Teresa Giertych, la “polaca” más gaditana del colegio San Felipe Neri
De familia católica, con dos hermanas monjas y un hermano sacerdote y teólogo de la casa Pontificia
Hoy recorremos la apasionante historia de Teresa Giertych conocida en Cádiz como la ‘Polaca’, por impartir el conocimiento de la lengua inglesa a muchas generaciones de gaditano en el colegio de San Felipe Neri Marianistas.
Teresa nació en Londres, el 14 de Agosto de 1946, en el seno de una familia polaca que tuvo que marchar a Inglaterra huyendo del comunismo. Sus padres, Jedrzj y María, que entonces tenía cuatro hijos, tuvieron que refugiarse allí de la dictadura y empezar una nueva vida.
Teresa fue la quinta hija del matrimonio y la primera nacida en Inglaterra. Sus primeros estudios los realizó en un colegio de monjas de los Servitas y luego los finalizó en otro colegio de la misma orden. Su familia de fuertes creencias religiosas la educaron en el catolicismo y en el cariño a Polonia. Así, todos los sábados asistían a clases de lengua, literatura, historia y geografía de Polonia. Tras las clases había reunión de scouts (polacos) y después clases de bailes folklóricos polacos. Todo para estar preparados para volver a Polonia, algo que nunca ocurrió, aunquer a los 17 años, y gracias a su pasaporte británico, pudo visitar a sus familiares en Polonia. De ese primer viaje recuerda el cariño con que fue recibida por su familia y la frialdad y el paisaje gris que exhumaba el comunismo. Posteriormente estudió Filología Eslava e Hispánicas en la Universidad de Londres. Antes de los exámenes finales viajó a España para mejorar su español. Allí conoció al que sería su marido Carlos Revenga. Tras cuatro años de relación y casarse en la iglesia polaca de Londres fijaron su residencia en Madrid. Estando allí destinaron a su marido al Banco de España en Cádiz por un año, pero se quedó para siempre aquí.
En los primero años, Teresa daba clases particulares de inglés y ya, en el año 1974, se incorporó al colegio de San Felipe Neri Marianistas de Extramuros. Allí estuvo hasta el año 2011 donde impartió inglés a varias generaciones de gaditanos.
Tras su jubilación dedica parte de su tiempo al voluntariado en la Iglesia en el Centro de Orientación Familiar Diocesano de Cádiz, en cursos prematrimoniales, en charlas en familias y parroquias y colabora en el secretariado de personas mayores.
Su jubilación le permite disfrutar de su marido, sus tres hijos y nietos de lo que se siente muy orgullosa.
También disfruta mucho de sus ocho hermanos que están repartidos por el mundo entero y todos los sábados se reúnen a través de videoconferencia y cada cinco años en Polonia.
Toda la familia edita todos los años un libros con los acontecimientos familiares más emotivos de cada uno.
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