Ha sido tan bonito como fugaz. La operación se iniciaba el miércoles a mediodía y debía terminar, a más tardar, este viernes, ya que la intención de la asociación Pequeña Nowina era cargar todo lo recogido en el hospital de San Rafael para que saliera desde las Bodegas Caballero de El Puerto de Santa María este mismo sábado rumbo a Ucrania.

Allí será recibido con los brazos abiertos por los cientos y cientos de refugiados que, huyendo de la sangrienta invasión, tuvieron que dejar sus casas y sus enseres más personales en busca de asilo más allá de la frontera de Ucrania.

Los trabajadores de San Rafael se encargaron de meter en cajas todo lo recogido

Finalmente han sido tres furgonetas hasta los topes las que salieron este viernes hacia El Puerto cargadas, sobre todo, con alimentos no perecederos, productos de parafarmacia. A última hora, desde la propia Pequeña Nowina notificaron a Chari Figueroa, la auxiliar sanitaria que ha dirigido toda la recogida con ayuda de decenas de trabajadores del hospital de José Manuel Pascual, que muchos de los refugiados estaban llegando con los zapatos rotos, lo que, en contacto, con la nieve y a causa del frío les estaba provocando quemaduras.

Y, dicho y hecho, con parte del dinero recaudado y que no dejaba de llegar a San Rafael, los organizadores de esta exitosa iniciativa solidaria se dirigieron a la empresa Decathlon para comprar allí ropa y calzado especialmente diseñados para el frío. 

A las tres furgonetas que salieron desde San Rafael hay que sumar también la que el empresario gaditano Agustín Rubiales se ha encargado de llenar personalmente con productos de Makro para así aportar su granito de arena a este proyecto nacido entre los trabajadores del hospital gaditano.

Chari Figueroa destacaba emocionada que muchos de los pacientes que acuden al Hospital de Día de Oncología para recibir tratamiento de radioterapia quisieron participar también en esta recogida de alimentos y víveres y aportaron dinero que, de inmediato, fue usado para la compra de alimentos y víveres. Figueroa quería destacar igualmente el detalle de dos señoras mayores que se acercaron el jueves hasta San Rafael para aportar ni más ni menos que 400 euros que seguramente procederían de sus ahorros o bien de sus pensiones. 

Igualmente, tanto Chari como el resto de trabajadores de San Rafael querían hacer llegar su agradecimiento a todos los empresarios gaditanos y ciudadanos de a pié que no han querido perderse esta oportunidad para convertir en un hecho el sueño de poder ayudar a los que realmente lo necesitan.