Cádiz

El último día de silencio

  • En el CEIP Profesor Juan Carlos Aragón trabajaban este jueves para que el centro esté en perfecto estado de revista

Una profesora del CEIP Profesor Juan Carlos Aragón delimita el suelo de un aula.

Una profesora del CEIP Profesor Juan Carlos Aragón delimita el suelo de un aula. / Lourdes de Vicente

Es víspera del inicio del curso y en el CEIP Profesor Juan Carlos Aragón se trabaja a destajo. El profesorado y el personal no docente, todos a una. El nivel de ruido es mínimo, a la espera de que este viernes la algarabía de los pequeños invada todos los rincones. Vanesa Curado, la jefa de estudios, asegura que “la experiencia nos ayudará a llevar mejor este curso”. Se refiere al protocolo Covid, casi el mismo del año pasado “salvo la distancia entre pupitres, reducida, y la ausencia de mascarillas en los grupos de burbuja de Infantil cuando estén en clase”. El alumnado estará hoy en el colegio dos horas y media como toma de contacto. Para que se encuentren todo a punto en el centro “casi no hemos parado ni con el verano”.

Además de acoger el Programa de Refuerzo Estival las obras han dado un plus de calidad a un centro que lucha por su supervivencia y que, a fuerza de mucho trabajo del equipo directivo y del profesorado, con la implicación de las familias, está de dulce. En una zona donde la vecindad prefiere en su mayoría los centros concertados. El colegio ha dado un enorme cambio, exterior e interiormente.

“El lunes ya comenzamos con el comedor, al que acudirán este año entre 50 y 60 alumnos, que son más de la mitad de los matriculados en el centro: 97. La mayoría, con bonificaciones de la Consejería de Educación. También se pondrá en marcha el Aula Matinal”, apunta Curado. El centro ha crecido en número de alumnos. “Algunos más que se han incorporado en varios cursos. Creemos que el esfuerzo del claustro y las reformas se están notando. Y las familias, satisfechas, responden”.

¿Qué esperan de este curso? La jefa de estudios responde: “Realizar proyectos que con las restricciones Covid no pudimos hacer e ir rescatando poco a poco la normalidad con actividades grupales dentro de lo que se pueda. Y mantener las actividades al aire libre”.

El colegio cuenta con 14 docentes, de los que 12 son mujeres. Una de ellas, Manuela Torrejón, maestra de refuerzo educativo en Primaria, señala que el reto es que sus alumnos “superen sus dificultades y se pongan al nivel del resto. Y que vengan contentos a clase y que no se vean diferentes”. Reconoce que “el año pasado teníamos más miedo, más dudas, pero nos beneficia, solo en este caso, tener menos niños, porque se puede aplicar mejor el protocolo Covid”. Y apostilla que la educación “ha cambiado mucho y el Covid ha sido otra prueba de fuego para la profesión”.

María del Mar Cacheiro, tutora de 5º curso, afronta el nuevo curso “con más tranquilidad. Todos los profesores tenemos las dos dosis y las familias están más concienciadas”. No será fácil. “Lo hacemos por vocación. De lo contrario, ya habríamos tirado la toalla porque han sido muchas las dificultades”, indica. Y concluye que “todo esto ha servido para cohesionar más al profesorado. Hemos trabajado mucho y hemos tenido que poner los pies en el suelo y priorizar lo verdaderamente importante”.

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