Los restauradores Pilar Morillo y Álvaro Rodríguez se metieron de lleno la pasada semana en la maqueta de Cádiz. Los dos expertos realizaron una limpieza centrada en esta ocasión en la retirada del polvo que se ha ido acumulando desde que se realizó una operación similar hace ya unos años. Este trabajo se une a los que se están realizando en el Museo de las Cortes de mejora de las instalaciones, con la eliminación de humedades, limpieza de cuadros y otros servicios que se pondrán en marcha en los próximos meses.

El trabajo de Morillo y Rodríguez ha sido muy meticuloso, pues la acumulación del polvo unido a la humedad pueden crear una capa que, si no se actúa a tiempo, es complicada de retirar.

La maqueta es única en Europa, pues a pesar de la intención de Carlos III de elaborar piezas similares de todas las ciudades amuralladas de la costa española en el siglo XVIII, al final solo se hizo la de Cádiz.

La limpieza se ha centrado en diversas zonas de la ciudad, entonces circunscrita a lo que hoy es el casco histórico, y especialmente en los castillos de San Sebastián y Santa Catalina, lo que ha permitido revisar, durante la operación, el interior de estas construcciones, donde se reprodujeron el interior de diversas dependencias, como las capillas.