'Calambur Intermediaciones' es la empresa que gestiona el club
Elena Pina aparece como administradora única de una sociedad que debe aportar 900.000 euros
La junta de accionistas del Cádiz desveló ayer uno de los secretos mejor guardados en los últimos tiempos, como era saber las condiciones que rodean al contrato de cesión de la gestión deportiva a la familia Pina Campuzano. Calambur Intermediaciones SL es la empresa que sostiene con nombre y apellidos el acuerdo.
El contrato quedó cerrado en julio del presente año entre el Cádiz y la sociedad domiciliada en la calle José Hernández, en Murcia, y cuya única socia y administradora es Elena Pina Campuzano, una de las piezas del clan de los Pina que, además, forma parte del consejo de administración de la entidad cadista. A petición de algunos accionistas minoritarios, la presidencia de la junta de accionistas fue desgranando los puntos del acuerdo destacando que el objetivo del contrato es encomendar la gestión y búsqueda de futbolistas de calidad suficiente para lograr el objetivo del ascenso. Esto último, bien como contratación o cesión. De alguna manera con la entrada de Calambur Intermediaciones se produce un trabajo externo de una serie de aspectos que antes desarrollaba el propio Cádiz y que, no obstante, presenta algunas limitaciones. Entre ellas hay que precisar que la empresa murciana no tiene facultades para contratar en nombre del Cádiz. Por lo tanto, el papel de Quique Pina -como cabeza pensante de la gestión deportiva- y de sus colaboradores se centra en la negociación con los futbolistas que interesen para la plantilla y que posteriormente son contratados; la negociación con los componentes del cuerpo técnico; y proponer el cese de jugadores y técnicos si la situación obligara a adoptar esa medida.
El contrato entre el club y la empresa cuenta con una duración de una temporada, por lo que expira el 30 de junio de 2012. La gestora creada bajo el nombre Calambur Intermediaciones sabía desde el pasado verano que el club destinaba 1.250.000 euros al pago de la primera plantilla (jugadores y cuerpo técnico), por lo que el dinero necesario para conformar un equipo de garantías que superase esta cantidad corría por su cuenta. Una vez cerrado el plantel ese montante asciende a unos 900.000 euros que deben ser aportados por la sociedad murciana. Como contraprestaciones, hay que señalar que se contempla una parte de los ingresos por taquillaje y abonados, y una subvención solicitada a la Junta de Andalucía cuya cantidad final de estos tres conceptos se fija en 1.082.000 euros. A partir de este dinero todo lo que entre en las arcas de la entidad será para Calambur Intermediaciones hasta llegar, si fuera el caso, a 1.982.000 euros para alcanzar los 900.000 aportados para la confección de una plantilla con suficiente potencial para lograr el ascenso. Si los ingresos finales superaran esa cantidad (1.982.000 euros), el reparto de ese dinero sería de un 30 por ciento para la sociedad de Pina y un 70 para el club.
De lo que no se habló nada es de la posible futura compra del paquete mayoritario de acciones de la entidad cadista por parte de Quique Pina. Desde que se cerró la cesión de la gestión deportiva el pasado verano se conoció que el dirigente murciano aterrizó en el Cádiz con el deseo, a corto plazo, de adquirir la propiedad del club. De hecho, en el transcurso de la presentación de su proyecto en la sala de prensa del Ramón de Carranza, hizo mucho hincapié en la necesidad de encontrar la mejor respuesta en la afición para que su plan de viabilidad en el equipo amarillo tuviera el mejor rumbo. Se entiende su petición en forma de deseo analizando los detalles del contrato que se dieron a conocer en la junta de accionistas de ayer, ya que una gran respuesta de la masa social le repercute en lo deportivo siendo el destino final el ascenso, por lo tanto es más apetecible adquirir la propiedad de un club de Segunda A; y en lo económico para cuadrar los números y que, al menos, esta temporada no le cueste demasiado dinero la apuesta personal que hizo hace unos meses para reflotar la parcela deportiva del Cádiz.
Por otro lado, la llegada de Juan José Pina a la presidencia del Cádiz se produjo, según explicaron los consejeros, con la adquisición por parte de éste de cinco acciones compradas al Grupo Deportivo Bahía de Cádiz (integrado por Antonio Muñoz, Federico González y Paco Puig), operación efectuada con un contrato privado de compraventa. Este aspecto no dejó muy conformes a algunos accionistas minoritarios que, en este sentido, se quejaban de la falta de información en el libro de registro de las acciones.
Continuando con más aspectos dentro del ámbito deportivo que se trataron en la cita celebrada en el Hotel Tryp Caleta, también fue inquietud de los accionistas minoritarios conocer el estado real de la propiedad de los jugadores de la primera plantilla, a fin de aclarar cuáles pertenecen al club gaditano y los que son propiedad del Granada y que han recalado en el conjunto cadista bajo cesión o préstamo. Aunque existían algunas dudas, el vicepresidente Luis Sánchez Grimaldi afirmó que Baquero, Aulestia, Lolo Armario, Dieguito, Moke, Caballero, Gonzalo, Álvaro Jurado, Serrano y Enrique pertenecen al Cádiz, quedando en el aire si Dioni también forma parte de esa lista, una incógnita que finalmente no resultó despejada.
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