"He pensado en dimitir, pero por responsabilidad no debo hacerlo"

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"No podemos ser monigotes en manos de cibernautas", dice este cofrade que asegura ser objeto de "toda una campaña" en contra suya y de su junta

Santiago Posada, hermano mayor de la cofradía del Nazareno.
Santiago Posada, hermano mayor de la cofradía del Nazareno.
P-M. Durio Cádiz

03 de noviembre 2013 - 01:00

Está protagonizando un hecho insólito: un hermano mayor llevado al juzgado por un hermano de la cofradía (el señor Braza, para él) y condenado en primera instancia por dañar su honor, en lo que él entiende que era una defensa de la cofradía del Nazareno. Tras conocer la sentencia que esta semana dictaba el Juzgado de Primera Instancia, Santiago Posada no se esconde, valora la situación y se sincera en esta entrevista que realiza acompañado de algunos miembros de la junta y gente cercana a su hermandad.

-¿Cómo está viviendo todo lo que rodea a su hermandad en los últimos meses?

-Con sorpresa y tristeza. Desde hace dos años, mi junta de gobierno viene sufriendo una campaña durísima de acoso y derribo en internet, actos de la cofradía o incluso cada viernes en Santa María. Siempre hemos aceptado las críticas. Desde que accedí al cargo en 2006 tuve hermanos que se mostraron críticos con nuestra gestión, pero desde el respeto y el interés de la cofradía. La campaña del señor Braza junto con otros hermanos, incluso algún ex miembro de esta junta de gobierno, sobrepasa cualquier límite. Sin embargo, la fe en el Nazareno y las ganas de seguir trabajando de mi junta de gobierno me dan fuerzas.

-Muchos se preguntan por qué no se ha mediado o actuado para evitar una situación así. ¿No pudo la Junta de Gobierno arreglar las discrepancias con ese hermano?

-Era imposible porque no se trataba de meras discrepancias. Un hermano que apoya a Rodríguez Braza reconoció en el juicio que en este asunto había de fondo una lucha de poder; es decir, un afán por tomar el control de la cofradía. Por parte del señor Braza y de esos hermanos que pertenecían al equipo de Mayordomía hasta que el nuevo mayordomo hizo el suyo propio, existe una campaña de ataques, insultos, descalificaciones e incluso vejaciones a los miembros de la junta de gobierno y a varios hermanos colaboradores. Cualquier cofrade usuario de Facebook o de ciertos portales de internet sobre temas gaditanos lo sabe. ¿Qué se puede negociar con quien está decidido a fastidiar a la hermandad?

Prueba de que esto no era solo una cuestión de discrepancias es la irrupción de personas que ni han tenido ni tienen vinculación alguna con la cofradía pero sí con el señor Braza, atacando con la máxima dureza a la junta de gobierno, sacando datos internos de la hermandad y tergiversando malintencionadamente todo lo que decimos o hacemos.

-¿Qué sintió al entrar en el Juzgado como hermano mayor del Nazareno el pasado 10 de octubre y cómo vivió aquel juicio?

-Es un sentimiento difícil de expresar. Ser el hermano mayor de nuestra cofradía y tener que comparecer ante un juez por una demanda de un hermano es un duro trago. Era la primera vez que me veía en esa tesitura y reconozco que fue duro. Pero en ningún momento me sentí solo, porque junto a mí estaba la junta de gobierno, que asistió al juicio sin tener obligación legal, y tenía el apoyo de muchos hermanos y la confianza en que Jesús Nazareno, a quien encomiendo todos los actos de mi vida, nos socorrerá.

-¿Tienen fuerzas para seguir adelante recurriendo la sentencia y llevando el caso ante la Audiencia Provincial?

-Esa decisión la tomaremos en función de los informes de nuestros abogados y pensando en el interés supremo de la cofradía y de la Iglesia.

-¿Qué tiene que decir ante ese artículo 13 de sus estatutos que lo sancionarían a usted y a los otros doce demandados a esa "salida forzosa" de la hermandad?

