Gaditano de fina estampa
Tributo a Jaime Pérez-Llorca
Mi relación con Jaime comenzó en el año 1975. Surgieron por nuestra común adscripción a las ideas socialistas, y lo que se inició motivado por las relaciones políticas se transformó con el tiempo en una relación de amistad., favorecida por nuestra cercana vecindad.
En los años del tardofranquismo (1972), un grupo de jóvenes alcalaínos, comenzamos a reorganizar, en la provincia, el partido socialista obrero español. Formalizamos nuestra afiliación al mismo, tras conectar con el grupo de socialistas sevillanos, a través de un instalador eléctrico que trabajó en la Barriada del Larios. La Asesoría Laboral sevillana situada en la calle Capitán Viguera, fue nuestro punto de conexión.
La relación con Jaime se estableció a través de la Federación Socialista Madrileña, con la que él había formalizado su afiliación.
Su contribución a la consolidación del PSOE en Cádiz fue notable. Era un profesional con prestigio, con una posición social relevante, que aportó visibilidad y presencia a la incipiente y renovada organización. Hay que significar que el primer núcleo gestor del socialismo gaditano estaba formado sólo por estudiantes y docentes.
Jaime asumió la representación del PSOE en actos públicos, tales como colocarse en una mesa recogiendo firmas en petición de la Amnistía en la calle Ancha,(1975), o participando en el acto del Colegio mayor Chaminade, en San Felipe Neri(1976). Hay una foto, publicada en el Diario de Cádiz, en la que aparecemos ambos en el balcón del colegio. Expongo estos acontecimientos como muestra de su indudable y generoso compromiso en la lucha por la recuperación de las libertades y derechos democráticos.
Desde el primer momento se definió como socialdemócrata, lo que suscitaba en nosotros, que nos definíamos, como socialistas revolucionarios, un cierto desdén y desconsideración por su ascendencia “burguesa”, carácter elitista y posturas moderadas. Hay que entender que la lucha contra la dictadura franquista radicalizaba nuestros postulados políticos, en un contexto, en el que, tras el Congreso de Suresne, el partido postulaba la “ruptura democrática” como final de esta.
La no inclusión en la candidatura socialista a las elecciones constituyente del 15 de junio de 1977, fue la mayor decepción que Jaime sufrió en su larga militancia socialista. Desde la perspectiva actual, debió ser incluido, pero los prejuicios y la inexperiencia de los dirigentes de la época explican su ausencia, que le ocasionó un gran disgusto, con un amago de abandono del partido, que dejó sin efecto.( Se acompaña en este libro, la carta que el entonces director de la Residencia Zamacola, Jose M. Duarte Cendan, dirigió a la Comisión Ejecutiva Provincial defendiendo su trayectoria profesional).
Con todo, su participación en la campaña electoral de Junio de 1977 no se resintió, como lo prueba los artículos de opinión que publicó en el Diario y su polémica con su paisano y amigo José Manuel Paredes Grosso, que formaba parte de la candidatura del partido de Adolfo Suarez.
No hay que inferir de estos hechos, que su militancia socialista se resintiera, siempre mantuvo activa su entrega y dedicación, en cuantos cometidos se involucró.
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