Cádiz CF

Idilio eterno entre equipo y afición

  • Hinchas y jugadores intercambian aplausos después de la goleada

Segundos después de que el colegiado decretara el final del encuentro, por la megafonía del estadio anunciaban la derrota del UCAM Murcia en el campo del Córdoba B y la alegría se desbordaba entre los 8.000 fieles aficionados que todavía poblaban las gradas. La fiesta era completa después de la goleada al Marbella porque el liderato, ese objeto de deseo que tanto se resiste, está, ahora sí, más cerca que nunca. Fue por eso por lo que la hinchada reclamó a los jugadores del Cádiz que no se fueran tan rápido al vestuario, que se quedaran un poco más sobre el tapete. Había motivos para una corta celebración aunque todavía queda mucho camino por recorrer hasta final de curso.

Los futbolistas se acercaron a la zona de Fondo Sur y desde allí intercambiaron aplausos con los seguidores en una comunión perfecta que puso la guinda a la jornada dominical. El grito de guerra "¡sí se puede!" resonó con mas fuerza que nunca desde la grada porque los motivos para creer aumentan cada semana. Si dulce es el momento del conjunto gaditano rebasado el ecuador del campeonato liguero, casi empalagoso es el idilio entre equipo y la afición, cada uno metido en su papel en pos del objetivo único del ascenso.

La parroquia cadista cantó los goles con energía, coreó los nombres de los protagonistas y se llevó a casa el buen sabor de boca que dejó la manita. No todos los días se marcan cinco goles. Aulestia y Airam Cabrera fueron los que más despertaron la inspiración de los hinchas, que primero cantó el nombre del portero cuando paró el penalti y después el del delantero cuando marcó dos veces.

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