro minutos con un lanzamiento de falta que se escapaba por encima de la meta alcalaína. Sin apenas espacios para crear, los de Vidakovic abusaban de los balones colgados al área mientras esperaban algún chispazo de Carlos Caballero o Fran Cortés. Ni uno ni otro. Fue Cifuentes quien rompía la telaraña con un medido servicio que dejaba solo a Enrique ante el meta local. El extremeño, acertado en su labor de delantero, empleó el exterior de su pie derecho para abrir la lata y dejar expedito el camino hacia la victoria.

Los visitantes habían tardado veinte minutos en asaltar la muralla de un modesto Alcalá que reaccionaba levemente con una ocasión de Mustafá abortada entre la defensa amarilla y Miguélez. El encuentro podía ser más cómodo de no ser por el calor asfixiante, porque los cadistas, sin hacer ruido y con un juego discreto, dominaba a un rival sin argumentos para hacer el más mínimo daño.

El segundo gol era cuestión de tiempo y llegaba en una acción  de estrategia, de donde el Cádiz está sabiendo sacar jugo en este arranque de temporada. Carlos Caballero lanzaba un córner con un rosca perfecta que Velasco recibía encantado para cabecear el esférico al interior de la portería defendida por Relaño.

El segundo tanto del Cádiz suponía un duro golpe en la línea de flotación de un Alcalá que se desinflaba, perdía intensidad en la presión y veía como el partido se le iba de las manos gracias a la dinamita de los amarillos en ataque.

Cuando el descanso asomaba con el 0-2 en el marcador, el colegiado regalaba cinco minutos de prolongación bien empleados por los cadistas. Un pase largo de Enrique hacia Velasco no llegaba a su destino ante la irrupción de Hermosín, que despejaba en dirección a su portería con el guardameta fuera de ella. El tanto por accidente daba la puntilla a un cuadro sevillano entregado a su suerte a mitad de partido.

El conjunto gaditano se iba al descanso con los deberes terminados sin haber hecho grandes alardes. Salvo catástrofe, sabía que tenía el partido ganado y se debatía entre dos alternativas: seguir trabajando a tope desafiando a la elevada temperatura a costa de un desgaste innecesario o levantar el pie del acelerador y dejar pasar los minutos.

Los jugadores del Vidakovic se decantaron por la segunda opción después de un par de ocasiones desperdiciadas por Aarón Bueno cuatro minutos después de la reanudación. En la primera disparó flojo con la derecha, su pierna mala, cuando lo tenía todo a favor en el interior del área local. En la segunda, más clara todavía, envió fuera el esférico cuando tenía toda la portería para él en un mano a mano con Relaño.

Después llegaba el carrusel de cambios. El técnico cadista daba minutos a Pachón, Dieguito y Moke en un duelo ya apagado y sin historia. El Cádiz solventaba su primera visita con suficiencia gracias a su pegada a la espera de citas de mayor exigencia, que las habrá pronto.

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