Cádiz CF | Manu Vallejo

"Mucha culpa de donde estoy y lo que soy la tiene Mere"

  • El jugador de moda en el equipo amarillo y en Segunda A mira a sus orígenes desde la humildad y el saber estar que le inculcan a diario sus padres

Manu Vallejo brinda por un año de éxitos en su localidad natal, Chiclana. / LOURDES DE VICENTE

Manuel Javier Vallejo Galván. Manu Vallejo. El futbolista de moda en el Cádiz Club de Fútbol, el canterano que el cadismo esperaba como El Mesías del fútbol base habla en exclusiva para Diario de Cádiz. El jugador que lo está cambiando todo desde la humildad, el oficio y las buenas maneras sobre el terreno de juego. Un futbolista de altura que despega desde lo más bajo dejando tras de sí la educación personal y futbolística del Sancti Petri que, unido a sus condiciones, le abrieron las puertas de la cuna del Cádiz CF. El niño se hizo hombre y con 21 años es un profesional cotizado dentro y fuera del Ramón de Carranza. Una auténtica sensación en la categoría de plata del fútbol español, blindado por el club con una cláusula que en Segunda A es sólo para elegidos. Chiclana y el cadismo, a sus pies.

–A punto de cumplirse la mitad de temporada en el primer equipo, ¿tiene la sensación de estar viviendo un sueño?

–Un sueño hecho realidad después de muchos años formándome en equipos de cantera. Cualquier canterano sueña con subir al primer equipo y hacer las cosas bien. Se está dando todo como era el deseo y hay que aprovechar estos momentos y trabajar con los pies en el suelo, que si seguimos como vamos seguramente disfrutaremos de cosas bonitas.

–Es titular y se ha ganado el respeto del vestuario y de la grada con solo 21 años. Un guión inmejorable, ¿no cree?

–Es verdad que en verano me hubiera costado creer estar como ahora. Siempre digo que he caído en un vestuario idóneo para la proyección de cualquier jugador y lo estoy aprovechando a partir de eso, echando mano de lo que ellos (los jugadores) me ayudan y me enseñan, aunque todavía me queda mucho por aprender en esto del fútbol. El camino todavía es muy largo.

–¿Cuáles han sido los principales cambios que ha notado desde que dio el salto al primer equipo procedente de Tercera División?

–Al final cambia en sí el fútbol porque hablamos de un salto importante de categoría, bastante grande. Realmente el cambio te lo da el juego. Ahora sé cuando puedo perder un balón y cuando no, y sé también que se pagan mucho más caros ciertos errores en esta categoría. No obstante, cuando me he metido dentro de la dinámica no estoy notando mucho el cambio. Es algo progresivo que voy asimilando bien.

–Es el espejo en el que se miran muchos canteranos. ¿Orgullo o responsabilidad?

–Seguramente muchos me verán y querrán ver su futuro reflejado en mí, pero realmente se dan ciertas casualidades esta temporada, ciertas oportunidades, pero hay que estar preparados por si te llega la oportunidad y ser tu mismo. Tiene mucho de orgullo y al mismo tiempo hay que tener presente la responsabilidad que ello te da.

–Precisamente un ex canterano y amigo suyo, como Pablo Molina, dice que no le sorprende su rendimiento y que llegará lejos...

–Tengo muy buenos amigos de la etapa en la cantera y cada año lo recuerdo con muy buenas cosas. Pablo (Molina) como canterano y como siente el Cádiz es como pocos; estoy seguro que me verá jugar y se le pondrá la piel de gallina. Él no tuvo la oportunidad o la casualidad no estuvo de su lado, pero es un gran futbolista y una persona increíble. Me alegro mucho que sienta eso por mí.

–Empecemos por su inicio: Sancti Petri, una escuela de fútbol con entrenadores y educadores como Pepe Núñez o Chano Tinoco. ¿Qué le viene a la mente?

–Buenos recuerdos todos. Entré en una escuela en la que te enseñan a nivel futbolístico y como persona. Llegué con cinco o seis años y me fui en cadetes, y eché muchas horas con entrenadores como Núñez o Chano. Lo recuerdo como momentos muy buenos y tengo grandes amigos de esa época. Por ahí está jugando gente que salió del Sancti Petri como Diego González (Málaga) y Jaime Sánchez (Real Madrid Castilla), porque esa escuela es una cuna de grandes jugadores.

–Luego llega a la cantera del Cádiz y quizás en este periodo hay un entrenador que le marca mucho. ¿Es así?

–Sí. Es Mere. Me cogió en una edad muy buena para corregir cosas que no estaba haciendo bien o a las que no les daba tanta importancia. Él y su cuerpo técnico están totalmente preparados para llevar a cualquier futbolista a la élite. Miguel Chamorro, como preparador físico, me ayudó en todo y estuvo un verano tratando de lograr lo mejor de mí. Y qué voy a decir de Raúl López, más cadismo que él, nadie. Me han enseñado todos muchísimos y ellos tienen mucha culpa de que yo esté ahora mismo en el primer equipo del Cádiz. Mucha culpa de donde estoy y lo que soy la tiene Mere.

