Zonas urbanas vulnerables | Cádiz

Puntales sigue con un pie en el Más Allá pese a la futura inversión de la EDUSI

  • Con calles sin urbanizar desde hace 15 años, con solares y locales comerciales abandonados y con cada vez más familias con necesidad de alimentos, el barrio no acaba de ver la luz

  • “Buena parte de Puntales debería ser zona ERACIS, pero nos han dejado fuera”, denuncia Pilar García, presidenta de la Asociación de Vecinos Fuerte de San Lorenzo

Miembros de la asociación de vecinos Fuerte de San Lorenzo atraviesan una de las calles de Puntales durante un recorrido por el barrio.

Miembros de la asociación de vecinos Fuerte de San Lorenzo atraviesan una de las calles de Puntales durante un recorrido por el barrio. / Jesús Marín

Puntales no es ya ni por asomo aquel barrio rodeado de industrias abandonadas y cercado por un cinturón de vallas de hace veinte años. La demolición de los antiguos depósitos de Campsa, el derribo de la tapia que lo separaba del vecino Loreto y la apertura de una nueva avenida. La eliminación de la vieja central eléctrica, la construcción de nuevos equipamientos públicos y de nuevas promociones residenciales y la ampliación de sus horizontes a ese impagable balcón que se abre a la Bahía han supuesto, sin duda, una importante transformación acumulada. Una transformación fruto de inversiones públicas y modificaciones urbanísticas reivindicadas y alentadas sin descanso por la Asociación de Vecinos Fuerte San Lorenzo del Barrio de Puntales, presidida por José Manuel Hesle, primero, y por Pilar García, después, y ejecutadas en anteriores mandatos municipales.

En este solar la Junta tiene proyectadas 89 VPO. "El año pasado se hicieron la foto y nunca más se supo", dice Pilar García. En este solar la Junta tiene proyectadas 89 VPO. "El año pasado se hicieron la foto y nunca más se supo", dice Pilar García.

En este solar la Junta tiene proyectadas 89 VPO. "El año pasado se hicieron la foto y nunca más se supo", dice Pilar García. / Jesús Marín

Todo junto supuso un cambio sin duda mucho mayor que el que vendrá de la mano de la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado (EDUSI). Este proyecto, que por supuesto agradece mucho Puntales, pretende conectar el barrio con el nuevo paseo marítimo de la Barriada de la Paz por el paseo al que da nombre el histórico dirigente vecinal mediante una pasarela de madera que cruzará el mar hasta la Estación Naval, contempla el retranqueamiento de la valla de la instalación militar en cinco metros, una circunvalación que persigue sacarlo definitivamente de su aislamiento y hasta un punto de información turística. Se prevé una inversión de en torno a un millón de euros.

Pilar García, presidenta de la asociación, ante un parque sin terminar. Pilar García, presidenta de la asociación, ante un parque sin terminar.

Pilar García, presidenta de la asociación, ante un parque sin terminar. / Jesús Marín

Pero en algunos aspectos, en demasiados, Puntales todavía sigue con un pie en el Más Allá. Ya no tanto en un Más Allá espacial –desde El Fénix se tarda en llegar en autobús en apenas 25 minutos, eso sí, con muy poca frecuencia– sino en un Más Allá temporal que parece mantener algunas zonas del barrio ancladas en los años 60, como un arrabal de los de entonces. Esta imagen digna de la primera temporada de Cuéntame se pone de manifiesto en solares municipales abandonados, en calles sin urbanizar desde hace más de quince años (el caso de la calle Dársena es sangrante), en el descuido de los equipamientos públicos, en la falta de accesibilidad de algunas de sus aceras y en un comercio local desaparecido que ha hecho perder el pulso al barrio y la compra a los mayores en favor de un supermercado cercano. Sobre todo se revela en el incremento de las familias que necesitan de alimentos y se ven obligados a recurrir al reparto que sostiene la asociación de vecinos Fuerte de San Lorenzo. Una cifra que casi se ha duplicado desde que estallase la pandemia, según apunta su presidenta.

