Aprovechando una visita a la capital para predicar los cultos de Buena Muerte, Juan Enrique Sánchez concede esta entrevista a fondo, en la que responde con claridad a todas las cuestiones de la actualidad cofrade gaditana desde su visión como delegado episcopal de Hermandades y Cofradías.

-Primera Cuaresma al frente de la delegación episcopal de Hermandades. ¿Cómo la está viviendo?

-Bueno, desde mayo que me pidió Don Rafael que me hiciera cargo de la delegación episcopal hasta ahora no ha habido grandes calamidades (ríe). Me he ocupado de visitar el 99% de la diócesis. Yo creo que las cosas van saliendo, sobre todo desde un querer servir, porque ante todo intentamos siempre dar la mejor solución posible y a la mayor rapidez posible; de hecho, en alguna ocasión me he visto a la una y media de la madrugada firmando decretos de nombramientos, permisos para cabildos y esas cosas. El trabajo es constante, no hay día que no hable con el Secretariado y poco a poco iremos avanzando en algunos puntos que queremos abordar.

-La Cuaresma se ha tornado un tanto tensa en Cádiz, sobre todo a raíz de los acontecimientos en la calle el pasado fin de semana. ¿Cómo valora estos desagradables episodios?

-Mi primer sentimiento al ver las imágenes tanto del vía crucis del Nazareno como de la agrupación del Cautivo fue de tristeza, porque creo que no estamos sabiendo tener el comportamiento adecuado hacia un culto externo, en estos casos un rezo del vía crucis y unas meditaciones. Creo que el pueblo que contempla este tipo de manifestaciones de fe debe hacerlo con más respeto. No entro a valorar si estamos más o menos de acuerdo en determinados aspectos que son discutibles y opinables, pero creo que no es el foro ni el momento adecuado vociferar ante una imagen sagrada como si fuera un estadio de fútbol o una plaza de toros. Y creo que entre todos debemos educar a nuestra gente a que ante las imágenes hay que orar. El año pasado también recuerdo también haber visto unas imágenes de La Palma por la calle Sagasta con palabras malsonantes, incluso. Creo que no es el lugar. Y cuando ponemos el acento en un elemento de la Semana Santa gaditana como es la horquilla porque no suena como uno cree que tiene que sonar, estamos poniendo por delante de Jesús y María un elemento que si bien es peculiar e importante, no es esencial.

-¿Y cuando esas protestas y gritos vienen de gente que de una u otra forma son parte de las hermandad, como ocurrió el sábado en la salida del Cautivo, es la situación más preocupante? ¿habría que actuar en esos casos?

-Ante todo, la Iglesia tiene que ser Madre de Misericordia, eso hay que tenerlo claro. Y según tengo entendido, el señor que tuvo el incidente con el Cautivo va a reconocer que se ha equivocado, y la propia hermandad del Caído ha enviado una carta de disculpa al párroco de San José. Dicho esto, creo que sí, que evidentemente cuando estas cosas se salgan de madre tendremos que ver quién o quiénes son los autores y tendremos que actuar; en un primer momento pidiendo a esas personas que rectifiquen y pidan disculpas; y cuando la cosa sea grave, pues ahí están los reglamentos internos de las hermandades, que prevén las sanciones oportunas. Pero antes de llegar a eso, hay que procurar que todo el mundo cofrade, Consejo, hermanos mayores y juntas de gobierno, capataces... eduque ante todo y sobre todo en el respeto a las sagradas imágenes. Por muy legítimas que puedan ser las reivindicaciones, pierden la razón en el momento en que se empieza a gritar o insultar.

-La formación tendrá su cuota de responsabilidad en eso...

-Ese es un tema a trabajar, porque la laguna es muy evidente, sobre todo en las nuevas generaciones. Vemos a jóvenes muy formados a nivel estético, musical... pero con grandes problemas de formación. Estamos trabajando en eso.

-¿Pondrá la Iglesia un límite en este tipo de episodios?

-Gracias a Dios, aunque estos hechos son muy llamativos, son aislados. Y como tal, se puede localizar. Es una minoría del pueblo gaditano el que actúa así. No creo que la cosa vaya a más, porque sería muy triste y empobrecedor para la Semana Santa de Cádiz que esto se tomara como norma.

-Hablando de normas, los Obispos del Sur han regulado los usos extralitúrgicos de las iglesias, lo que de alguna manera afecta a las hermandades...

-En primer lugar, conviene resaltar que no se trata de algo dedicado a las cofradías. Y yo creo que en este asunto debe haber algo tan sencillo como el sentido común y el diálogo de la hermandad con el director espiritual. Yo no veo ningún problema en hacer un pregón, si éste se orienta a las imágenes titulares, a santos o al Santísimo, si es algo eucarístico. Y en los conciertos tampoco creo que haya problemas, todo es cuestión de espacios, infraestructuras... El templo debe ser lugar de oración, de celebración de la fe. Y otros actos creo que pueden tener cabida en otros lugares.

-¿Y de las normas para hermandades que según el arzobispo de Sevilla están preparando los Obispos del Sur qué sabe?

-Creo que más que anunciar algo inminente transmitió un deseo. Ahora mismo no trabajamos en normativa alguna; sí tenemos conciencia de que la actual funciona y está sirviendo mucho, pero que hay que perfilar algunas cosas. Pero no somos conscientes de que en Andalucía se esté trabajando en eso. ¿Puede ser interesante? Claro que sí, pero si nace del diálogo entre todos, y no de una diócesis para todas las demás. Creo que podemos llegar a acuerdos en puntos básicos y generales, que además nos dará una imagen de mayor unidad.

-¿Cómo valora la creación y proliferación de asociaciones o grupos que pueden derivar en nuevas cofradías?

-La Iglesia, evidentemente, ve con buenos ojos todo anhelo de encuentro con Dios y de vivir la fe. Pero a veces bajo esa apariencia se esconden personalismos, divisiones, enfrentamientos con otras hermandades... Por eso, hay que estudiar cada caso concreto, sin prisas. En la diócesis el número de cofradías es bastante aceptable, por lo que habrá nuevos barrios y zonas residenciales donde sea positivo fundar una cofradía, pero en otros no parece necesario. Tampoco son muchas asociaciones en la diócesis, aunque es mejor denominarlas agrupaciones. Hay que estudiar este asunto.

-¿Han tratado ya en el Secretariado la intención de Servitas de cambiar su salida al Viernes de Dolores?

-Hay que tener en cuenta que Servitas no es una cofradía, sino una orden seglar, y por tanto tiene una forma propia de trabajar. Además, tengo entendido que Servitas se incorpora a la Semana Santa a petición de un alcalde para revitalizarla. Y que la festividad propia de la orden es el Viernes de Dolores, cuando se celebra la fiesta de María al pie de la Cruz. Yo soy miembro de la orden, y no veo mal el cambio de día. ¿Que queda un hueco el Viernes Santo? Sí, pero igual que ha habido cofradías que se han ido de la Madrugada a otras jornadas, ahora se pueden mover de otros días al Viernes.

-¿Y la salida podría ser con túnicas?

-Eso no lo hemos hablado aún.

-Y de los cambios de día, a todo lo contrario: ¿qué le parecen los cabildos convocados para fijar horarios de salida?

-Cualquier modificación en el reglamento interno debe contar después con la aprobación del Secretariado y de la delegación episcopal. Pero lo que debe quedar claro es que quien tiene la última palabra en caso de conflicto es siempre el Consejo.