Un terremoto de 700 millones de euros en daños

Las jornadas sobre la catástrofe de 1755 analizan en Filosofía y Letras este suceso desde un punto de vista histórico, científico y operativo

Uno de los expertos que participaron ayer en las jornadas técnicas sobre la catástrofe de 1755.
Uno de los expertos que participaron ayer en las jornadas técnicas sobre la catástrofe de 1755.
Rafa Burgal Cádiz

30 de octubre 2015 - 01:00

El terremoto de Lisboa es uno de los hechos históricos más rememorados que ha afectado a Cádiz. Si trasladáramos una catástrofe de esta magnitud a nuestros días, ¿qué sucedería? ¿Se podría volver a repetir? ¿Estaríamos preparados? Son muchas las dudas que surgen, sobre todo por la preparación de la población. El Aula Magna de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cádiz acoge desde ayer las jornadas técnicas 'El riesgo de maremotos en la Península Ibérica a la luz de la catástrofe del 1 de noviembre de 1755' organizadas por el Instituto Español para la Reducción de Desastres (IERD), el Campus de Excelencia Internacional del Mar (CEI.Mar) y la UCA. Entre ayer y hoy, estudiosos de diversos ámbitos están analizando este fenómeno natural desde un punto de vista histórico, científico y operativo.

Una de las ponencias de mayor relevancia en el día de ayer fue la realizada por el jefe del Área de Geofísica del Instituto Geográfico Nacional, José Manuel Martínez Solares, que explicó el impacto que tuvo el terremoto en España y Portugal y los efectos del maremoto en las costas de Cádiz y Huelva.

Con las dificultades que tiene estudiar una catástrofe natural de hace más de dos siglos sin los avances tecnológicos actuales, las fuentes documentales aportan la luz para hacer una estimación del daño que pudo producir. Entre las notas curiosas que mostró Martínez Solares, destaca el valor de la destrucción de unos 70 millones de reales de vellón, lo que extrapolado a 2015 pueden suponer unos 700 millones de euros -con un error del 500%-. Esta aproximación no sería real, ya que si se produjera hoy mismo, los perjuicios económicos serían mayores.

Esta conclusión del estudio realizado desde el Instituto Geográfico Nacional parte, entre otras fuentes, del documento del almirante Julio Guillén, miembro de la Real Academia de la Historia, en 1955 en Visos del Marqués (Ciudad Real) en el que se dice que "tembló la tierra mientras en misa mayor", en relación de la celebración de la fiesta de Todos los Santos. A partir de este texto, se encuentra en el Archivo Histórico Nacional la información de cómo se sintió el terremoto en España en más de 1.000 pueblos, a partir de una encuesta encargada por el rey Fernando VI con preguntas sobre cómo se sintió, la hora, el tiempo que duró, los movimientos que se registraron, los perjuicios en edificios y fábricas o el número de personas y animales muertos.

Entre las características que definen a este terremoto, Martínez Solares recalcó que fue el más fuerte que ha habido en Europa en los últimos 1.000 años. La intensidad máxima que alcanzó en la escala EMS-98 fue de XI -el máximo es XII-, lo que supone una destrucción casi total, lo que sucedió en algunas ciudades de Portugal. En el mapa creado para ver cómo afectó en la Península Ibérica, en Cádiz llegó a VI -que significa que hubo daños estructurales leves en los edificios-, mientras que en Sevilla y Huelva fue VII -daños estructurales graves-.

La magnitud del terremoto, cuyo epicentro se sitúa en la falla de Gibraltar, fue de 8,5, lo que, tal y como explicó Martínez Solares, es "130.000 veces más liberación de fuerza que el terremoto de Lorca y 5,6 veces menor que el de Japón de 2011".

Uno de los aspectos que Martínez Solares rebatió en su exposición fue el número de fallecidos por los efectos del terremoto y el posterior maremoto. El experto señaló que las crónicas resaltaron que hubo 70.000 muertos, aunque su calculo se sitúa entre 20.000 y 30.000 muertos entre ahogados y atrapados en los edificios.

Otros datos relevantes colocan la hora del origen del terremoto a 10.16 horas GMT, siendo sentido en Cádiz a las 9.52 horas. Asimismo, a partir de los documentos se establece que la duración fue de entre siete y ocho minutos.

Además, como dato a tener en cuenta por si el suceso se volviera a repetir, el maremoto tuvo un tiempo de recorrido en Cádiz de 78 minutos, un dato vital para reaccionar ante los efectos de las olas de 12 a 15 metros de alturan

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