La cofradía de la Merced se ha quedado sin hermano mayor. Tan sólo dos días después de que la Virgen recorriera el pasado domingo en procesión las calles del barrio de Santa María, José Luis Piulestán ha presentado su renuncia al cargo. Cuestiones personales relacionadas directamente con esta salida del domingo han provocado la decisión del hermano mayor, que el martes era entregada al Consejo y que en el día de ayer confirmaron fuentes del Secretariado de Hermandades.

El propio Piulestán hacía público el pasado lunes unos mensajes en su cuenta de Twitter en los que pedía perdón "a todos y cada uno de mis hermanos de la Archicofradía de la Merced" por su conducta durante la procesión de la Virgen. "No supe estar a la altura", afirmaba, añadiendo que "no hay ninguna justificación".

Con la marcha del ya ex hermano mayor, la hermandad de la Merced cierra una etapa de casi seis años con Piulestán al frente; años en los que se han llevado a cabo importantes proyectos como la restauración de los varales o el impulso al culto del Nazareno de la Obediencia, que en estos años ha sido incorporado al título de la cofradía y en cuya restauración venía trabajando la junta de gobierno de cara a solicitar de manera inminente su ingreso como cofradía penitencial en la Semana Santa gaditana.

Hasta noviembre de 2020 estaba previsto que la actual junta de gobierno desarrollara su mandato. No obstante, a raíz de lo ocurrido con el hermano mayor fuentes del Secretariado de Hermandades trasladaban ayer a este periódico que están estudiando qué decisión se adopta en relación al futuro próximo de la hermandad. Una posibilidad es que la junta de gobierno siga adelante los dos años que restan nombrando un nuevo hermano mayor; otro planteamiento conllevaría la convocatoria inmediata de un cabildo de elecciones del que resulte una nueva junta, con la posibilidad de que hasta ese momento la cofradía quede en manos de un comisario.