Huelga de autobuses en Cádiz: Comité y empresa, dispuestos a negociar este jueves 17 de julio en el Sercla

Después de siete días de huelga indefinida, siete, en un servicio público esencial bajo concesión municipal como el del transporte urbano de Cádiz y San Fernando y en la mitad del interurbano entre ambas localidades, representantes de los trabajadores y de la empresa concesionaria tienen previsto retomar la negociación del convenio colectivo este jueves 17 de julio. Ambas partes han sido citadas por el Servicio de Resolución de Conflictos Laborales en Andalucía (Sercla) a las 12:00 horas en su sede de la calle Barbate, en la capital gaditana.

Tanto la representación de los trabajadores como de la empresa han manifestado a este periódico su plena disposición a negociar en el Sercla una salida a este conflicto laboral que mantiene en jaque el servicio público de transporte en dos localidades, una de ellas en plena fiesta grande como la Feria del Carmen y la Sal.

En paralelo, el comité de empresa trabaja por sentarse en una misma mesa con representantes del Ayuntamiento de Cádiz y San Fernando en la sede de la Asociación de la Prensa de Cádiz, según avanzó esta mana Manuel Prado, presidente de la representación de los trabajadores, compuesta por miembros de UGT, CCOO, CSIF y USO.

Los trabajadores volvieron a manifestarse esta mañana de miércoles 16 de julio por la avenida principal de la ciudad desde la Plaza Asdrúbal hasta la de San Juan de Dios, donde repitieron la concentración de los últimos días, en esta ocasión, a la espera de una supuesta reunión de un representante de la empresa con el único portavoz municipal que está dando la cara en este conflicto, el teniente de alcalde José Carlos Teruel.

Aunque no sea una materia de su competencia, Teruel es el único edil que ha vuelto a dialogar con los trabajadores y el único que asegura haber llamado a la empresa, ante la ausencia del edil de Movilidad y Transporte, José Manuel Verdulla, de vacaciones desde antes que arrancase la huelga, y del alcalde, Bruno García, presumiblemente también de descanso veraniego, en tanto que no vuelto a aparecer, ni siquiera para responder a las duras críticas de la oposición, desde que se comprometiese en persona con los trabajadores a mediar ante la empresa.

Desde la empresa aseguran que han mantenido muchos contactos, no solo con representantes de los Ayuntamientos de Cádiz y San Fernando, sino también con el Consorcio Transportes de la Bahía de Cádiz.

Por otro lado, el presidente del comité de empresa, Manuel Prado, lamentó y condenó los actos vandálicos cometidos la noche del lunes al martes contra dos autobuses urbanos de Cádiz y cualquiera otra acción violenta y recordó que la plantilla de trabajadores está reivindicando derechos y mejoras laborales por medios pacíficos. Por último, volvió a pedir disculpas a los ciudadanos por las molestias que les está ocasionando su protesta y agradeció el apoyo que se les está demostrando.

El paro sin fin de los autobuses urbanos de Cádiz y San Fernando sigue en pie mientras los usuarios aguantan con resignación, pero también con indignación, esperas de más de 25 minutos, viendo pasar vehículos de servicio mínimo repletos, o sin asientos libres. Una circunstancia esta última que está castigando especialmente a los mayores y a las personas con movilidad reducida. Porque la posibilidad de desplazarse en taxi queda sólo para quien pueda pagarla y tenga la suficiente paciencia y tiempo para aguantar en una larga cola que llegue alguno.

Quejas de los usuarios, apoyo a los trabajadores y toque de atención al Ayuntamiento

Los usuarios sondeaos por este medio a pie de una larga cola en una parada de autobús se quejan del perjuicio que les está causando la huelga en su día a día, pero la mayoría dice entender las reivindicaciones de los trabajadores y se pregunta por qué, tratándose de un servicio público esencial bajo concesión municipal, el Ayuntamiento no está haciendo nada, o poco, por que se solucione.

"Yo he tenido que esperar 40 minutos el autobús para llegar desde Astilleros hasta aquí, hasta El Fénix, y de vuelta ya llevo 10 y todavía no llega el mío", se queja Elisabeth Uribe, usuaria habitual de la línea 5. "Esto está perjudicando terriblemente al horario de cada uno. Una tiene que ir a hacer la comida, ir al trabajo, y así es imposible, no se puede".

"Sí que llevo esperando, unos 20 minutos, pero he llegado a esperar hasta media hora", cuenta Manuel Segura." Algo tendrán que hacer para arreglar esto. Tendrán que llegar a un acuerdo los sindicatos con la patronal. Y el Ayuntamiento tendría que intervenir, que para eso esto es un servicio público que pagamos todos los contribuyentes".

"Hace 15 minutos que estoy aquí sentada en la parada, pero porque no puedo ir de pie. Ha parado uno de la línea 1 pero no tenía plazas sentada. Pero estoy con los trabajadores, por supuesto, y con sus reivindicaciones", afirma sin dudarlo Aurora de la Rosa. "El Ayuntamiento debía de tener su propio servicio municipal de transporte y no estar engordando a una empresa que llevamos engordando ¿cuánto? ¿60 años? ¿70 años? Y no de esta manera, que así el Ayuntamiento se quita el marrón de encima, porque la culpa es de la empresa. Conozco a conductores y sus condiciones de trabajo. Además, los autobuses están hechos una porquería. Antes de ayer me iba cayendo el agua del aire acondicionado encima. O sea, que la empresa no invierte en lo que tiene que invertir. Y eso lo estamos pagando todos. El Ayuntamiento y el Gobierno central, que paga una parte. El servicio público siempre ha estado externalizado, pero ya es hora de que cambie. Y el Ayuntamiento es responsable como administración contratante de una empresa. Que se pongan los dos las pilas, los responsables de la empresa y Bruno".

"Veinticinco minutos hace que estoy aquí. Llegan llenos de la Plaza España y no cargan", se queja Ana Albendín. "Ya ha habido varias veces que me he tenido que ir andando a donde sea. ¿Solución? que vayan a darle por.... a los dueños de la compañía, que al final somos nosotros los perjudicados, los que tenemos que coger el autobús y tenemos que movernos. Claro que tienen derecho a hacer huelga, si yo les apoyo, pero que vayan a darle... al que no entra a por uvas".

"Esto debería tener ya una solución, más que nada por ellos, por los trabajadores, que les den lo que pidan y que los ciudadanos podamos disfrutar de esto, que es un servicio público, sin estas colas kilométricas", apunta Luisa Berrocal.