Cádiz CF

Éxtasis cadista en las Puertas de Tierra

  • Miles de aficionados acuden a la fuente para celebrar el deseado ascenso amarillo. Los festejos con el equipo, a partir de las 19.30 horas con el estadio Carranza como punto de partida

 Han pasado siete años, un mes y dos días. Desde aquel 24 de mayo de 2009, el cadismo no ha tenido nada que celebrar. Sí ha habido lugar para las lágrimas, muchas, y casi siempre en Carranza: el amargo descenso frente al Numancia, la fatídica tanda de penaltis ante el Lugo, la enorme decepción frente al Oviedo, la impotencia frente al Bilbao Athletic… también tenían clavadas los seguidores amarillos las espinas de Miranda, L’Hospitalet, de Madrid frente al Castilla. Siete años, un mes y dos días sin nada que celebrar. Hasta esta noche.

Pocos podían aventurar un final tan apoteósico para una temporada tan irregular. Pero el fútbol a veces paga sus deudas y tuvo que ser en Alicante, escenario de uno de los episodios más tristes en la historia reciente del cadismo, donde el Cádiz sellara su regreso a la Segunda División. Al filo de la medianoche, con el ascenso ya en el bolsillo y mientras los 2.000 desplazados a tierras alicantinas emprendían su viaje de vuelta, las calles de la capital se pintaron de amarillo y miles de personas peregrinaron hacia la fuente de las Puertas de Tierra.

Mayores, jóvenes y niños participaron en la explosión de alegría que inundó el centro de la ciudad. Camisetas, bufandas y banderas ondeaban mientras los cánticos retumbaban en una madrugada de fiesta junto a las murallas, algo descafeinada -eso sí- por la ausencia del equipo, que hacía noche en Alicante y ha programado los festejos para la tarde del lunes, concretamente a partir de las 19.30 horas con el estadio Carranza como punto de partida. Pese a ello, miles de aficionados acudieron en masa a la fuente para celebrar que el Cádiz, su Cádiz, regresaba al fútbol profesional. El goteo fue incesante y prácticamente desde el pitido final ya había gente en los alrededores de la fuente. Cómo llegaron hasta allí tan rápido, un auténtico misterio. Abrazos, gritos, bengalas, euforia desatada tras tanta tensión... Una noche inolvidable para el cadismo, por fin.

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