El derribo de un muro en el colegio de Educación Infantil y Primaria José Celestino Mutis ha generado una polémica entre Ayuntamiento y Junta de Andalucía sobre quién debe hacerse cargo de la obra. En esta 'guerra' de argumentos cruzados al final los que salen perdiendo son el centro y sus alumnos y profesores, que al fin y al cabo son las víctimas de estos desencuentros.

Eso es lo que opina la Asociación de Madres y Padres (AMPA) del colegio, que en la figura de su presidenta, Isabel Fernández, lamenta que "la Delegación haya mandado una nota con la normativa existente pero en ningún momento se haya preocupado por la situación de los niños. Ni siquiera han previsto una visita para ver cómo está el patio".

La presidenta agradece en este caso la acción del Ayuntamiento, ya que "al menos ha respondido".

Por su parte, Antonio Maura, director del centro, considera que lo fundamental es que el problema "se arregle cuanto antes. Que actúe quien corresponda".

Desde el sindicato CSIF-Enseñanza sostienen que este caso es una muestra más de las políticas que siguen ambas administraciones, acostumbradas "a pasarse siempre la pelota". La Central Sindical Independiente exige "una actuación inmediata por parte de quien sea, porque impepinablemente hay que arreglarlo. Es una vergüenza que los niños estén en peligro y nadie tome las riendas para hacerse cargo".

El delegado de Educación, Juan Luis Belizón, argumenta que "la conservación, el mantenimiento y la vigilancia de los colegios es competencia municipal" y recuerda que "la responsabilidad patrimonial derivada del incorrecto cumplimiento de dichas obligaciones será imputable al municipio". Además, añade que en ninguna normativa se expresa que "la conservación de los elementos estructurales de los colegios sea de la Junta de Andalucía".

Desde su punto de vista, un daño estructural "es un concepto técnico empleado únicamente por aquellos ayuntamientos que no están cumpliendo con sus obligaciones con los centros educativos de su municipio". Este daño -afirma- deviene "con total seguridad de una dejación continua de la conservación de una infraestructura".

Lo cierto es que son los niños del colegio los que están sufriendo este lamentable suceso. Desde ayer los alumnos de Primaria suben al patio ubicado en la azotea, que ya se ha acondicionado, mientras que los pequeños de Infantil salen al patio habitual con la estrecha vigilancia de sus profesoras.

Otro de los riesgos que se corre es que queda un hueco abierto, por el que, en horas no lectivas, podría colarse cualquier vándalo. Por ello, ya se está trabajando para colocar una valla provisional de la misma altura del muro.

Tanto el director del colegio como la presidenta de la AMPA esperan que esta circunstancia no afecte a las próximas matriculaciones y empañen los buenos datos registrados el año pasado y los distintos planes y programas educativos que se desarrollan en el centro.