Estado en el que se encuentra el solar municipal abandonado, junto a la calle Dársena, todavía sin urbanizar. Estado en el que se encuentra el solar municipal abandonado, junto a la calle Dársena, todavía sin urbanizar.

Estado en el que se encuentra el solar municipal abandonado, junto a la calle Dársena, todavía sin urbanizar. / Jesús Marín

Hemos pasado de atender 50 familias a 85. Se ve que la necesidad está ahí. Estamos conectadas con las bases de datos de Asuntos Sociales y ello saben, por tanto, si han crecido o no. Deberían darse cuenta de que ciertas calles de Puntales tendrían que estar dentro del proyecto ERACIS”, dice Pilar García. ERACIS. Otras siglas mágicas, como las de la EDUSI: Estrategia Regional Andaluza para la Cohesión e Inclusión Social. Intervención en Zonas Desfavorecidas. Un proyecto de la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación que dejará 3,5 millones de euros en zonas como Guillén Moreno, Cerro del Moro, Barriada de la Paz, algunas calles de la vecina Loreto, en un par de ellas de Cortadura y hasta en Segunda Aguada. No en Puntales. “Siempre hemos tenido la negativa por respuesta por parte de la Junta de Andalucía”, denuncia la dirigente vecinal. “Un estudio de una empresa contratada por la administración andaluza concluyó que Puntales no necesitaba la ERACIS. Y, sin embargo, el barrio de Segunda Aguada, con zonas con alta densidad de población de clase media, sí que está”, se queja Pilar García.

El antiguo edificio del Club Náutico Alcázar, donde en su momento un hubo un hotelito. El antiguo edificio del Club Náutico Alcázar, donde en su momento un hubo un hotelito.

El antiguo edificio del Club Náutico Alcázar, donde en su momento un hubo un hotelito. / Jesús Marín

“Estuvimos batallando mucho, tanto con la anterior concejala de Asuntos Sociales, Ana Fernández, como con la Junta de Andalucía. La respuesta que nos dieron es que Puntales es zona residencial”, explica la dirigente sindical. “Y Puntales no es zona residencial ¿Que hay promociones de viviendas privadas? sí. No digo que no haya calles que no necesiten estar en la zona ERACIS, pero hay otras que sí. Dentro del barrio hay un desequilibrio muy fuerte. Está la zona antigua, de la plazoleta, y la del paseo marítimo. Hubiese bastado con dejar fuera esas nuevas promociones de viviendas. Como ha pasado en Loreto. Por eso protestamos. En la ERACIS deberían estar la plazoleta, la Calle Real, Carraca, Explanada, Arenal y Áncora, que es donde están los edificios que vendió Procasa durante el gobierno de Teófila. Son viviendas sociales que se hicieron en los años 60, donde hay familias obreras, humildes, que se han quedado en paro. Y ahora, con la pandemia, se ha recrudecido todo. Por eso estamos haciendo una llamada de socorro. Porque en la ERACIS hay proyectos buenos para ellas, pero si no tienes tu domicilio en zona, no puedes ser beneficiario”, concluye Pilar.

María del Carmen, en una de las zonas donde las aceras no son accesibles y donde se filtra agua a las viviendas cuando llueve. María del Carmen, en una de las zonas donde las aceras no son accesibles y donde se filtra agua a las viviendas cuando llueve.

María del Carmen, en una de las zonas donde las aceras no son accesibles y donde se filtra agua a las viviendas cuando llueve. / Jesús Marín

María del Carmen Gandul y José Acuña fueron de los primeros colonos que tuvo el barrio de Puntales, cuando el vecino Loreto todavía no había empezado a levantarse. Ambos viven allí desde octubre de 1968 y son vocales de Mayores y de Socios, respectivamente, de la asociación. “A lo largo de los años, el barrio cambió, primero para bien y luego para mal. Y ahora, más bien para mal, sobre todo para los mayores”, resumen María del Carmen. “Los bancos de la plazoleta están de pintura fatal, los arriates no los arreglan, las plantas están todas secas y no han podado los árboles. Hicieron un campo de fútbol y otros deportes, pero no lo mantienen: las alambradas se han roto, las redes de las porterías, que colocaron mal orientadas, también, y nos dan unos balonazos muy peligrosos, y aquello siempre está abierto sin horario ninguno... También hay algunos tramos de aceras que no son accesibles”. De hecho a la misma puerta del centro de promoción social donde está la asociación de vecinos, María del Carmen, que se ayuda de un andador, se encuentra con el alcorque de un árbol y con el carril-bici. Y el autobús no para en la plazoleta desde hace un año. La circunvala, pero no para. Ni siquiera para las personas con movilidad reducida, que los días de lluvia y viento se ven obligadas a cogerlo en medio de un descampado.

