El Sindicato de Inquilinas de Cádiz convoca a la ciudadanía a parar un desahucio este 26 de noviembre

Tras más de 22 años viviendo en su hogar, "Juan Antonio y Marisol se ven entre la espada y la pared por el desahucio llevado a cabo por el BBVA y el fondo buitre Divarian"

Piden paralizar el desahucio de una familia con tres hijos que ocupó una vivienda pública en Cádiz "que llevaba 5 años vacía"

Cartel de la convocatoria del Sindicato de Inquilinas de Cádiz.
Cartel de la convocatoria del Sindicato de Inquilinas de Cádiz. / D. C.

El Sindicato de Inquilinas de Cádiz, después de numerosos intentos de negociación con el Banco BBVA y el fondo de inversión Divarian, convoca a toda la ciudad de Cádiz a parar el desahucio que se pretende ejecutar el próximo 26 de noviembre en la Calle Matrona Modesta Calvo Nº5. "El acoso del fondo de inversión, la negativa a negociar por parte del BBVA y la inacción institucional pueden dejar a una familia en la calle y entregar una vivienda a las garras de la especulación inmobiliaria", aseguran desde la organización.

Una historia más de la crisis de vivienda en nuestra ciudad

Juan Antonio y Marisol comenzaron a vivir en su vivienda hace 22 años después de que su abuelo y su tía les dejaran el hogar que había sido suyo desde los años 80. Toda una historia familiar en una casa que pueden perder el próximo 26 de noviembre.

En 2002 la familia contrajo una hipoteca con el BBVA que, por culpa de un accidente laboral en el sector de la construcción en 2013 y una pensión que finalmente fue muy baja, se vio obligada a empezar a abonar solo una parte de la letra. Tenía dos opciones: o comer o pagar la hipoteca completa. Desde esa fecha y a pesar de los intentos de negociación con el banco, el BBVA decide no recoger la parte que la familia iba pagando, cancelando la letra, y les demanda en 2016. "Una historia en la que de nuevo, la banca y el poder pasó por encima de una familia trabajadora gaditana que solo quería vivir en su casa dignamente después de toda una vida", afirman desde el sindicato.

Distintos nombres, pero mismo objetivo: el desahucio

Pero la historia dio una vuelta de tuerca. Como el BBVA no podía expulsar a la familia de su hogar, en 2018 deciden pasar la vivienda a su gestora de activos tóxicos, Divarian. Divarian es un fondo de inversión propiedad de Cerberus (un fondo estadounidense) y del propio BBVA. "La razón era clara: poder agudizar las prácticas de acoso para que Juan Antonio y Marisol cediesen en su lucha por quedarse en su hogar", aseguran desde la organización.

Desde ese momento, "se sucedieron llamadas constantes en horas inadecuadas y visitas a la vivienda de personas alegando ser las nuevas propietarias e 'invitando' a que la familia se marchase. Unas prácticas más que habituales en este tipo de fondos buitre que esconden lo peor de la especulación inmobiliaria: Acoso, opacidad absoluta y desahucios silenciosos".

Juan Antonio y Marisol no se van de su barrio

La familia se ha organizado con el Sindicato de Inquilinas y han tomado la determinación de quedarse en su barrio, en su casa, en Cádiz. "Lo hacen por ellos y por su hogar, pero también por todas aquellas personas y familias que están pasando por desahucios invisibles, expulsiones silenciosas, precios inasumibles, alquileres de temporada y todas las problemáticas de vivienda que sufre la población gaditana".

Juan Antonio y Marisol no van a dejar que otra vivienda más caiga en las garras de la especulación y de los fondos buitre. Van a luchar hasta conseguir un alquiler digno en su hogar.

El Sindicato comienza una campaña de presión contra el BBVA y Divarian

"El BBVA y Divarian han dado la orden de ejecutar el desahucio. También tienen la posibilidad de negociar con la familia un alquiler que puedan pagar". Por eso, el Sindicato de Inquilinas llama a toda la ciudadanía gaditana a apoyar todas las acciones de presión que serán convocadas durante las próximas semanas antes del lanzamiento fechado el próximo miércoles 26 de noviembre a las 8:00 horas, con el objetivo de pararlo lo antes posible.

"Cuando las instituciones miran para otro lado y los especuladores campan a sus anchas, sólo la organización popular y la lucha vecinal pueden conquistar nuestro derecho a la vivienda. Porque Cádiz no se vende y porque los fondos buitre no tendrán cabida en nuestros barrios", concluyen.

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