Copa del Rey | Tenerife-Cádiz

El espíritu indomable de Manu (1-2)

  • Un golazo del canterano en el minuto 91 impide la prórroga y mete en la siguiente ronda a un equipo que va de menos a más

Los jugadores celebran el primer gol

Los jugadores celebran el primer gol

El Cádiz recuperó la autoestima a lo grande. Se impuso 1-2 al Tenerife en un final de infarto que resolvió Manu Vallejo con un golazo en el minuto 91 que dejó en nada el tanto del empate que poco antes había anotado Carlos Ruiz. Los amarillos fueron por delante todo el partido gracias al madrugador gol de Dani Romera y cuando vieron peligrar la eliminatoria apareció el chiclanero para meter al cuadro andaluz en la tercera ronda de la Copa del Rey. Su estreno goleador con el primer equipo llegó en el momento más difícil y oportuno, pero el canterano demostró una vez que no se asusta ante nada. No tiene límites y con su atrevimiento condujo al Cádiz a un nuevo episodio. Menuda pared inventó con Romera para evitar que el duelo se adentrase en la madrugada.

La victoria puede considerarse justa pese a una primera parte nada brillante aunque sí efectiva de los andaluces. Dieron un paso adelante en la segunda pero fue ahí cuando sí acertó el Tenerife hasta que Manu Vallejo decidió que no había prórroga. Su espíritu indomable le hace parecer un veterano. No se arrugó. El equipo creció con su ingreso desde el banquillo hasta que dio el golpe de efecto necesario.

Álvaro Cervera cumplió el guión previsto y alineó a los menos habituales. Hasta ocho modificaciones en relación al reciente duelo liguero en Mallorca. No pudo hacer todas rotaciones que hubiese querido para dar descanso por ejemplo a Álex Fernández, de la partida pese a no haberse perdido nada de la Liga ante la escasez de medios -Garrido, José Mari y Azamoum están lesionados-. La principal novedad consistió en la presencia del debutante Dejan Lekic, además del estreno este curso de Brian Oliván después de que no se hubiese resuelto su marcha durante el mercado veraniego.

Los amarillos salieron con un 4-4-2 en un duelo que arrancó desatado, para que quedase claro desde el principio que nada tiene que ver el torneo del k.o. con los rigores del campeonato doméstico. Los insulares a punto estuvieron de marcar en el primer minuto pero David Gil lo evitó. Casi sin respiro, en el 4 el que sí abrió el marcador fue el cuadro visitante. Edu Ramos cazó el balón tras un saque de esquina y puso un centro al corazón del área, todo calidad, que fue medio gol. Dani Romera, en posición de killer, incrustado entre la defensa, no perdonó y puso el 0-1 con un cabezazo certero. Los gaditanos aprovecharon la primera que tuvieron para inclinar la balanza a su favor. Todo lo contrario que los locales, que llegaron a la portería pero sin puntería. En el 10, Nano Mesa colocó tanto su disparo que la pelota se escapó junto a un poste.El tempranero gol adquirió el valor de un tesoro que los andaluces se empeñaron en defender ante el empuje de un anfitrión que se acercó con mucho peligro a la portería. David Gil respondió con un paradón al remate a bocajarro de Montañés y en la acción posterior -las dos en el minuto 20- el colegiado anuló un gol a Nano Mesa por fuera de juego. Nuevo susto sin consecuencias.

No lo pasó nada bien un Cádiz que, una vez más, se mostró frágil en el sistema defensivo y concedió ocasiones a un rival volcado en ataque aunque algo precipitado. Las aproximaciones arriba de los amarillos escasearon hasta tal extremo que tradujeron el gol el único tiro a puerta que hicieron en toda la primera parte. No les hizo falta nada más.

Las constantes oleadas de los chicharreros abocaron a los foráneos a un descarado repliegue hasta meterse demasiado atrás. La apuesta, arriesgada, le valió al menos para cerrar espacios y cortar la sangría de oportunidades de los locales hasta justo antes del descanso, cuando una vez más apareció David Gil -muy entonado en los 45 minutos iniciales-, que le ganó un mano a mano a Nano Mesa y en el rechace Naranjo remató al poste. Se salvó de milagro el Cádiz, que llegó al intermedio con una renta mínima que se disponía a seguir defendiendo en la reanudación.

Lekic, que apenas intervino en su debut, y Salvador Agra que quedaron el vestuario y Salvi y Manu Vallejo comenzaron la segunda mitad en una señal de que Cervera quería algo más de su equipo. El chiclanero casi marcó en el primer balón que tocó -en el 46- con un derechazo ajustado que repelió Galván. Los cambios hicieron pasar a los amarillos a un 4-4-1-1, con Alberto Perea de la banda a la mediapunta.

Mejoró el Cádiz, decidido a hacer algo más que defender, aunque los canarios vieron cerca el empate en el 49 con una falta lejana que David Gil despejó con pie cuando parecía que el balón se colaba en la portería.Las fuerzas se equilibraron y la dureza aumentó de nivel. Nadie quería perder aunque no fuese un encuentro de Liga, y menos los de casa. Los de Cervera consiguieron tener más el cuero y se mostraron más valientes en ataque con el desparpajo de Manu y la velocidad de Salvi.

La peor noticia llegó con el impactante choque entre David Gil y Servando en una acción que acabó con la marcha en camilla del capitán -sustituido por Marcos Mauro- con una posible fractura en un pómulo.

El partido alcanzó la recta definitiva con un escenario favorable a los amarillos, aunque les tocó sufrir el arreón final de los insulares. Sin embargo, los espacios que los locales dejaron atrás obligados por las circunstancias fueron una autopista hacia el cielo que los gaditanos no lograron aprovechar. Y cuando uno no saca jugo a su momento, pasa lo que pasa. En el 87, cuando el Cádiz tocaba con los dedos la siguiente ronda, Carlos Ruiz elevó el empate al marcador con un testarazo a la salida de un córner. Pero ahí no acabó la cosa. En el 91, ya en la prolongación, Manu Vallejo firmó un golazo tras una pared con Dani Romera al que ya no pudo responder el Tenerife. Con incertidumbre, pero el Cádiz sigue vivo en la competición copera.

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