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El día que Nenad Mirosavljevic tocó el cielo del cadismo

  • El delantero anotó tres goles en el histórico 6-1 al Valladolid en el último ascenso a Primera

  • El serbio se retiró el pasado verano y es técnico del Cukaricki

Extranjero, con un físico más que curioso y un apellido casi impronunciable. Todas las características para que la afición se lo pasara en grande. Es lo que sucedió hace más de 12 años con Nenad Mirosavljevic y el Cádiz; una comunión que empezó con un ascenso a Primera y terminó con un adiós triste por parte de un delantero recordado por el molesto apodo de Mortadelo -desechado por el ariete y por el propio club- y que dejó una página inolvidable precisamente contra el rival del próximo viernes. Aquel día que Mirosavljevic, en 21 minutos, hizo tres goles en el 6-1 que recibió el Valladolid.

Dos temporadas (2004-06) permaneció en el Cádiz el jugador de origen croata pero nacionalizado serbio. Dos campañas en las que vivió la cara y la cruz del equipo; de la gloria del ascenso a la caída al infierno. La realidad es que los números del Mirosavljevic no fueron buenos y se quedaron sólo en regulares. Un goleador que en dos campañas perforó la portería contraria en diez ocasiones (cinco en cada una de ellas) y que dejó pocos detalles interesantes en su fase de juego torpe y algo lento.

El jugador balcánico, no obstante, vivió su día de gloria delante de la que fue su afición durante dos años. En la mañana del 15 de mayo de 2005 el Valladolid se presentaba en un Ramón de Carranza a medio reconstruir que rozó el lleno. Era la jornada 37ª y el ascenso estaba cerca. Mirosavljevic entró al césped en lugar de Oli en el minuto 60. Comenzaba su media hora dorada. Y es que entre los minutos 66 y 87, el ariete serbio anotó tres tantos que cerraban una goleada simplemente genial. Carranza a sus pies, coreando su nombre (Nenad), parte de su apellido (Miro) o simplemente 'pasaba' del comunicado del club para gritarle con furor Mortadelo.

Aquella mañana Mirosavljevic entendió un poco mejor lo que significa el Cádiz, porque, de alguna manera, tocó con sus manos el cielo del cadismo. Hizo tres goles en 21 minutos y tuvo tiempo de fallar una clara ocasión que estrelló en un poste.

Cuando el árbitro Caballero Herreros decretó el final del partido, el equipo celebró el triunfo con sus aficionados hasta que entendió que el ariete debía ser el protagonista con los hinchas. Mirosavljevic alzó los brazos mientras giraba sobre sí mismo hacia cada grada, y en su rostro seco, muy balcánico, se contemplaba la felicidad en su día más grande como cadista.

Nenad, a sus 39 años, se retiró el pasado verano como jugador del Cukaricki serbio, equipo al que sigue vinculado ahora como miembro del cuerpo técnico.

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