Locales comerciales vacíos en la calle Salvador Viniegra y Valdés. Locales comerciales vacíos en la calle Salvador Viniegra y  Valdés.

Locales comerciales vacíos en la calle Salvador Viniegra y Valdés. / Jesús Marín

Pero lo que más echamos de menos los mayores es tener más cerca los comercios”. La llegada de un supermercado de una gran cadena “lo ha cambiado todo, pero para peor –dice esta vecina– Antes había una serie de tiendas en el barrio que ahora no hay. Ahora, para comprar una bombilla tienes que ir a Loreto o más lejos. Lo único que queda es una peluquería, una carnicería y una tienda donde comprar el pan y otras cosas de alimentación. No hay ni donde comprar un sobre, ni un buzón donde echar una carta”, dice María del Carmen, que se la ve todavía aficionada a ese precioso medio de comunicación que era el correo. “Y menos mal que tenemos la peluquería”, recalca. “Tampoco hay donde echar una quiniela, dice José. “Cuando vinimos aquí a vivir teníamos un estanco, una tienda de comestibles, un refino, una droguería, una pescadería, una carnicería, fruterías, y entonces éramos muchos menos. Y el barrio estaba mucho más limpio que ahora... cuando Teófila estaba como alcaldesa mandaba pintar los bancos de la plazoleta, podar los árboles... eso se ha perdido por completo...”, apunta su vecina y compañera de directiva.

Otra de las demandas vecinales es que si no se consiguen alquilar los locales comerciales municipales, que se transformen en viviendas. En Puntales puede haber casi una decena que llevan años vacíos, apunta Pilar García, muchos de ellos en la calle Salvador Viniegra y Valdés. En un solar de al lado, sin urbanizar y repleto de coches aparcados, situado delante del Chikipark, están proyectadas 89 viviendas de protección oficial. “El año pasado vinieron de la Junta de Andalucía a hacerse la foto y ya no se sabe más”, cuenta Pilar. En Puntales los proyectos, por sencillos que sean, tardan en realizarse años e incluso décadas. “Este ancla tardaron en ponerlo ahí diez años”, recuerda José, refiriéndose al de la rotonda de entrada al barrio. Todo un emblema de al ritmo al que funciona la inversión pública en Puntales. Como el antiguo edificio del Club Alcázar, que en su momento albergó un hotelito. “A día de hoy, ni el Ayuntamiento sabe de quién es. Y ahí sigue, clausurado y tapiado”, cuenta Pilar.

Pistas deportivas que están causando molestias a los mayores. Pistas deportivas que están causando molestias a los mayores.

Pistas deportivas que están causando molestias a los mayores. / Jesús Marín

En cualquier caso, el caso más indignante de abandono es el de la calle Dársena, que está sin urbanizar desde hace una década y media. Hay carriles sin asfaltar en mucho mejor estado en el diseminado de Chiclana. Y en la cercana calle de Fernández de Cossío no hay desagües de pluviales, de manera que cuando llueve, el agua se filtra a las viviendas. “Nos dicen que lo de Dársena está previsto para el año que viene. Se ve que no lo consideran urgente, pese a que llevamos denunciándolo desde hace años”, lamenta la presidenta de la asociación.

Pese a todo, Puntales sueña con que las administraciones se coordinen y se pongan manos a la obra ya mismo para dinamizar un barrio desde el punto de vista social y económico donde el Fuerte de San Lorenzo del Puntal y la imponente torre eléctrica de Sevillana pueden convertirse en un importante atractivo turístico que ayude a impulsarlo.

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