Un 'ilustrado' viaje por el Cádiz de 1812 de la mano de Arturo Redondo
El ilustrador recrea edificios y escenas cotidianas de la ciudad durante el Doce en una exposición en la Casa de Iberoamérica que puede visitarse hasta el 21 de junio
Imágenes de la inauguración de la exposición de Arturo Redondo

Cádiz/Con su trazo plenamente reconocible, el ilustrador Arturo Redondo embarca al visitante de la Casa de Iberoamérica en un auténtico viaje en el tiempo con la exposición Cádiz 1812, la ciudad ilustrada, una muestra que recoge el momento histórico de la ciudad gaditana de primeros del sigo XIX a través de más de 70 dibujos de recreación de la época.
Una colección de obras, que se podrá admirar hasta el próximo 21 de junio, que “apuesta por el dibujo como lenguaje, la historia como contenido y Cádiz como gran escenario y único de la época”, según el propio autor que también anhela “poder ofrecer una visión de la historia amena, didáctica y con el máximo compromiso y rigor documental”.
Y, por supuesto, con vocación artística. De hecho, Redondo toma el final de un poema de la jerezana Pilar Paz Pasamar –“A ti me asomo, Cádiz, derrocada la confederación de aves marinas. Sólo te cruzo ya con la mirada, sin vuelos te persigo y te conozco. Sé que eres mi final, donde antepongo esta inutilidad, toda esta prisa. Tu luz, será la luz que me persiga… ¡Tú, mi blanca gaviota del después¡”– como inspiración del vuelo de gaviotas que se convierte en elemento identitario de la exposición situada en la antigua Cárcel Real. En la primera sala, nos recibe una serie de ilustraciones de escenas sobre enclaves y edificios emblemáticos del Cádiz de la época. La Caleta, la Catedral o el Palacio de la Aduana se nos aparecen ambientados con personajes e historias cotidianas de esa sociedad de principios del XIX. El detallle de dibujos como el dedicado al Puerto de Cádiz o la Casa del comerciante, pero el gran visual lo acapara una enorme ilustración de más de 6 metros que brilla con luz propia al fondo del espacio y que muestra la ciudad completa a vuelo de pájaro con la recreación del Cádiz de 1812.

“La intención ha sido la de dibujar la ciudad y convertirla en un fascinante escenario donde poder describir y explicar sobre los hechos de nuestra primera Constitución española. Unos sucesos fundamentales en nuestra historia contemporánea”, acierta el artista.
Un recorrido histórico que ha sido posible gracias al trabajo conjunto con relevantes investigadores como el historiador y especialista en cartografía Fernando Olmedo, además de las fuentes documentales escritas y gráficas de grabados de la época, y, por supuesto, el plano dibujado del ingeniero Bulnes o el análisis que ha realizado el propio ilustrador de la maqueta de Cádiz que custodia el Museo de las Cortes.
“Es curioso cotejar la ilustración con la maqueta, porque esta refleja la ciudad de la época, pero contiene también los proyectos que se tenían para ella que después serían modificados u olvidados. En este sentido, mi dibujo es más preciso”, dice en tono de broma.
El recorrido continúa conectando la Cádiz ilustrada con las otras dos ciudades –Sevilla y Sanlúcar– que disfrutaron del enriquecimiento y esplendor que les brindó el monopolio de la Casa de Contratación para el comercio con Indias, antes de su traslado a Cádiz en 1717.
Así, una figuras de tamaño natural representando a Magallanes y Juan Sebastián Elcano custodian una lámina de similares dimensiones a la principal de Cádiz 1812 en la que se nos muestra, de nuevo en perspectiva aérea y en modo panorámico, la majestuosidad de la Sevilla del siglo XVII. Otra lámina está dedicada a la ciudad de Sanlúcar de Barrameda en los días de la primera vuelta al mundo en 1522, donde se aprecia la antigua forma de Bahía que conformaba la ciudad con el barrio bajo aún sin expandir.

El diario gráfico de esta secuencia histórica termina con una sala dedicada a la Constitución de La Pepa, donde nos recibe una simpática galería de personajes que el ilustrador ha recreado para relatar con humor y sintéticamente los hechos históricos desde Trafalgar hasta la derogación de la Constitución liberal.
De nuevo un dibujo de cinco metros nos envuelve para mostrarnos desde el cielo la bahía desde Puerto Real, con el Caño del Trocadero como elemento protagonista de los sucesos que en 1823 cerraron violentamente la corta vida de nuestra Pepa. Los historiadores puertorrealeños Manuel Parodi y Manolo Izco fueron los asesores históricos del ilustrador para este trabajo.
Además, como complemento perfecto para la exposición, Redondo también ha querido mostrar en una vitrina adyacente parte de los bocetos originales hechos a lápiz y anotaciones que contienen la emoción del momento, donde fluye la idea y el pensamiento directo del ilustrador.
También, en otra de las vitrinas, deja un hueco para sus cuadernos personales y su devenir cotidiano lápiz en mano por la ciudad de Cádiz. Trazos sueltos donde quedan atrapados momentos llenos gaviotas, barcas caleteras, niños jugando y un fiel perro omnipresente.
En resumen, Cádiz 1812, la ciudad ilustrada es una muestra de la fortaleza de una alianza como la de la historia y arte gráfico. “Yo les digo a los que aún no la han visto que si te gusta el dibujo, la historia o Cádiz, esta exposición les va a encantar. Pero que si te gustan las tres, no querrás salir de ella”, advierte el autor.
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