–Y llega el salto al primer equipo. ¿Qué jugador te sorprende más por su calidad y compañerismo?

–Hay muchos futbolistas con un nivel impresionante que ya veía yo desde fuera. El mismo Álex Fernández es un jugadorazo de Primera y muy buena gente. Me ayuda mucho y es una persona espectacular. Los veteranos como Cifuentes, igual; José Mari, Sergio Sánchez... siempre dándome consejos. Desde que llegó parece que Sergio vio en mí como si fuera un hijo y es increíble su ayuda en lo futbolístico y en lo personal.

–Hábleme de Álvaro Cervera. ¿Su imagen real es la que muestra en cuanto a exigencia?

–Claro que sí. Es exigente y muy ambicioso porque al final es lo que le puede llevar al éxito. Tiene sus ideas y le dan resultado. Ha dado con un equipo en el que puede llevar a cabo sus ideas como es este Cádiz. Lleva tres o cuatro años y saca al equipo el máximo provecho y rendimiento. Es un entrenador que no deja que te relajes porque llegas al partido y no sabes si vas a jugar. De esta manera tiene a todo el mundo metido y enchufado.

–En el campo Manu Vallejo ataca, defiende, corre, presiona, hace goles... ¿Qué le falta?

–Correr, luchar y trabajar son los conceptos mínimos que se le deben pedir a un futbolista. Si acabas un partido y no haces gol pero peleas y corres, te vas contento. Tengo 21 años y hay muchas cosas que mejorar. Quizás muchas tomas de decisiones que en ocasiones no son las mejores, y tácticamente seguro que también tendré fallos. Entre todos me aconsejan para mejorar y yo estoy dispuesto a escuchar a esas personas que quieren lo mejor de mí.

–Miremos al equipo, que va sexto casi en el ecuador de la Liga. ¿Usted también aboga por los 50 puntos o se adjudica una licencia para soñar?

–Tenemos una plantilla bastante amplia y con buenos jugadores en la mayoría de las posiciones. Muchos de ellos se están quedando sin jugar a pesar de tener un nivel muy bueno. Es evidente que los 50 puntos te dan la tranquilidad de mantener la categoría, pero que la gente tenga claro que no nos quedaremos en los 50 puntos. Vamos a ir a por más. La afición y la ciudad merecen que estemos lo más arriba posible en la clasificación y vamos a tratar de pelear hasta el final. En ningún caso vamos a bajar la guardia una vez que sumemos los 50 puntos.

–Dígame sus rivales favoritos para ocupar las mejores posiciones de la categoría al final de temporada.

–Debemos partir de la premisa de que Segunda A es una categoría con mucha igualdad. El Málaga nos ganó con muy poco, pero esa dinámica mete a los equipos arriba. El del Granada es otro caso similar, de buen equipo y buenos jugadores. El Alcorcón está bien y puede aguantar el tirón. Y el Deportivo, a pesar de nuestra victoria tan clara, es un equipo a tener muy en cuenta. Esta competición en muy larga, con 42 jornadas, y aún pueden pasar muchas cosas.

–Me aseguran que la figura de su padre tiene mucho que ver en lo que es hoy en día...

–Él ha vivido esto a menor escala e intenta ayudarme con humildad y repitiéndome constantemente que tenga los pies en el suelo. Parecía que la vida me cambiaba con un salto grande categoría, pero al final sigo siendo el mismo. No he cambiado nada en mi forma de ser y eso se lo debo a mi padre. Él ha vivido esto y me lleva por el mismo camino que él tomó en su momento. Lo de mis padres es un plus que me ayuda muchísimo.

–¿Cómo lleva estar en la agenda de equipos y representantes que toman buena nota de su enorme rendimiento?

–Mucha gente me lo dice pero realmente creo que cualquier chico con 21 años que es capaz de meter goles, se llame Manu Vallejo o de otra forma, al final tiene a los equipos y a los ojeadores siguiéndole la pista. Hoy se sabe todo porque el fútbol se encuentra muy accesible. No es algo que me ponga nervioso porque estoy centrado plenamente en el Cádiz, en mi casa. Estoy con mi familia y formo parte de un vestuario buenísimo. De esta forma no tengo que pensar en otra cosa. Mi felicidad es donde estoy ahora mismo.

–Exteriorice un momento de los muchos que lleva vividos en el primer equipo.

–No tengo dudas si le digo que me quedo con el gol al Tenerife. Porque fue el primero, por cómo lo ejecuté y por lo que suponía. Es un sentimiento que no se me va a olvidar nunca. Siempre estará presente como uno de mis grandes recuerdos.

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