Sanar las piedras para disfrutar con las olas
Una imagen y mil palabras
La imagen puede ser más poderosa que cualquier texto. Fomenta nuestro deseo de explorar y de saber. Despierta nuestros sentidos y nos dirige a las palabras que se harán más fáciles y entendibles. Imágenes que son la huella de nuestra historia y que deberíamos conocer
Los temporales destruían la muralla del sur que había que volver a construir
En 1792 se volvió a abrir una brecha por la zona del Palacio Episcopal que no pudo ser reparada
En el plano de Antonio Gaver, publicado el 15 de enero de 1765, aparecen señaladosde forma pormenorizada los años de fractura de la muralla del vendaval y la fecha de su posterior reparación. Para ello, Gaver divide el paseo en los siguientes sectores:Calle de Capuchinos, calle de la Bolsa de Hierro, Calle de la Cruz, Taxasana, PuertoChico, Campillo, Nueva Catedral, Pasillo, Cuartel de Guardias Marinas, Calle SantaMaría, Calle de la Botica y Calle de Santo Domingo. De 1728 a 1765, al menos seis fracturas de consideración y sus respectivas y costosas reparaciones. La mayor parte de las murallas gaditanas se cimentaron sobre la llamada piedra ostionera, es decir, una piedra arenisca llena de conchas. Sin embargo, la parte de oriente, la llamada banda del vendaval, nunca tuvo una cimentación firme. De forma sistemática los temporales destruían la muralla del sur que había que volver a construir. Esta situación provocaba no solo el enorme coste de sustitución y reparación, también el peligro, por la falta de defensas, de ataques externos, y el temor de los gaditanos a que las aguas llegaran a inundar sus calles y casas.Todos los gastos de reparación de las murallas estaban a cargo del ayuntamiento, que solo podía crear un nuevo arbitrio o aumentar los existentes, lo que permitía que la Real Junta de Fortificaciones contara con los medios necesarios. En ocasiones, en vez de aprobarse un arbitrio, se autorizó la celebración de doce corridas de toros anuales.
Cuando Carlos IV prohíbe las corridas de toros, el ayuntamiento teme perder los 25.000 pesos anuales que llegó a recaudar con ellas. El problema económico llega a ser tan apremiante, sobre todo en la época de las continuas reformas de Tomás Muñoz, que, al encontrarse la Catedral antigua en el centro del paseo del Vendaval, la ciudad no cesa en pedir la participación del cabildo eclesiástico en las reformas de la muralla. Muralla que además garantizaba la seguridad de la residencia del obispo. Obligado por el Consejo de Castilla a pagar 2000 ducados, el obispo antes de pagar, consideró cambiar de residencia.Muchos fueron los diseños que se realizaron para afianzar la muralla y evitarlas continuas fracturas; sin embargo, el escaso conocimiento de los fenómenos relacionados con el oleaje hacía imposible que fueran del todo exitosos. La construcción de un espigón a base de puzolana, material silíceo que actúa como elcemento antes de la invención del cemento portland, y que se usaba desde épocaromana, es el material que defiende Vitrubio. Ese material fragua debajo del agua,haciendo especies de cajones abrigados en un promontorio. Otra de las maneras era la opción de construir pilotajes de madera encepados, es decir, empalizadas de estacas hechas con madera de chopo, olivo o roble. El hueco que quedaba se llenaba de cascotes. Cristóbal de Rojas, trata el tema de la cimentación mediante pilotes hincados y bloques de piedras agujereados.El ingeniero hidráulico Tomás Muñoz es nombrado director de las obras de la muralla, por la experiencia obtenida en el Arsenal de la Carraca y en Cartagena. El 6 de enero de 1792 dio por finalizadas las obras de la muralla del vendaval, y el presupuesto inicial de unos 20 millones se convirtió en 31 millones y medio. La novedad del proyecto fue la realización de un plano inclinado de 15º que podría aminorar la fuerza de las olas antes de llegar a la playa.Para construir las 1050 varas de longitud del trozo de la muralla, tuvo que usar petardos para romper algunos de los escollos donde pretendía hacer la playa. Los buzos, las piedras rotas, fueron usados para rellenar la playa artificial. Al pie del muro,atados por la parte superior, se clavaron pilotes de madera. Las obras se hacían de mayo a septiembre y en la bajamar.
En 1792 se volvió a abrir una brecha por la zona del Palacio Episcopal, brecha que no pudo ser reparada por falta de dinero. El fracaso se debió a que al barrenar el terreno lo dejó inestable, además de que la fuerza repetitiva de las olas acabó porromper los pilotes.En 1794 presentó un nuevo proyecto para el arreglo de la playa artificial, pero las disputas entre los ingenieros del ejército y los de Marina llevaron a que en 1796 se creara una comisión de ambos para inspeccionar la muralla.La muralla del vendaval aparece en una panorámica en la imagen central, donde se veclaramente cómo desde los barcos fondeados llevan escollera a los distintos lugares donde se está realizando la obra.
“Los habitantes que antes huían horrorizados de los ataques del océano, se presentan hoy llenos de regocijo a divertirse en examinar los juegos de las olas”.
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