El legado de Rafael Garófano empieza a dar frutos en Cádiz
El Archivo Histórico Provincial de Cádiz inaugura una exposición con una parte de su gran donación y acoge la presentación su último libro
Muere Rafael Garófano, un servidor de los ciudadanos
La donación de Rafael Garófano al Archivo Histórico Provincial de Cádiz está empezando a dar sus primeros resultados. El legado del incansable y pulcro investigador gaditano ha permitido, de momento, la inauguración de una exposición con una parte de los valiosos documentos y objetos de esa donación, bajo el título 'Colección Garófano. Memoria visual de Cádiz', y la publicación del último libro que dejó escrito poco antes de morir, en una edición póstuma titulada 'Historia ilustrada de la fotografía en Cádiz (1840-1927)'. La sede del Archivo, el histórico edificio de la Casa de las Cadenas, ha acogido esta mañana la presentación de ambas iniciativas que vienen a demostrar la riqueza de un legado que quien fuera concejal del Ayuntamiento de Cádiz decidió que tuviera un destino público con la donación a este organismo autonómico.
El director del Archivo Provincial, Santiago Saborido, ha sido el encargado de conducir un acto en el que han intervenido Mar Sánchez Estrella, secretaria general de Patrimonio Histórico y Documental de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía; Tania Barcelona, delegada territorial de Cultura en la provincia gaditana; Juan José Sánchez Sandoval, editor del libro a través de la firma Q-Book, y Rosario Garófano, hermana del investigador que ha representado en la mesa oficial al resto de la familia también presente en la sala.
Precisamente ha sido Rosario Garófano quien ha dado al acto el emotivo toque de quien trató de cerca a una persona extremadamente cuidadosa con su trabajo, una cualidad que extendió a todas las facetas en las que se movió en vida: docente, concejal, investigador... Ha recordado su hermana que Garófano expresó en vida ese deseo de donar su legado a un organismo público, y que lo hizo al Archivo Provincial por "la confianza que le inspiraba" Santiago Saborido. Y ha revelado que guardaba en su casa verdaderos tesoros fruto de su afán por investigar, por conocer la historia de Cádiz y por su dedicación al mundo de la fotografía y del cine, dos de sus pasiones sobre las que, además, cimentó su labor como investigador.
Con emoción y esfuerzo, Rosario Garófano ha destacado el trabajo realizado por dos sobrinos de Rafael: Miguel Cano, que fue nombrado su representante y cuyo trabajo ha permitido cerrar la donación al Archivo, y Ana Martín de Oliva, que "en tres días" fue capaz de catalogar todos los documentos y objetos que había coleccionado Rafael, siempre desde su afán de investigador, para poder ofrecer la donación del legado. Una sobrina que, como ha explicado Rosario Garófano, supo definir con una sola frase el alcance de lo que encontró en la casa de Garófano tras su fallecimiento: "Toda la casa de Rafael era un museo".
Y al tiempo que se ha presentado este volumen, el patio del Archivo acoge una exposición con algunos de los objetos y documentos más significativos del legado. Las vitrinas que se reparten por el recinto muestran objetos personales de Rafael, con curiosos carnés que atestiguan su paso por el consejo de administración del Cádiz, por el servicio militar o por la Universidad de Salamanca; todos los libros que publicó en vida; objetos como cámaras, proyectores, o visores de finales del siglo XIX o principios del XX, recortes de prensa que recuerdan su actividad pública y fotografías, muchas fotografías, que merecen ser contempladas con detenimiento para comprobar la transformación de una ciudad, Cádiz, que lo fue todo para Rafael Garófano. Y en las paredes del patio de la Casa de las Cadenas, reproducciones a gran tamaño de algunas imágenes icónicas de ese Cádiz que era para Rafael, según un papelito manuscrito encontrado en su legado, "la ciudad más bonita del mundo".
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