La noche, aliada de los estudiantes
Numerosos alumnos acuden a las dos salas de estudios nocturna que la UCA ha habilitado en el Aulario Simón Bolívar y el edificio ESI II · Los fines de semana están abiertas las 24 horas ininterrumpidamente
De aliada, la noche. Las noches. Noches en vela. Noches en las que muchos sueñan despiertos. Noches en las que no se cuentan ovejitas, sino folios.
Una hoja tras otra. Y un tema tras otro hasta "que el cuerpo aguante". El cuerpo de Eduardo Púa lleva días soportando con resignación la vida del estudiante que lleva dentro. Un estudiante que cursa, a través de la UNED, primero de Psicología, y que pasa horas y horas, ya entrada la noche, con los ojos bien abiertos, memorizando saberes.
La concentración la encuentra, como otros muchos universitarios, en la sala de estudios habilitada en el Aulario Simón Bolívar de la Universidad de Cádiz. La mayoría de los días, este equipamiento para el estudio abre sus puertas de nueve de la noche a cuatro de la madrugada, aunque también hay jornadas que se prolongan hasta las ocho de la mañana. Y los sábados y los domingos admite a alumnos las 24 horas.
"Me gusta venir aquí porque es un sitio en el que me concentro sin dificultad. El aula magna que alberga la sala de estudios es cómoda. Las mesas están inclinadas, tiene calefacción y la luz artificial es fuerte, buena para el estudio". Y a ello añade Eduardo la ventaja de tener una cafetería self-service a sólo unos metros de la sala en la que hinca los codos. A ella, a la cafetería, se dirige junto a Ángel Real, estudiante de segundo de Psicología, cuando amablemente nos atiende. Son las diez y media de la noche, el momento perfecto para hacer el primer descanso. Y luego, "hasta que el cuerpo aguante".
A esa hora, una treintena de jóvenes ocupan algunos de los asientos de la amplia sala de estudios. El silencio sólo se rompe con el sonido de las páginas al pasar o con algún golpe de tos. "Cuando el aula está llena, sí se escuchan murmullos", comenta José Carlos Lado, estudiante de tercero de Administración y Dirección de Empresas. "Y si alguna vez se ha formado más jaleo de lo normal, se ha acabado en cuanto el vigilante de seguridad se ha asomado a la puerta. Pero afortunadamente no suele haber problemas aquí. Esto es bastante tranquilo", agrega el alumno de la UCA.
Es a partir de la una y media de la madrugada cuando, según José Carlos, mejor se está, "porque empieza a irse la gente". Él suele quedarse hasta las dos y media o tres de la madrugada. El próximo día 9 tiene nada menos que tres exámenes. Uno a las nueve de la mañana, otro a las 12 del mediodía y el tercero, a las cuatro de la tarde. "Estoy ya hasta la coronilla", se despide y accede a la sala de las noches en vela. Son las once y cuarto de la noche.
Su compañera Alejandra Lasanta le sigue, aunque antes de acceder al aula ha realizado una parada en la cafetería del Aulario para extraer de una de las máquinas un zumo y un paquete de Emanems M&Ms. "Chucherías sí podemos comer en la sala, pero no bocadillos", aclara.
Lo que tampoco se puede, como indica un cartel colgado en una de las puertas de acceso a la clase, es permanecer en los pasillos, para así evitar que el ruido se interponga al silencio. Y supuestamente, no se puede acceder a esta aula de estudios nocturna ni a la habilitada en el segundo edificio de la Escuela Superior de Ingeniería (la antigua Escuela de Enfermería) sin el carné universitario u otro documento que acredite la condición de alumno de la UCA. No obstante, a mí nadie me lo pidió.
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