El informe de noviembre de 2009 de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre las mujeres refleja que, "desgraciadamente, desde la infancia hasta la vejez, la violencia destaca en todas las etapas", según expresó ayer en el debate sobre Salud y violencia Claudia García-Moreno, coordinadora de Género, Derechos Reproductivos y Adolescentes de la OMS-Europa. Para ella, el maltrato "es una de las peores manifestaciones de la desigualdad de género, que ayuda a mantenerlo", y tiene un gran impacto en la salud reproductiva y mental de la mujer. García-Moreno habló de la necesidad de prevención, trabajando con padres, realizando visitas a domicilios y llevando a cabo programas escolares.

En este debate, también participaron Miguel Lorente, delegado del Gobierno para la Violencia de Género del Ministerio de Igualdad de España; Khady Koita, presidenta durante seis años de la Red Europea de Lucha Contra las Mutilaciones Sexuales; y Ángeles Álvarez, de la Red Estatal de Organizaciones Feministas contra la Violencia de Género. Ésta última manifestó la "necesidad apremiante" de crear un observatorio europeo de violencia contra las mujeres para unificar criterios. En su opinión, no hay excusa para no poner en marcha este organismo porque "el Estado tiene la obligación de impedir, investigar y castigar los delitos inherentes a la violencia contra las mujeres".

Por su parte, Khady Koita se centró en la mutilación sexual femenina, que tiene "consecuencias médicas dramáticas" y también "complicaciones psicológicas, de las que se habla poco". Mencionó la necesidad de crear planes de acción en cada país europeo y de que se trabaje in situ, haciendo un seguimiento de jóvenes que estén en riesgo porque sus padres las llevan en vacaciones a su país de origen, donde son mutiladas o casadas. Y concluyó pidiendo a los gobiernos que "redoblen sus esfuerzos para que haya igualdad de oportunidades para todas las mujeres, independientemente de su color o religión".