Un terremoto arrasa la ciudad de San Francisco

L servicio telegráfico informa desde Nueva York que en la ciudad de San Francisco de California se ha producido un terrible terremoto. Se sintieron tres sacudidas. La primera fue a las cinco de la mañana y los habitantes, desnudos, se lanzaron a la calle huyendo.

Hubo hundimientos por todas partes, la vía férrea está hundida por varios puntos y se rompieron las cañerías de gas, inflamándose y produciéndose numerosos incendios.

Se rompieron también las cañerías del agua, faltando ésta para apagar los incendios. Los terremotos, a cada momento, causaban numerosos hundimientos.

Por todas partes se oyen ayes de socorro y los gritos de las víctimas. El terror del vecindario supera toda previsión y se carece de víveres.

Los chinos, de los que hay en San Francisco una numerosa colonia, estaban reunidos en un mitin electoral y al hundirse el edificio quedaron sepultados miles de ellos.

Entre muertos y heridos se calcula unas 20.000 personas, pero la confusión es terrible y faltan noticias ciertas. De lo que no cabe duda es de la enorme magnitud de la catástrofe. Por la noche la visión de la ciudad es tremenda, con el fuego de los incendios iluminando el desastre.

Algunos barcos de la flota del Pacífico han desaparecido con el terremoto y el presidente anunció que sale de inmediato hacia San Francisco.

El famoso tenor Caruso y los demás artistas de la ópera se salvaron. Caruso perdió sus alhajas, su equipaje y 30.000 dólares en metálico. Roosevelt se propone visitar el escenario de la tragedia y además de otras ayudas gubernamentales y las miles de suscripciones que se han puesto en marcha en Estados Unidos, dotará de 300.000 dólares al Arsenal de San Francisco para crear empleos para los habitantes de la ciudad, antes hermosa y hoy devastada.

Un pedazo de pan se está pagando a un dólar. Hasta los millonarios están cavando fosas en San Francisco.