-Este asunto es otra demostración de que no estamos ante una simple cuestión de honor. Al señor Braza y sus amigos no les basta con obtener una compensación económica, quieren hacer daño, dejar víctimas... Actúan por pura venganza, una actitud muy poco cristiana e impropia de cofrades. Esto no hace sino confirmar la percepción que teníamos desde el primer día de que esto no es más que una campaña contra la junta de gobierno elegida por los hermanos y que ya trasciende a lo personal.

Respondiendo a su pregunta, el artículo 13 recoge conceptos genéricos e indeterminados. En estos dos años varios hermanos me han solicitado aplicar esta misma norma contra los que en actos internos de la hermandad o en internet ofendían y difamaban a la junta de gobierno, a otros hermanos, al anterior director espiritual e incluso a la jerarquía eclesiástica. En cambio, yo siempre fui consciente de que este artículo se debía aplicar a casos extremos, que trasciendan incluso a lo penal, porque si no la cofradía sería ingobernable. Le hago una reflexión: si se aplica este artículo a la junta de gobierno, ¿quién va a impedir a esos hermanos que forman la junta solicitar también su aplicación por agresiones verbales mayores, si tienen hasta pruebas escritas? ¿Y entonces quién va a parar esta guerra?

-¿Ha pensado o han pensado en dimitir en algún momento?

-En estos dos años de calvario da tiempo a pensarlo todo. Pero por responsabilidad no debo hacerlo, salvo que las circunstancias me lo impongan. Este tipo de campañas no pueden tener premio porque entonces las elecciones no servirían para nada. Tengo que aprovechar este punto para dar las gracias a los hermanos y cofrades que nos han transmitido su ánimo y apoyo, al Consejo y al Secretariado y especialmente a nuestro director espiritual (Balbino Reguera), que desde el primer momento se ha posicionado al lado de la junta de gobierno alentándonos a seguir trabajando por la cofradía.

Los cofrades estamos muy desprotegidos ante las redes sociales y los foros de internet por la limitada moderación y/o administración de éstos, que no actúan ante insultos y descalificaciones. No podemos ser monigotes en manos de cibernautas y personas que se mueven por ambiciones de poder amparadas en la falta de contacto personal. Como muestra, el señor Braza nunca ha pedido el turno de palabra en los últimos cabildos y, sin embargo, nada más terminar éstos se lanzaba a las redes sociales a criticar las decisiones adoptadas por los hermanos.

-Su abogado dijo en el juicio que la autoridad eclesiástica nunca debería haber permitido que este problema llegase a un tribunal civil. Y la otra parte ha lamentado también que los organismos cofradieros hayan mirado para otro lado. Es un punto en el que parece que sí están de acuerdo. ¿Tiene usted la misma sensación?

-Estoy de acuerdo con lo dicho por mi abogado (José Manuel Jareño), este asunto debió ser instruido y resuelto por la jurisdicción eclesiástica. Pero el señor Braza desde el principio quiso dejar de lado las vías que nos brinda la Iglesia y acudió al Juzgado, que estima el posible daño en términos económicos y que tiene mayor repercusión mediática. Así como en otras ocasiones ha acudido inmediatamente al Consejo Local o al Secretariado Diocesano, en esta ocasión plantea la cuestión directamente ante la jurisdicción civil. No entiendo ahora esa apelación a los órganos eclesiásticos. No han intervenido porque quien tenía que solicitar su mediación los ignoró. No hay que olvidar que toda la cuestión tiene su origen en una carta del demandante a la que la junta de gobierno se vio obligada a contestar.

-¿No se podría haber arreglado esto eliminando el comunicado de la web de la hermandad?

-Te puedo asegurar que en todo este asunto jamás he sentido que estuviera ofendiendo a nadie. Si la autoridad eclesiástica me lo pidiera retiraría ese comunicado y pediría disculpas a quien se hubiera podido sentir ofendido. Y si lo dijera el juez, también lo haría...

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