Liam Robinson, uno de los hijos del desaparecido exconsejero del Cádiz CF, atiende a Diario de Cádiz con una entereza que impresiona para hablar de una de las pasiones de su vida, su padre recién fallecido. Liam comparte muchas cosas con Michael, entre ellas el cariño y el respeto por el equipo amarillo.

"Siempre tuvimos la suerte de saber lo que querían a mi padre por como él era, pero nunca imaginamos el impacto que iba a producir su muerte como estamos viendo en España y especialmente en Cádiz y en el Cádiz. Con el Cádiz ha compartido mucho y ahora me doy cuenta", explica Liam.

Acude a la pasión infinita de su padre hacia el conjunto amarillo para explicar que "ha sido una relación rara por el origen pero reflejaba la espontaneidad que él tenía". "Su amor por el Cádiz era tremendo, y todo lo que le unía a la ciudad le marcó mucho; yo, personalmente, no olvido cuando fue elegido rey mago y le acompañé en un día tan feliz para él".

Desde aquella 'liguilla de la muerte' que en 1987 le une al Cádiz por ser uno de los rivales en evitar el descenso -bajó a Segunda A el Racing de Santander-, Liam indica que "mi padre empezó esa relación amorosa con el club y que quiso mantener siempre porque disfrutaba compartiendo los éxitos y sufría mucho con las decepciones". "Nunca tuvo un mal rollo con el Cádiz al margen de la persona que dirigiera el club. Y sabía que ese cariño le generaba situaciones comprometidas como comentarista porque su compromiso era grande hacia el Cádiz".

Recuerda con orgullo y felicidad ver junto a su padre muchos partidos del Cádiz, pero se detiene en el duelo ante el Real Madrid, en Carranza, en la primera jornada de la última temporada de los amarillos en Primera (2005-006). "Fue una experiencia única lo que disfrutó de aquello. Yo puedo decir que lo vi. Fue algo muy agradable por lo que significaba para él". Y profundiza en el origen de esa pasión entre Michael y el Cádiz. "Lo de mi padre con el Cádiz fue un amor a primera vista. Él era muy espontáneo y un hombre muy unido al Cádiz y a Cádiz. Su agradecimiento era enorme por el trato recibido por la gente de aquí porque se sentía uno más. Desde un principio la acogida fue brutal". Un legado que piensa perpetuar. "Lo que mi familia y yo tenemos y sentimos por el Cádiz seguirá vigente al igual que lo sentimos por España. No vamos a olvidar nunca ese amor y cariño por el Cádiz. Tenemos una relación genial con el club y deseamos que se mantenga", exteriorizaba con mucho orgullo.

Liam desea que a su padre le recuerden "por lo que era porque quiero que todo el mundo sepa que no había otro; cerraba la puerta de casa y era igual". "Era sincero, puro y muy leal. Siempre hablaba mucho desde el corazón, mucho más que con la cabeza. Pero esa era otra de sus grandezas".