vicente esquerdo. gerente del chiringuito la concha

"Ha sido un siniestro total, no tenemos nada y estamos arruinados"

  • El hostelero portuense lamenta los efectos del temporal en su negocio

El temporal de estos días ha dejado un ambiente desolador en las playas de El Puerto. Varios chiringuitos han quedado prácticamente destrozados, sin ninguna posibilidad de rehabilitación. Es el caso del chiringuito La Concha, en la playa El Buzo de Vistahermosa, que ha sido arrasado por las fuertes mareas registradas en esta semana. Sillas, neveras, mobiliario, decoración y enseres han sido devorados por el mar. Su propietario, Vicente Esquerdo, explica que "el agua ha entrado y se ha llevado todo lo que había. El temporal ha sido tan fuerte que se ha llevado hasta el suelo. Podemos decir que ha sido un siniestro total", lamentaba ayer el hostelero portuense.

Esquerdo hipotecó hace unos años su vivienda para poder montar este negocio y por este motivo el empresario dice que esto ha sido su ruina. "No tenemos nada y estamos arruinados, estamos esperando contactar con el seguro para ver qué nos dice, pero esto era toda nuestra vida y sustento".

Para estos días se espera que las mareas sigan, dice Esquerdo, que ha hablado con la Demarcación de Costas. Es probable, por tanto, que el mar termine tragándose las ruinas que quedan del ya casi inexistente chiringuito La Concha.

En la playa de Santa Catalina se encontraba el chiringuito de ese mismo nombre, que ha sido también destruido por la fuerza de las mareas. Su encargada, Teresa Remigio, ha confirmado la desaparición del negocio. "Hace días que vemos cómo el mar se lleva el chiringuito, ya son cuatro las mareas que han azotado el establecimiento. Hemos hablado con nuestro seguro para que un perito dé testimonio de los daños". Por otro lado, el negocio va a reincorporar a los trabajadores del lugar en otros locales de su propiedad u ofrecerá vacaciones a algunos de ellos.

Las lluvias continuarán en la costa gaditana durante el fin de semana y principios de la que viene. Esto ha provocado que el temor se incremente entre los empresarios ubicados frente al mar, un sentimiento que sólo amainará conjuntamente con el temporal.

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