A falta de ingresos e inversiones de las administraciones públicas, es el actual Cabildo Catedral el que ha tomado las riendas de la conservación y mantenimiento del primer templo. Y lo hace con obras menos faraónicas y de inversión menor, pero también muy importantes para asegurar que el edificio se mantenga en pie.

La última de las actuaciones de conservación en la Catedral ha sido el tratamiento y la reparación de todas las cubiertas (más de tres mil metros cuadrados), lo que acaba de finalizar estos días según comunican los arquitectos que han estado al frente de este proyecto, Juan José Jiménez Mata y su hijo Alberto.

Aunque los trabajos han sido prácticamente imperceptibles (al realizarse en la parte superior del exterior del edificio y haber ausencia de andamios y materiales expuestos al público), las obras comenzaron el pasado mes de marzo. Durante estos meses, se ha procedido a eliminar las hierbas que han ido creciendo a lo largo de estos años y que tan nocivas son para el edificio porque propician la filtración de aguas y la aparición de grietas, se han aplicado unos productos químicos indicados para impedir el crecimiento posterior de estas hierbas y se han limpiado a fondo las cubiertas, utilizando únicamente agua a presión.

Quizás el tratamiento estrella haya sido la cubrición total de las azoteas con cales naturales que en esta ocasión no han tenido que importarse desde Francia, sino que proceden de Morón, donde un minucioso trabajo de investigación del estudio de Jiménez Mata ha dado con la fábrica de cales y con el producto idóneo con el que se ha tratado toda la cubierta de la Catedral, que ahora lucen completamente blancas dando incluso una nueva imagen exterior del templo.

Una rebaja con respecto al presupuesto inicial de los materiales y la mano de obra ha permitido ampliar en un primer momento la actuación con la reparación y reconstrucción de toda la cornisa del edificio, que tenía zonas en bastante mal estado.

Y ahora, una vez entregada la obra y finalizados los trabajos, Alberto Jiménez-Mata apunta un nuevo añadido a la reparación de las cubiertas: el pintado de tuberías y otros elementos, para eliminar el óxido y garantizar así una mejor conservación.

Todo ello ha supuesto una inversión por parte de los canónigos de alrededor de 90.000 euros, provenientes de los beneficios que genera la apertura del edificio y del Museo Catedralicio al turismo de fuera de la ciudad (ya que los gaditanos, insiste el Cabildo, están exentos de pago para acceder a la Seo).

En este sentido, Jiménez Mata resalta la apuesta decidida del actual Cabildo Catedral -con Guillermo Domínguez Leonsegui a la cabeza como deán y con Balbino Reguera como ecónomo- de invertir una parte muy importante de los ingresos turísticos en el mantenimiento y la consolidación de este templo. "Los canónigos de ahora están muy concienciados en esto, lo cual es de agradecer", señala Jiménez Mata, si bien advierte una vez finalizadas las obras de conservación de las cubiertas de todo el templo que "aún hay mucho por hacer".