Cádiz-lorca atlético

Llueve sobre mojado en Carranza (1-2)

  • Crisis El Cádiz encaja su quinta derrota de la temporada ante el Lorca Atlético en un partido en el que vuelve a dejar mucho que desear Apuesta Vidakovic agoniza sin las botas puestas tras cambiar el sistema y revolucionar la lista de convocados

Risto Vidakovic agonizó al frente del banquillo del Cádiz sin las botas puestas. El serbio cambió su habitual sistema de juego y revolucionó la lista de convocados, dando entrada incluso al irlandés Ian Daly, en su último partido de la temporada ante el Lorca Atlético. Y todo, para nada. Llovió sobre mojado en el césped del Ramón de Carranza y hubo más de lo mismo. En resumen, quinta derrota de la temporada en un mal partido, muy gris, con una primera parte para el olvido y una segunda en la que los cadistas se pusieron unas pilas usadas que se gastaron antes de lo esperado.

Este Cádiz puede creerse superior a muchos rivales en el grupo IV de Segunda División B. Pero no lo es. De ello pueden dar fe ante notario Betis B, El Ejido, San Roque de Lepe, Lucena y Lorca Atlético, equipos que ya han pasado por encima de una plantilla llamada a marcar diferencias y que ofrece a día de hoy un sonrojante bagaje de cinco derrotas en los últimos siete partidos disputados. Pese a los pésimos números, en los primeros puestos no se han abierto diferencias insalvables y tras la jornada 13ª los amarillos son sextos en la tabla, a siete puntos del líder, un Sevilla Atlético que no falló ante el Jumilla, y a uno del Melilla, cuarto clasificado tras vencer al Puertollano.  Puede que haya que ir planteándose que el objetivo ha cambiado y ya no es quedar primero de grupo, pero lograr una plaza para luchar por el ascenso sigue estando a tiro. Y, a partir de ahora, hay que tener puntería para no fallar más de lo que permitirá el margen de error.

Lo de ayer dejó desnudo al entrenador, pero también a los jugadores. Risto Vidakovic optó por cambiar su habitual estilo de juego y conformó un doble pivote con Álvaro Jurado y Fran Cortés. Ni uno estuvo fino para destruir, ni el otro para construir. Por delante, de izquierda a derecha, se situaron Aarón Bueno, Velasco y López Silva. El primero volvió al equipo titular y dejó destellos de lo que puede ser y de lo que no debe ser, el segundo corrió más de lo que pensó y el tercero fue el hombre más enchufado vestido de amarillo y azul. Arriba, sin noticias de Pachón, la referencia de un equipo que juega con la cabeza agachada y que no ve más allá de sus propios pies.

Y si no hay ideas en la creación y existen lagunas en el ataque, en defensa brilla por su ausencia la contundencia que debe tener un conjunto recién descendido de Segunda A. Benigno Sánchez le ganó la partida a Risto Vidakovic y supo meter la cuchara donde debía para alimentar las esperanzas de sus jugadores de dar la campana en el Ramón de Carranza. El Cádiz, desde un principio, se mostró perdido. Los jugadores no acababan de asimilar el sistema del técnico y ayer se vieron obligados a cambiar el chip con la cabeza destrozada de tanta presión. Y hay que aprender a jugar contra la presión, porque sin vencerla no se consigue un ascenso.

Los amarillos solo ofrecieron en la primera parte estériles lanzamientos lejanos. Mientras, los murcianos, bien situados y con hechuras de ser un equipo más compacto, merodearon con cierta facilidad el área de Dani Miguélez gracias a su fútbol más directo. De repente, al poco de llegar al descanso, se encendió la luz de alarma. Uno de los calvos del Cádiz, Raúl López, hacía penalti en un saque de esquina y el árbitro, debutante en la categoría y hasta entonces con pintas de casero, señalaba penalti y, equivocándose, mostraba la cartulina amarilla por la acción al otro calvo del equipo cadista, Álvaro Jurado. Verdú, con paradinha, transformaba la pena máxima y dejaba el Ramón de Carranza tan desangelado como en los diez primeros minutos del encuentro, cuando el silencio inundó las gradas por  una iniciativa de Brigadas Amarillas. Álvaro Silva protestaba por lo ilegal del lanzamiento y como castigo era amonestado.

El Cádiz acababa la primera parte en el área del Lorca Atlético y, tras la reanudación, se mostraba más despierto. López Silva lo intentaba de todas las maneras y Aarón Bueno empezaba a aparecer. Con José Miguel Caballero ya en el campo tras sustituir a Fran Cortés, el catalán se internaba por la banda izquierda y su centro lo metía Méndez en su propia portería. La insistencia tenía premio y cuando todo apuntaba al segundo local, jarro de agua fría inesperado. Verdú lanzaba una falta y Olivares, elevándose cerca de la línea del área grande y con Dani Miguélez algo adelantado, marcaba de cabeza el segundo tanto visitante. El Cádiz acababa el partido roto y Vidakovic agonizaba al frente del banquillo sin las botas puestas.

Cádiz: Dani; Cifu, Silva, Baquero, Raúl López, Jurado, Velasco (Daly, 80´), Fran Cortés (J. M. Caballero, 56´), Aarón Bueno, López Silva, Pachón.

Lorca At.: Goyo, Adrián (Antonio, 75´), Germán, Mikel Méndez, Olivares, Casabella, Quintero, Aday, Yosimar (Sebas, 72´), Verdú, Alves (Jaime, 78´).

GOLES: 0-1 (38´): Verdú (pti.). 1-1 (68´): Mikel Méndez (p.p.). 1-2 (77´): Verdú.

ÁRBITRO: Hernández Maeso (Colegio extremeño). Tarjetas amarillas a Silva, Raúl López, Jurado, López Silva; Olivares, Casabella, Yosimar, Verdú, Jaime. Roja a Moke (89´)

CAMPO: Ramón de Carranza. Unos 1.500 espectadores.

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