El puerto de Cádiz estrenará por fin una planta cubierta para la descarga de graneles en La Cabezuela de Puerto Real
Pongar Capital logra la concesión para la construcción de una planta de almacenamiento de materiales pulverulentos
La infraestructura busca eliminar emisiones de polvo y molestias vecinales
La Cabezuela contará con una instalación cubierta para la manipulación de graneles
La Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz (APBC) ha aprobado el trámite por otorgamiento directo de la concesión administrativa solicitada por Pongar Capital, S.L. para la construcción de una planta cubierta de almacenamiento de materiales pulverulentos en el muelle Oeste de La Cabezuela (Puerto Real). El anuncio oficial publicado en el BOE especifica la parcela (8.254 m² más 52,45 m² de subsuelo), un plazo de concesión de 30 años y las tasas anuales aplicables. BOE
El proyecto, recogido en la documentación, contempla un almacén rectangular de dos módulos con una superficie construida total de 4.940 m² (190 m de largo × 26 m de ancho × 17,80 m de altura a cumbrera), ubicado en paralelo al cantil y separado unos 30 metros de la línea de atraque. La planta incluirá sistemas de carga por cargador neumático y tubería enterrada para las operaciones de embarque/desembarque.
¿Por qué es importante que la recepción se haga en recinto cubierto?
La manipulación de clínker, coque, arenas o aridos genera partículas finas susceptibles de quedar en suspensión y desplazarse fuera del recinto portuario, afectando la calidad del aire y provocando molestias en barrios o barriadas ubicadas en las cercanías y que ya se ubicaron allí a sabiendas de que lo hacían junto a un muelle de carga y descarga. El diseño de almacenamiento bajo techo reduce las emisiones difusas al contener el material y permitir la aspiración localizada, el tratamiento y la transferencia mediante sistemas cerrados (cintas cubiertas, cargadores neumáticos, tuberías enterradas), medidas que son estándar en terminales cuyo objetivo es minimizar la emisión de polvo y mejorar la convivencia puerto–ciudad.
La iniciativa se enmarca además en un contexto de actuaciones previas de la APBC para mitigar estas molestias en La Cabezuela. Entre las medidas ya ejecutadas o licitadas en años recientes figuran la colocación y renovación de pantallas/mallas protectoras en la dársena (trabajos iniciados en 2021), la instalación de cañones móviles de pulverización de agua para situaciones puntuales y la pavimentación y mejora de explanadas para evitar acumulaciones y facilitar la limpieza. En 2019 la APBC programó casi 2 millones de euros en un paquete de mejoras medioambientales para La Cabezuela, y en 2025 se aprobaron actuaciones puntuales (por ejemplo, reparaciones de pantallas por importe cercano a 39.000 euros) y proyectos de pavimentación con partidas de rango medio (cerca de 1,09 millones en intervenciones de mejora de firmes en la dársena). Estas inversiones muestran la estrategia combinada en la que se han sumado las barreras físicas, el riego o la pulverización de agua así como la mejora de la pavimentación de las instalaciones. A todo esto se une ahora esta idea del almacenamiento cerrado, algo que llevan reivindicando los vecinos de la barriada de Río San Pedro de Puerto Real durante muchos años.
Ejemplos comparables y buenas prácticas
No se trata de una solución inédita, ya que otros puertos nacionales e internacionales han optado por terminales y procedimientos cerrados para graneles como forma efectiva de control. En puertos europeos de referencia (por ejemplo las terminales de graneles del Puerto de Róterdam o instalaciones cubiertas como el “parque de graneles Medusa” de A Coruña) las operaciones se desarrollan en cintas y silos cubiertos, con cubiertas sobre las pilas, sistemas de extracción local y lavado/aspiración para reducir fugas de polvo. Las guías de buenas prácticas para graneles sólidos recomiendan combinar medidas estructurales (almacenes cerrados, cintas cubiertas, tuberías) con medidas operativas (humectación controlada, limitación de apilado en días de viento, equipos de aspiración) que minimizan tanto las emisiones como la dispersión.
Reacciones previsibles y seguimiento
Vecindario y ayuntamiento: la eliminación de operaciones a cielo abierto suele ser acogida de forma positiva por los residentes, que llevan años reclamando medidas de control de polvo; el Ayuntamiento de Puerto Real ya facilitó documentación urbanística para posibilitar la nave cubierta
Operadores y navieras: las terminales cubiertas encarecen la inversión inicial, pero reducen costes externos (limpieza, sanciones, quejas) y mejoran la seguridad operativa.
APBC: la apuesta por combinar pantallas, humectación, pavimentado y ahora almacenes cerrados encaja en una estrategia de mitigación progresiva y verificada por actuaciones e inversiones anteriores.
La concesión a Pongar Capital para construir una planta cubierta en La Cabezuela representa un paso significativo hacia la minimización del polvo en suspensión en las operaciones de graneles en la dársena de Puerto Real. Más allá de su dimensión industrial (8.254 m² y 30 años de concesión), su principal valor social es permitir que las descargas de materiales pulverulentos se realicen en recintos cerrados y con sistemas de transferencia cerrada, reduciendo el impacto sobre los barrios contiguos y alineándose con prácticas ya implantadas en otros puertos e impulsadas por las inversiones y actuaciones de la APBC. Cabe destacar que el puerto de Cádiz, a pesar de haber demostrado en múltiples ocasiones las nulas consecuencias negativas para la salud de la manipulación de los graneles que a día de hoy llegan a Puerto Real, no se han negado en ningún momento en realizar las inversiones necesarias, siempre que se ha podido, para que, por fin, desaparezca ese fantasma que ha perseguido durante años a La Cabezuela de Puerto Real.
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