Las monjas vuelven a endulzar la Navidad

La muestra ¡Qué rico, Dios mío'!, sin las avalanchas de antaño, sigue contando con la fidelidad de los gaditanos

Una caja de dulces expuesta en una mesa del Palacio Provincial de la Diputación.
Una caja de dulces expuesta en una mesa del Palacio Provincial de la Diputación.
J.m. Sánchez Reyes / Cádiz

17 de diciembre 2011 - 01:00

Sin las avalanchas de hace unos años, pero con el mismo tirón. Chari Cruz se había acercado con miedo porque en otras ocasiones "cuando me enteraba de que estaba abierta la venta ya no quedaba nada". Su amiga Agustina Medina venía buscando productos "de la tierra" para llevarse a Palencia, donde pasará la Navidad con su familia. "Me encantan los dulces porque son naturales", comentaba una mujer con una lista en la que iba apuntando los códigos de cada producto para recogerlos al final. Cerca, un matrimonio que reside en Cádiz desde hace sólo tres meses por motivos laborales había acudido por consejo de una compañera de trabajo de la mujer y se estaba pertrechando de dulces para llevarlos a su tierra en Navidad.

La muestra dulcera de los conventos gaditanos '¡Qué rico, Dios mío!' vivía así su jornada de estreno en el Palacio Provincial de la Diputación. Tres cuartos de hora después de abrir las puertas se habían agotado ya los amarguillos, los polvorones surtidos y los pestiños. La 'clientela' fija acude a tiro hecho para asegurarse unas exquisitices difíciles de conseguir por su corta producción. Un año más, el Rompope del convento Jesús, María y José de Medina Sidonia se convertía en uno de los productos más demandados. Para preservar la frescura de las viandas, las monjas suelen trabajar a destajo en los puentes de la Inmaculada y la Constitución.

Los precios oscilan entre el euro de los recortes de obleas del convento de las Carmelitas Descalzas de Cádiz y los 12,50 de la caja de tocinos de cielo del monasterio Madre de Dios de las dominicas de Sanlúcar de Barrameda. Entre las curiosidades se encuentran las mermeladas de sandía o naranja amarga del monasterio de Nuestra Señora de la Defensión de Jerez (La Cartuja), los roscos fritos de huevo del convento jerezano de San José (Franciscanas Clarisas), las mantecadas manchegas del convento de Santa Teresa en Sanlúcar o los higos de licor del convento Espíritu Santo de El Puerto de Santa María.

Si en la noche de ayer no se agotó el género, el Palacio Provincial abrirá de nuevo hoy sábado. De quedar todavía existencias, la muestra viviría mañana su última jornada.

stats