Una risa al día
Encuentro entre dos currantes del humor gráfico. Después de ocho años de colaboración, Mel cede por tres meses su chiste en 'Diario de Cádiz' a Francisco, un apasionado del cómic
Física y Química. Un estudiante de Físicas decide lanzarse a realizar su sueño: dedicarse profesionalmente al humor gráfico. Y, sorpresa, lo consigue. Hoy está considerado uno de los grandes valores andaluces. Durante ocho años ha estado publicando en Diario de Cádiz su chiste y es un fijo del referente del humor en nuestro país, la revista El Jueves. Su nombre es Mel. Ahora, Química. Un estudiante de Químicas descubre que las fórmulas no son lo suyo, que lo suyo es el cómic. Monta una tienda, Leviatán, y emprende la ardua tarea de batallar con los distribuidores para que en Cádiz pueda conseguirse lo último del mercado. Su nombre es Francisco.
Esto es la historia de un amigable y provisional relevo. "Quiero tomarme un tiempo, estudiar, ver las cosas que se están haciendo. Un chiste diario te absorbe y creo que, de vez en cuando, hay que tomar un poco de distancia". Mel entrega el próximo miércoles su espacio de humor en Diario de Cádiz a Francisco, que afirma tener "una enorme ilusión, es un reto". En el encuentro que tuvo lugar en esta Redacción entre los dos viejos conocidos, Mel le anima y dice que, "aunque al principio había días que te quedabas en blanco mirando al techo diciéndote y ahora qué hago, con el tiempo jugando en tu contra, acabas cogiéndole el punto. Te colocas el chip, aunque eres consciente de que lo que hagas no podrás reposarlo".
Francisco reconoce su admiración por Mel, pero ya avisa que "quisiera hacer algo diferente. Más que nada para que no nos comparen porque entonces iba a salir yo perdiendo". De momento, utilizará la tira en vez del chiste. "Admiro a Mel por condensar en un solo dibujo una idea compleja". El nuevo humorista del Diario bebe de distintas fuentes que Mel. Así, mientras Mel se confiesa gran admirador de El Roto, el dibujante-denuncia más ácido de la prensa nacional, Francisco se siente deudor "de la escuela Bruguera", puro clasicismo de la historia del humor gráfico español.
Mel da algunas pinceladas sobre su trabajo que Francisco agradece. Por ejemplo, "no soy de hacer chistes con políticos. Teófila ha podido salir tres o cuatro veces. Sigo un consejo que nos dio Vázquez de Sola en un curso: los chistes políticos van al meollo, los chistes de políticos van a la superficie". Así, Mel ha dibujado la realidad, pero piensa que sin desatender lo local. "Mis personajes son, en su mayoría, gaditanos y si el chiste es sobre la crisis tiene que ver con cómo afecta aquí la crisis".
En ese sentido, Francisco está dispuesto a no eludir ningún tema y espera contar con la complicidad del lector "porque aquí hay sentido del humor, lo que supongo que ayuda para hacer un trabajo de este tipo". Mel le dice que sí y que no, que tiene razón, pero que también hay quien se lo coge con papel de fumar.
Y, a continuación, se ponen a trabajar. Les pedimos que se dediquen un chiste cada uno. Lo elaboran en poco más de diez minutos (en la foto) y el resultado ilustra la página. A continuación, ambos se desean buena suerte. "Y guárdame el sitio, eh", bromea Mel.
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