Dos nuevos establecimientos en Cádiz

Por una parte el grupo De Vélez, también conocido como el grupo de El Balandro y que tiene locales en Cádiz, San Fernando y El Puerto de Santa María acaba de abrir nuevo establecimiento.

Se llama Destino y está en la plaza de San Juan de Dios, en el local que ocupaba La Flor de Carriedo, un local famoso por sus churros.

La decoración del local, obra de Paco Vélez, combina elementos de arquitectura industrial, ahora muy de moda, con las tuberías a la vista, mesas metálicas, puertas del cuarto de baño sin pintar o un curioso botellero de rejilla, con llamativos toques de color como una columna recubierta de maceteros, una bicicleta colgada de la pared, unos gatos de la suerte en las estanterías o el nombre del establecimiento pintado sobre unas persianas blancas cuyo único fin es la decoración del local. Como contraste a lo industrial, sillas de enea.

En lo gastronómico la oferta se basa en las tapas que oscilan entre los 3,25 y los 4,5 euros. En la lista de tapas, bastante amplia, están todos los clásicos del grupo como su ensaladilla de pulpo o las milhojas de salmón o de pollo. Incorporan también algunas novedades como revueltos, tostas sobre diversos tipos de pan o incluso sobre pequeñas pizzas y también carnes a la brasa, pero en formato tapa. La carta tiene también un apartado especial para niños y postres propios. Ofrecen desayunos.

Abren de lunes a sábados para desayunos y luego tapeo al mediodía. Los viernes y sábados abren también por la noche en horario de tapeo. Los domingos están cerrados.

La Antigua Confitería ha abierto en la calle Buenos Aires, en un local con mucha solera en la ciudad, el que ocupaba la confitería La Antigua de Brum que abrió a finales del siglo XVIII. El nombre del establecimiento hace honor a este sitio.

De hecho el nuevo bar mantiene la estructura de la antigua cafetería y algunos de sus elementos como las estanterías o algunos espejos. Lo ha puesto en marcha el cocinero Ángel Ramos, que se hizo famoso por ser muy joven jefe de cocina del restaurante El Faro de Cádiz. Después puso en marcha el restaurante El Balneario y ahora ha decidido girar y centrarse en un establecimiento basado en las medias raciones, en el que es posible comer con un par de platos.

El local tiene barra y luego un salón con mesas. La carta tiene una veintena de propuestas que irán cambiando con mucha frecuencia, en función del mercado. No es un local típico y las propuestas tienen todas el toque personal de este cocinero gaditano. Hay una lasaña de ropavieja, una tosta de sardina marinada sobre tomates asados o una carrillada ibérica con un toque de chocolate. También tienen postres propios. Ramos destaca que “todo lo preparamos al momento y con materia prima muy cuidada”. Abren todos los días en horario de almuerzos y cenas, excepto los lunes.