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Cádiz

La princesa Leonor en el 'Elcano': así es la formación en el buque escuela de la Armada

Los guardiamarinas de este crucero de instrucción saludan en la salida del puerto de Cádiz.

Los guardiamarinas de este crucero de instrucción saludan en la salida del puerto de Cádiz. / Lourdes de Vicente

La Princesa de Asturias realizará el crucero de instrucción del Juan Sebastián de Elcano. Leonor de Borbón embarcará en el buque escuela de la Armada como parte de su formación militar, que empezará a recibir ese próximo agosto con su ingreso en la Academia Militar General de Zaragoza del Ejército de Tierra. Pasará por la Armada y por el Ejército del Aire y del Espacio en los próximos tres años.  Una vez finalizados los estudios del curso académico 2025-2026 se le concederá el empleo de Alférez de Fragata Alumna.

Será en 2024 cuando empiece la instrucción en la Armada, entrando en la Escuela Naval Militar de Pontevedra como guardiamarina primero, tal y como señala el Real Decreto 173/2023, de 14 de marzo, por el que se regula su carrera militar y que se ha publicado este miércoles en el Boletín Oficial del Estado.

La heredera al trono, explican, se integrará en la promoción que inicie sus estudios en el tercer curso, el año que en el que los futuros oficiales de la Armada realizan uno de los hitos más importantes de su formación: el crucero de instrucción a bordo del Juan Sebastián de Elcano, que parte desde Cádiz todos los años. Leonor de Borbón realizará el de 2025, que será el 97 crucero-actualmente se encuentra el 95-.

La Princesa hará así el viaje que ya hicieron Juan Carlos I y su padre, el rey Felipe VI, que hizo el crucero del año 1987, pasando antes unos días en la Cádiz, donde recibió las Medallas de Oro de la ciudad y la provincia. Miles de personas despidieron al buque en el muelle. Al finalizarlo será nombrada guardiamarina de segundo.

La Princesa Leonor con su hermana, la infanta Sofía. La Princesa Leonor con su hermana, la infanta Sofía.

La Princesa Leonor con su hermana, la infanta Sofía. / EFE

La formación en el Elcano

"Buscamos unos oficiales con una formación integral, que se desarrollen como personas y que sean nuestros futuros líderes", explicaba el comandante del buque escuela antes de partir en este viaje, que actualmente tiene al buque navegando por el continente americano.  

En esta ocasión, son 74 guardiamarinas pertenecientes a las promociones 425 del Cuerpo General de la Armada y 155 del Cuerpo de Infantería de Marina los que realizan el viaje, 13 de ellos mujeres. Un número parecido serán los compañeros y compañeras de la Princesa Leonor en 2025, con el objetivo de integrase como una más entre ellos y la dotación, desarrollar las mismas tareas y convivir meses en la mar, ya que el Elcano supone para los alumnos "su primera toma de contacto real" con una larga travesía y lo que supone ser parte de la Armada. En total, este año hay unas 40 mujeres a bordo del Elcano, del total de 241 personas.

Pero, ¿cómo es el día a día para un guardiamarina en el Elcano? Como han explicado en otras ocasiones de la Armada y sus distintos comandantes, uno de los objetivos del buque escuela además de representar y ser embajador del país- es formar a sus futuros oficiales. Para ello tienen un intenso plan de estudios, que les mantiene ocupados con clases a bordo desde primera hora de la mañana para los conocimientos técnicos y las asignaturas (Navegación, Astronomía, Meteorología, Táctica Anfibia, Seguridad y Protección o Maniobra, Inglés, ...) y que tienen que compaginar con guardias en la mar y en el puerto- de día día y de noche-, uniéndose con la preparación de conferencias y actividades, o el deporte que aprovechan para realizar en el cubierta.

La formación es integral, explica la Armada, "teniendo como objetivo la adquisición de conocimientos técnicos, la práctica en el ejercicio del mando asumiendo ciertas responsabilidades en las diferentes guardias de mar", pero también "el asentamiento de los valores éticos que deben sustentar y ser la base de todo oficial de la Armada y la capacidad de representar a España y a la Armada en las sociedades de los países visitados".

La damas y caballeros guardiamarinas embarcan en el segundo semestre de su tercer año de formación en la Escuela Naval Militar, cursando las asignaturas específicas de la carrera militar a bordo; así como aquellas correspondientes al grado de ingeniería mecánica, llevando a bordo a un profesor civil del Centro Universitario de la Defensa; y aquellas particulares que se enseñan en el propio buque, como pueden ser navegación astronómica o la maniobra del propio buque. "Aquí les enseñamos cómo funciona un régimen de guardias en la mar y en el puerto o el trato que deben tener con la dotación, ya que no tienen gente bajo su mando hasta que llegan aquí y empiezan a rodar un poco", apuntaban en el anterior crucero.

"Tratamos de mantener su esencia original, una forma de vida en la que el guardiamarina respete y ame la mar , y aprenda a vivir y a convivir  con ella al tiempo que se forma como un líder de personas", manifestaba el Almirante jefe de la Fuerza de Acción Marítima en la presentación del 95 crucero. "Es por ello que la Armada apuesta decididamente por su continuidad y por mantener en pleno siglo XXI un tipo de navegación que desde el punto de vista técnico se podía considerar anticuada y sobrepasada pero que estamos  convencidos que permite sacar lo mejor de nuestros guardiamarinas para que en el futuro  sean los mejores oficiales con los que podamos contar", seguía comentando.

En la misma línea el comandante de Elcano, Manuel García, comentaba  la importancia de la observación astronómica, de que un futuro oficial sepa situarse con un sextante pese a que cuente con los medios más modernos de posicionamiento. "O que realice trabajos de esfuerzo físico que pertenecerían a la marinería, pero aprender a mandar antes hay que saber obedecer y conocer el alcance de lo que se está mandando".

 "Lo peor del barco es la falta de intimidad porque somos un montón de gente viviendo en un espacio reducido", comentaban el año pasado, pero que también forma parte de esta experiencia única en la que no faltaban tampoco aprender a sobrellevar los malos días de mar y temporales. Son 113 metros de eslora den el que la Princesa compartirá vida con el resto del equipo a bordo, entre los que suele haber una gran mayoría de gaditanos y en la que también hay tiempo para visitar las ciudades en las que para en cada escala.

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