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La tribuna cofrade

La quinta cofradía del Lunes Santo

  • En el año 1946, un grupo de funcionarios municipales se propuso crear una cofradía con el Nazareno de la Catedral y la Dolorosa de San Juan de Dios l En pocos días hicieron muchas gestiones

HAY un apartado de las hermandades gaditanas que siempre despierta el interés de los cofrades y del público en general. Y ese es el de aquellas corporaciones que existieron en tiempos pero que no han perdurado (las cofradías extinguidas), o el de aquellas otras que iniciaron los trámites pero que nunca llegaron a erigirse en hermandad canónica.

Este segundo caso, precisamente, es el que detallaremos en las próximas semanas, a raíz de una investigación del incansable José Manuel Ruiz, que entre sus trabajos dedicados a desempolvar viejos archivos relacionados con la música procesional y de bandas se ha topado con un más que curioso proyecto de un grupo de gaditanos de fundar una cofradía de penitencia. Una iniciativa que apenas se alargó unos meses del año 1946 pero que dejó muchos datos interesantes, o al menos anecdóticos.

LA COFRADÍA 'MUNICIPAL'

La intención de este proyecto era fundar la Santa Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Pasión y María Santísima en Su Soledad. La iniciativa partía de los empleados del Ayuntamiento, que pretendían fundar una hermandad con un estrecho vínculo con el Cabildo de la ciudad.

Sus primeros pasos datan del 7 de marzo de 1946, cuando dirigen su primer escrito al entonces obispo de Cádiz y Ceuta, Tomás Gutiérrez Díez. En él comunican su deseo de constituirse "en comisión pro cultos organizadora de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Pasión y María Santísima del Amor (única constancia que hay en la documentación de esta advocación, que después pasó a ser de la Soledad)". Para ello, estos funcionarios municipales pretendían venerar como imágenes titulares al Nazareno que se encuentra en la Catedral y a la Dolorosa que recibe culto en la iglesia de San Juan de Dios, "ambas imágenes propiedad de la ciudad de Cádiz".

Además, en este primer escrito se desvelaban sus intenciones de que el presidente honorario de la corporación siempre fuera el alcalde de la ciudad y que la dirección espiritual recayera en el capellán de la ciudad. Para todo ello, solicitaban la autorización al obispo para crear esta junta pro cultos, con la que decían proponerse "dar fe de la catolicidad militante de cuantos trabajan al servicio de la ciudad de Cádiz y al mismo tiempo daríamos a esta hermandad un sentido social y benéfico inspirado en las normas de nuestra Santa Madre Iglesia".

El documento dirigido al obispo lo firmaban Francisco Moreno, Ángel Téllez, Antonio Velo, Antonio Rosales, Francisco ¿Baldís?, Eduardo Rodríguez, Guillermo Perea y Juan Hernández.

INICIOS PROMETEDORES

Los primeros pasos de la cofradía de la Pasión fueron casi arrolladores. Después de este primer escrito, el 13 de marzo recibían la respuesta de Tomás Gutiérrez, que "atendiendo benignamente a los deseos que inspira a los recurrentes venimos a autorizar y autorizamos la constitución de una junta pro cultos".

Ese mismo día, el secretario de la corporación que se estaba gestando ya envió un escrito a la entonces Junta Oficial de Procesiones manifestándole su propósito de realizar su primera salida procesional el Lunes Santo (tan solo un mes después). De hecho, en el escrito se solicitaba "nos sea enviado el cuestionario oportuno para su diligencia y debida contestación por nuestra parte".

También ese 13 de marzo, Diario de Cádiz se hacía eco de la aprobación del obispo de esta junta procultos, anunciando que ese año se celebrarían los cultos a los titulares "en la Santa Iglesia Catedral y en la iglesia de San Juan de Dios, en donde se hallan las imágenes".

Otra de las gestiones inmediatas que acometieron los cofrades del Ayuntamiento fue la de pedir un adelanto económico "para comenzar nuestra labor" -se entiende, aunque no ha podido confirmarse, que el escrito se dirigía al alcalde de la ciudad-, cuya cantidad "pudiera oscilar entre las 5.000 y las 10.000 pesetas" y que se concedería "en concepto de anticipo reintegrable de los fondos que en su día tenga la hermandad".

Igualmente, el 15 de marzo se solicitaba al capellán de la iglesia de San Juan de Dios (Pedro de los Ríos) la organización de los cultos a la Dolorosa durante esa Cuaresma en el interior del templo. Y el capellán contestaría el día 18 que el asunto debería ser aprobado por la hermandad de la Santa Caridad.

El 22 de marzo solicitaron a la Corporación Municipal que la cofradía quedara "bajo la protección" del Ayuntamiento, "que ostentaría siempre el patronato de la cofradía". Lo que se aceptó en la Comisión Municipal Permanente al mes siguiente.

Este sería prácticamente el último paso que conseguirían dar los cofrades de la Pasión, que incluso llegaron a diseñar lo que hubiera sido actualmente la quinta cofradía del Lunes Santo.

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