La ruina del Casino Gaditano comienza por su azotea y puede amenazar a todo el edificio si no se actúa con rapidez

El Casino Gaditano va camino de convertirse en un edificio fantasma, ejemplo de la desidia pública y privada a la hora de mantener su legado inmobiliario, o de la falta de dinero y de ideas para dar uso al patrimonio ciudadano.

Cerrado desde hace meses, con los andamios cubriendo buena parte de sus fachadas desde hace años, el edificio cada vez da más signos de un abandono que le puede llevar a la ruina o, al menos, a sufrir importantes daños estructurales, costosos de arreglar.

En diciembre de 2008, el edificio y todos sus contenidos, entre ellos una de las bibliotecas más importantes de la ciudad, pasó a manos del Ayuntamiento de Cádiz, que asumió el dinero que los socios del Casino debían entonces por las obras ejecutadas en el edificio. Una planta del edificio fue utilizado durante unos años por la Zona Franca, que lo utilizó como centro de empresas. A su vez, la planta baja funcionó, y aún funciona hoy, como un restaurante gestionado por varias firmas en este periodo de tiempo.

En 2023 la borrasca Bernard provocó daños en algunos de los cierros del edificio. Entonces se instalaron andamios ocupando buena parte de sus dos fachadas exteriores, estructura que aún se mantienen entre la desesperación de los vecinos de la calle Veedor. Andamios que, además, facilitaron la entrada en dos ocasiones de bandidos al interior del edificio.

Afortunadamente en ninguno de los dos casos la rica biblioteca sufrió daños, ni desaparecieron de la misma volúmenes de su colección. Tras el primer asalto, el Ayuntamiento estudió el traslado de la misma a otro edificio municipal (se valoró el Museo de las Cortes y la Casa de Iberoamérica), pero se descartó tras un informe técnico. A cambio se reforzó la seguridad de esta sala.

Sin embargo, más allá de esta actuación puntual, el edificio, construido en el siglo XVIII y sede del Casino Gaditano desde su creación en 1844, lleva más de una década sin recibir un euro en inversiones, tanto de mantenimiento como de rediseño de su uso, sobre todo tras la decadencia del Casino como institución privada, tanto en número de socios como en la organización de eventos.

Así, junto al daño en sus fachadas que siguen sin arreglarse y la falta de mantenimiento en su interior, el estado de abandono es cada vez más evidente en la azotea del centenario edificio.

La balaustrada que rodea la última planta del Casino cada vez está más dañada, con un evidente riesgo de caída a la vía pública. En la misma azotea se acumulan decenas de sillas, ya el mal estado, cuya visión desde los edificios vecinos refleja el abandono de este equipamiento municipal.

Hoy el Ayuntamiento de Cádiz no tiene ningún plan definido sobre el uso a dar a este edificio de su propiedad. Su presupuesto de inversiones tiene otras prioridades, sobre todo porque dar contenido Al viejo Casino supondría una fuerte inversión económica. En su momento se llegó a tantear la posibilidad de que la Universidad de Cádiz se quedase con la propiedad de este inmueble, aunque la UCA también tiene otras prioridades pendientes en el Campus de Cádiz.