El primer paso arquitectónico hacia el nuevo puerto
Expertos hablan de la nueva configuración urbana del muelle a raíz de la terminal de cruceros y de su futura relación con la ciudad, separados aún por la verja.
La nueva terminal de cruceristas construida en pleno puerto da el primer paso en la determinación arquitectónica del futuro muelle gaditano. La ubicación a quince metros del cantil del muelle -tal y como marca la normativa- del flamante edificio acristalado, permeable en cuanto a la visión del mar y de cubierta azul establece así la próxima reordenación urbana del puerto, pues marca la distancia en la que se levantará la futura valla acristalada o retráctil que está previsto elevar a lo ancho del Muelle Ciudad, a ambos lados del nuevo edificio.
Pero la apertura de este centro de cruceristas también conlleva la de una nueva puerta de entrada y salida al puerto, configurando así un espacio alineado con la oficina de Turismo situada en el Paseo de Canalejas. Un punto de inflexión en la nueva relación puerto-ciudad, en la manera en que un buen día se miren de cara, y no a través de la reja que los separa desde hace más de medio siglo. Un punto en el que los expertos reflexionan, no sólo en cuanto a la idoneidad de la infraestructura que gestiona Cadiz Cruise Terminal, sino también en su contextualización dentro del marco urbano en que se mece, con el punto de mira en la futura y supuesta liberación del suelo del muelle de contenedores Reina Sofía, de cara a su conversión en un gran espacio para el ocio y el turismo.
La arquitecta madrileña Teresa Bonilla, que ha participado de forma determinante en la planificación del futuro puerto y es una gran conocedora de la trama urbana de la ciudad, en cuanto a su implicación en la elaboración del actual PGOU, afirma que está ubicado en un buen sitio. "Procura acercar a la oficina turística de Canalejas, que es la que canaliza a la gente hacia el casco, y moverla en relación a ese eje. En esa posicion ves también las torres de la Catedral. Tiene su lógica", explica en relación a un proyecto cuyo estudio de detalle "fue supervisado por el Ayuntamiento".
No está de acuerdo el arquitecto y urbanista Juan Manuel Fernández Serdán, que señala que "será poco visible desde la zona más cercana a San Juan de Dios.
Teresa Bonilla recuerda que aparte de ésta, hay otra serie de terminales, y duda de que el futuro del muelle esté interferido por otra serie de arquitecturas. "No creo que el futuro de ese frente sea que esté lleno de objetos. No tiene sentido. Lo que manda es el tráfico de cruceristas y su seguridad".
En este sentido Juan Manuel Serdán dice que "cuando se plantee la recuperación de una parte del borde portuario y su integración en la ciudad, todo lo que sea colocar elementos que impidan la visión de la lámina de agua desde el borde de la ciudad serán malas soluciones".
La arquitecta madrileña entiende que la integración en la ciudad siempre va a ser "sobre la base de un espacio libre con instalaciones de quita y pon o provisionales, pues no se puede renunciar a un muelle importante. Tan importante como para que entren cruceros de gran tamaño. Así de que debe estar libre, como en cualquier puerto".
En cuanto a la conexión urbana y arquitectónica de ambos espacios -el muelle y Canalejas-, comenta que no irá más allá de la propia permeabilidad visual, una vez que se elimine la verja. Aunque falta tiempo".
De hecho, espera que cualquier intervención en el puerto sea "neutra". "Personalmente, soy muy contraria de hacer arquitecturas del pasado". Añade que "en el puerto debe hacerse arquitectura moderna y que moleste lo menos posible".
Un arquitectura como la de la propia terminal, "más bien neutra. Que en las fachadas paralelas al cantil del muelle domine el vidrio le puede hacer más transparente y menos impactante. Además es un edificio relativamente pequeño", define Juan Manuel Fernández Serdán. Si bien, apostilla que "resulta más interesante, desde el punto de vista arquitectónico y de localización, el edificio de la terminal marítima del catamarán".
Afrima el urbanista que mucho se ha hablado de la integración, "aunque poco se ha avanzado. Se han presentado algunas ideas, pero de momento no hay una solución definitiva".
Cuando se tome la decisión de abrir la verja "habrá que hacer un estudio conjunto de todo el frente marítimo, incluyendo los temas de movilidad y transporte, con propuestas coordinadas, y todo ello tras un amplio proceso de participación pública".
Dentro de este plan, "lo lógico sería que apenas hubiera edificaciones en el tramo central del muelle. Las posibles edificaciones complementarias se deberían situar en los extremos, donde su impacto sea menor. O incluso aprovechar edificios existentes para nuevos usos, de forma análoga a como se ha hecho en otros puertos urbanos.
"La recuperación de este frente, junto con la terminación del entorno de la plaza de Sevilla y la estación de ferrocarril, que se está haciendo con mucho retraso y bastante descoordinación, son dos de las principales operaciones urbanas para el futuro del centro de Cádiz", concluye.
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