Turismo

La guía alternativa de Cádiz para turistas despistados

  • Dejando a un lado playas, restaurantes, museos y lugares típicos, aquí ofrecemos al visitante algunas claves curiosas sobre la ciudad si quiere visitarla sin mayores problemas

Mirando un plano de Cádiz a los pies de la Catedral Nueva.

Mirando un plano de Cádiz a los pies de la Catedral Nueva. / Julio González

Bienvenido a Cádiz.

La capital de las grandes playas urbanas, de la historia milenaria, la ciudad rodeada por el mar. Más allá de sol, playas, terrazas y chiringuitos y museos y restos arqueológicos, si llega por primera vez a Cádiz es esencial conocer algunos aspectos peculiares de la localidad con los que evitará más de un despiste.

La Puerta de Tierra, frontera entre los dos Cádiz. La Puerta de Tierra, frontera entre los dos Cádiz.

La Puerta de Tierra, frontera entre los dos Cádiz. / Marcos Piñero

  1. La ciudad que son dos: No se extrañe cuando en el hotel o en la playa Victoria le digan "esta tarde vamos a Cádiz". ¿Pero no estamos ya en Cádiz? A pesar de su limitada superficie estamos divididos en "dos" ciudad. El casco antiguo se le denomina como "Cádiz" y la zona nueva de la ciudad es "Puerta Tierra" o si uno ya tiene unos cuantos quinquenios, "extramuros".
  2. Y, también, dos catedrales: Si se topa con algún perfeccionista del lenguaje urbano de Cádiz y le pregunta cómo se llega a la Catedral, éste le preguntará: ¿Cuál de las dos? Porque tenemos dos. La Nueva y la Vieja. La primera es la que ejerce como tal y por eso se sitúa en la plaza que lleva su nombre. La segunda, ubicada en la plaza de Santa Cruz, asume también su posición como parroquia. Curiosamente, y a falta de espacio, el Museo Catedralicio no se ubica en el primer templo de la diócesis. Hay que ir a un edificio anexo a la Catedral Vieja para disfrutar del mismo (y merece la pena).
  3. Cádiz y los títeres: Los títeres de la Tía Norica forma parte de la cultura de esta ciudad. Los títeres tuvieron en su día una gran revelevancia en la ciudad como formato de divertimento. Tanto que hoy hay desperdigados por Cádiz (recuerde, el casco antiguo) hasta tres equipamientos relacionados con este formato. Por lo pronto, los muñecos originales de la Tía Norica se exponen en el Museo de Cádiz, en la plaza de Mina (Museo de obligada visión, por otra parte). Eso no impide que la ciudad cuente con un Museo del Títere, con una importante colección... en la que no se incluye a los primeros. Se encuentra en el frente de la Puerta de Tierra (la muralla que separa a las "dos" Cádiz), en el baluarte de Santa Elena. Y por último, está el Museo del Títere, en la calle San Miguel en un edificio que comparte espacio con uno de los referentes de la arqueología de la ciudad: el Yacimiento Gadir.
  4. Empanadas de Cadi, Cadi: Tras dar tantas vueltas, un descanso para comer algo. En Cádiz se venden una de las mejores empanadas gallegas de todo el país. En Casa Hidalgo, en la plaza de la Catedral. Aunque le digan que su autor era el "gallego de Catedral", lo cierto es que Pedro Hidalgo, ya fallecido, era de Cadi Cadi. Eso sí, el alma mater de este producto gastronómico sí es natural del norte.
  5. A la playa con levante: Si viene a Cádiz solo por sus playas (perdiéndose lo demás) y coincide con el viento de levante, le puede resultar molesto. La ciudad tiene dos grandes y bien preparadas playas, Cortadura y Victoria, y una tercera de tamaño más modesto, Santa María del Mar, donde este viento puede afectarle. Si es así, marche hacia la playa de La Caleta (sí, en el Cádiz antiguo) porque allí el levante no llega. Es la playa más urbana y más "típica", donde aún se pueden encontrar a familias jugando al bingo o almorzando con mesa y mal. Encima está protegida por dos castillos: San Sebastián y Santa Catalina.
  6. Pescados de la tierra: Ya puestos a hablar de comida. Si va a la Plaza (como aquí se llama al mercado de abastos) buscando las pescaderías, tenga en cuenta que algunos nombres no coincidan con los de su tierra. En todo caso, la caballa, la dorada, el pargo, la urta, el cazón y el mero son indispensables en la mesa gaditana. Para comerlos en la calle cada vez hay más resturantes y bares de calidad tanto en el producto, en el servicio y en el diseño de los locales.
  7. La ciudad de paseo: Una de las virtudes de Cádiz (la nueva y la histórica) es que se puede ir andando a todas partes. Ahora el Ayuntamiento incluso ha instalado paneles para que se vea cuánto se tarda en recorrer determinadas rutas a pie. Es una ciudad que engañan pero que cuando se va por ella se descubre que no es necesario venir en coche privado, que como alternativa está el transporte privado o el taxi. Además, que mejor que perderse por sus calles para descubrir el corazón de la ciudad.
  8. Planos y nombres: Ojo con los nombres de determinados espacios urbanos, que no coinciden con el de los planos si se pregunta a algún vecino ya con cierta edad. Es cierto que cada vez se utiliza menos las denominaciones más tradicionales. Pero mejor curarse en salud: Si le dicen "la plaza de toros", ésta se derribó hace más de cuarenta años y en verdad es Asdrúbal. Y junto a ella le pueden mandar a "los cuarteles", que desde hace dos décadas son unos amplios jardines, con restos arqueológico expuestos al aire libre. Ya puestos, la avenida de Juan Carlos I es desde hace poco la avenida de la Sanidad Pública y el puente de la Constitución de 1812 (una de las grandes obras de ingeniería en el último siglo en Europa) muchos le llaman "el segundo puente".

Tags

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios