El oráculo del Reino en Colombia

Los herbolarios o los naturalistas recolectaban las plantas y las llevaban frescas al lugar de trabajo. Mientras tanto, las ramas de los árboles se dejaban en remojo para conservar su frescura.

Así iniciaba José Celestino Mutis su método de identificación y catalogación de la flora de Nueva Granada durante la Real Expedición Botánica. Después vendría la pintura de los artistas, mientras que uno de los colaboradores de Mutis, Francisco Javier Matís, realizaba la disección de la flor o la planta analizando las características y registrando el número de piezas de cada verticilo floral. Estos son sólo algunos de los pasos que daba el botánico gaditano que incluía todo lujo de detalles.

Sin embargo, según el historiador colombiano Santiago Díaz Piedrahita y estudioso de Mutis, cometió "un pecadillo". No fue capaz de publicar a tiempo sus investigaciones, que le hubieran llegado a ser considerado como el mejor de la historia.

Pero para acentuar más la importancia que tuvo, los colombianos se están encargando de recordar por todo lo alto al sabio gaditano, del que ayer se cumplieron 200 años de su muerte.

Así, el propio Díaz Piedrahita es el comisario de la exposición que se inauguró en la tarde del miércoles (madrugada del jueves hora española) en la Biblioteca Nacional de Colombia y que recibe el nombre de El oráculo del reino: Mutis 200 años después. El título surge por el mismo sabio gaditano que ante la extensa colección de libros que tenía sobre todas las materias científicas y debido a la preparación que tenía, era frecuentemente consultado por las autoridades del virreinato para todo tipo de cosas, por lo que él mismo se llamó "el oráculo del Reino". La presentación de la muestra estuvo presidida por la ministra de Cultura de Colombia, Paula Marcela Moreno Zapata; el presidente de la comisión para la conmemoración del bicentenario de Mutis, el ex presidente de la república, Belisario Betancourt; y la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez. También se encontraba el rector de la Universidad de Cádiz, Diego Sales.

Parte de los 4.788 volúmenes que aún conserva la Biblioteca Nacional se van a exponer hasta enero, donde va a iniciar una ruta por las bibliotecas públicas de todas las capitales del país para hacer que llegue al mayor número de personas posibles.

Díaz Piedrahita considera que uno de los grandes éxitos de la exposición es que está hecha lo mismo para un público adulto que para los niños, que para una persona iniciada en Mutis como para alguien que no está iniciado.

De hecho, las salas constan de numerosos paneles en los que se puede ver cuál era el método de estudio y registro de la flora de una forma muy clara y concisa. Con ellos se adjuntan una serie de copias de documentos originales de Mutis sobre cada uno de los procesos.

Asimismo, se destaca la figura de Mutis, como afirma el comisario de la exposición. Desde todos los puntos de vista: por ser uno de los pocos médicos en el ocaso del periodo colonial; por ser uno de los precursores de la mineralogía en Colombia y uno de sus primeros astrónomos, gestor además del primer observatorio astrónomo de América. Además fue un catedrático que ayudó a mejorar la educación de los colombianos. Todo ello se intenta reflejar en la exposición.

Uno de los apartados es el que se refiere a los niños, donde una animación del propio sabio gaditano responderá diez preguntas sobre lo que se debe saber del botánico y tendrán una serie de actividades participativas.

Pero sin lugar a dudas la estrella de la exposición es el fondo bibliográfico de José Celestino, donde se pueden encontrar libros de anatomía, medicina general, como el de 'Tratado de las calenturas', otros de Santa Teresa de Jesús, Feijoo o Juan Crisóstomo. También es cierto que aunque los que se ven son muy valiosos, se ha escogido una muestra demasiado pequeña. La muestra va a venir acompañada de un amplio ciclo de conferencias en el que se va a tratar de diseccionar más aún si cabe al botánico.

Santiago Díaz tiene muy claro que la figura de José Celestino Mutis es más popular en Colombia que en el lugar que lo vio nacer y culmina diciendo que el sabio es inmortal desde el momento en el que se le está recordando a los 200 años de su muerte.